"Prohibir el velo u obligar a llevarlo son las dos caras de una misma moneda"
Cruzarse en Europa con mujeres musulmanas cubiertas de los pies a la cabeza es una situación común que estaría a punto de cambiar. Desde nuestra mirada occidental nos preguntamos si las mujeres con velo se sienten cómodas con una vestimenta que luce como una barrera al mundo exterior. Muchas de ellas luchan por su liberación, pero otras reivindican sus costumbres y se niegan a acatar la ley que desde 2011 no les permitirá usar el controvertido traje en los espacios públicos de Francia. Cecilia Baeza, politóloga franco-chilena y ponente del Coloquio Franco Andino de Derechos Humanos Constitución e Interculturalidad que organizó IDEHPUCP y la Cooperación Regional Francesa para los Países Andinos, nos comenta de qué manera las libertades del modelo francés están en juego.
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Cecilia Baeza
El debate sobre el velo islámico ha pasado por varios momentos en Francia, ¿cuáles son?
Desde fines de los ochenta hubo muchachas musulmanas adolescentes que llegaban al colegio con el yihab (velo parcial que cubre el cabello) porque a cierta edad se lo tienen que poner. Como la escuela pública es laica se cuestionó si este acto era proselitismo y el Estado les dio autonomía a los directores de los colegios para iniciar un diálogo con estas alumnas y resolver el tema localmente.
Luego, el contexto internacional de los atentados del 11 de septiembre de 2001 provocó un miedo al islam muy fuerte, algo que también influenció a los mismos musulmanes que como cualquier grupo discriminado exacerbaron el orgullo de su identidad para defenderla. A partir de entonces más muchachas llegaron a la escuela con velo. Aunque cuando se habló del tema parecía que eran miles, pero en realidad fueron aproximadamente 120 casos. Surgió el tema del maltrato a la mujer en los países musulmanes que luchan por sacarse el velo, sin embargo en Francia muchas reclaman llevarlo. Esto pareció como contradictorio al movimiento de emancipación de las mujeres. El debate generado en la opinión pública fue llevado a lo político y en abril del 2004 se aprobó la ley que prohíbe portar cualquier signo religioso en las escuelas, para ser equitativo con todas las religiones.
Sin embargo la polémica gira en torno al islamismo…
No todas las religiones se expresan de la misma manera y en el islam son las mujeres quienes llevan el signo más visible. A pesar de que la ley se aplicaba a todas las religiones, lo que estaba detrás apuntaba en particular al velo islámico.
Nos gustaría que la islamofobia viniera sólo de los sectores de la extrema derecha, pero está más generalizada. Cualquier práctica religiosa se ve como extremista. En Suecia, Bélgica, Francia, Hungría, Países Bajos, Dinamarca, Noruega, los partidos de extrema derecha están teniendo representación política, tanto en los parlamentos como a nivel local y regional. Si bien son partidos distintos, tienen un nuevo punto en común: el rechazo al islam. Articulan el discurso de defensa de la identidad nacional con un discurso de rechazo muy explícito.
No se quiere que esas mujeres trabajen o vayan a la escuela, tienen el derecho de llevar el velo en la casa. Si eso se hace en el nombre de la emancipación de la mujer no creo que se esté ayudando. Al contrario, hacen falta mecanismos que en concreto permitan que una mujer sea autónoma.
El concepto de laicidad permite optar por alguna creencia religiosa, ¿está cambiando?
Desde la revolución francesa y la separación del Estado en 1905 Francia es el país más secular de Europa. Además, es el país con mayor presencia musulmana. La laicidad es un concepto ambiguo. Hasta el momento no hemos encontrado el modus vivendi de cómo tratar la cuestión de la diferencia en la sociedad francesa. El hecho de que se prohibiera el velo en las escuelas ha polarizado a la opinión pública. Estamos fomentando la radicalización de una parte de la población musulmana porque no hemos encontrado la manera de integrar esa diferencia de acuerdo con principios como la laicidad, que normalmente permite el pluralismo.
Y además en septiembre de este año se aprobó la ley que prohíbe el uso del velo integral en los espacios públicos.
El velo integral, es decir el niqab (que deja ver los ojos y llega hasta los tobillos) y la burqa (que cubre hasta los ojos), son una expresión religiosa más fuerte que el velo del pelo, aunque minoritaria hasta en los países musulmanes. Correspondería a una práctica religiosa más conservadora e incluso fundamentalista.
La ley que se aprobó y entrará en vigencia el próximo año no nombra explícitamente al velo integral, se refiere a cualquier cosa que esconda la cara de las personas en el espacio público con ciertas excepciones para algunos oficios. Si alguien no cumple deberá pasar por una lección de ciudadanía y si se niega a sacárselo tendrá una multa de 150 euros. En realidad es algo simbólico, porque no sé si vaya a ser efectiva de verdad, va ser muy complicado controlar la calle. Pero creo que tendrá un impacto sobre las demandas de naturalización para los inmigrantes, porque esta ley ya es parte de los requerimientos para nacionalizarse como francés.
Pienso que ha llegado el punto en que prohibir el velo u obligar a llevarlo son las dos caras de una misma moneda, es una tremenda imposición del Estado sobre el cuerpo de la mujer. A pesar que esto se haga en el nombre de los derechos de la mujer, me parece que interviene directamente sobre los derechos individuales de las mujeres a decidir por ellas mismas.
¿Qué dice el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH)?
Este tribunal al que acuden los ciudadanos de los países miembros cuando han agotado todas las posibilidades en su Estado, recibió dos casos muy sonados relacionados al velo. Uno de Turquía y otro de Francia. En ambos casos perdieron los demandantes. El caso turco es sobre la estudiante de medicina Leyla Sahin, quien fue excluida de la Universidad de Estambul por llevar el velo. El caso francés fue de dos muchachas que habían sido expulsadas de su escuela.
Recordemos que luego de la caída del imperio otomano Turquía se inspiró en Francia para construir su sistema legal. Es un país donde la laicidad es cofundadora del Estado y se aplica aún más fuerte, ya que en Francia no está prohibido portar el velo en la universidad porque se considera que son mujeres adultas.
En 2004 el TEDH falló a favor del Estado turco, en pleno debate sobre la ley del velo en los colegios de Francia. Los argumentos del TEDH se fundaron en que las razones por las cuales el Estado turco prohibía el uso del velo eran legítimas, la laicidad como garantía del pluralismo, temas de seguridad y orden público. El TEDH recalcó que no hay consenso en Europa y no quiere orientar ni dar una respuesta que pueda ser aplicable a todos los Estados porque cada Estado soberano tiene su propia gestión.
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