Las humanidades digitales en contextos de emergencia: el Archivo Histórico de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana
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Gabriel Ramón
Docente del Departamento de Humanidades PUCP
Uno de los tópicos preferidos de la retórica oficial del estado peruano es la exaltación de la riqueza y la grandiosidad históricas del territorio nacional. Las celebraciones por el bicentenario de la declaración de la independencia en Lima son una buena muestra de ello. Sin embargo, la distancia entre esos pomposos mensajes y el cuidado oficial cotidiano de los testimonios del pasado nacional (pre-colonial, colonial y republicano) es abismal. Si bien la situación fuera de Lima es de emergencia (con colecciones arqueológicas abandonadas, colecciones documentales inaccesibles y depósitos saturados), en la propia capital el panorama no es mejor. Pensemos en los constantes incendios en el centro Lima que además de cobrar potenciales vidas humanas ponen en peligro el patrimonio histórico. Entre los muchos casos recientes menciono dos. Primero, el incendio del Colegio Real de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (10/03/2015) que destruyó colecciones arqueológicas y por pocos metros no acaba con el archivo histórico de la universidad más antigua del Perú. Segundo, el siniestro de la pollería Villa Chicken (05/05/2018) aledaña al Instituto Riva Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú, que aloja archivo histórico y biblioteca. Que todavía no haya pasado en Lima algo como lo sucedido en el Museo Nacional de Brasil (02/09/2018) es, básicamente, un milagro.
Actualmente, aunque la mayoría de los bienes del mencionado museo carioca son irrecuperables, se han iniciado campañas para recopilar todo tipo de información digital que podría servir de base para una reconstrucción virtual de ese valiosísimo repositorio de información histórica. Si bien, en principio, lo ideal, sería contar con programas estatales bien pensados y financiados de protección del patrimonio histórico, las humanidades digitales ofrecen algunas estrategias de preservación para contextos de emergencia como el Perú. Sabido es que la fotografía digital de un documento histórico no equivale al original, ni la reproducción 3D de un artefacto lo reemplaza, sin embargo, de este modo se puede preservar buena parte de la información. Más aún, si es adecuadamente alojada en una página web la reproducción digital de los documentos y/o artefactos tiene una mayor audiencia: el archivo digital resulta un elemento complementario del archivo físico.
En este volátil panorama limeño se sitúa nuestro proyecto de digitalización de la sección colonial y republicana temprana del Archivo Histórico de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana, que por diversas razones es uno de los repositorios documentales más valiosos y menos investigados de nuestra capital. Nuestro proyecto es financiado por el Programa de Archivos en Peligro (Endangered Archives Programme) de la Biblioteca Británica y administrado por la Pontificia Universidad Católica del Perú en convenio con la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana. Parte del proyecto ha consistido en revisar y corregir el catálogo elaborado en una fase previa pero sobre todo en digitalizar los documentos. Actualmente contamos con más de 15,000 fotografías digitales editadas que en un futuro próximo serán colocadas en la página web del Programa de Archivos en Peligro y, potencialmente, en repositorios análogos de las otras instituciones participantes. De este modo, los investigadores y el público en general podrán acceder a estas colecciones de manera gratuita desde cualquier parte del mundo. A fin de presentar los avances de nuestro proyecto y dialogar sobre los desafíos de la digitalización del patrimonio documental en el Perú, el martes cuatro de diciembre a las tres de la tarde realizaremos un conversatorio en el Salón de Actos de la Sociedad de Beneficencia (Jirón Carabaya 641, Lima 1). Están invitados.
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Patricia
Esta situación que narra sobre la falta de sintonía de lo que se dice y hace respecto al patrimonio histórico del país es totalmente cierto. Un caso similar ocurre con el patrimonio bibliográfico de nuestro país, registros manuscritos e impresos cuyas tintas se van desvaneciendo con el tiempo o son infestados por insectos, afectando colecciones completas de intelectuales que confiaron en la biblioteca para su resguardo y difusión. La declaración de patrimonio de un bien cultural debe ir acompañada de un presupuesto para su preservación y conservación, para que perdure en la memoria de las generaciones que vengan.
Jorge Suárez Sandoval
Deseo información acerca de Noé Segundo Alva Rivera, enterrado en el Cementerio Presbítero Maestro.