“Las condiciones para que surja un movimiento terrorista como SL han desaparecido, pero no para el uso de otras formas de violencia”
Tras el fallecimiento de Abimael Guzmán, cabecilla de la organización terrorista Sendero Luminoso, el docente PUCP, y exmiembro de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) Rolando Ames brinda sus impresiones sobre el suceso y reflexiona sobre la situación de la sociedad peruana a casi 30 años de su captura.
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Rolando Ames Cobián
Profesor Emérito PUCP y excomisionado de la CVR
El pasado 11 de septiembre falleció el cabecilla de la organización terrorista Sendero Luminoso, Abimael Guzmán Reinoso, uno de los actores que generó muerte y destrucción durante el periodo de violencia que vivió el Perú entre 1980 y 2000. Su deceso despierta memorias dolorosas para los peruanos, pero también abre la puerta a que reflexionemos y discutamos sobre las condiciones sociales y políticas que llevaron al surgimiento de agrupaciones violentas y nocivas, con el objetivo de que no volvamos a repetir un capítulo tan nefasto para nuestra historia.
Al respecto, conversamos con el sociólogo, profesor emérito de la PUCP, y exmiembro de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) Dr. Rolando Ames, quien comparte sus impresiones sobre este suceso y sus implicancias para la sociedad peruana.
Es importante pensar en qué podemos hacer desde ellas [las universidades] para que la imagen real del Perú sea mejor comprendida. Quizá enseñar una historia contemporánea pero de la segunda mitad del siglo XX, que es cuando los cambios se aceleran. La historia ayuda a entender el presente y la importancia de tener proyectos de país".
¿Qué reflexiones se pueden hacer acerca de la muerte de Abimael Guzmán? ¿Qué significa para la sociedad peruana la muerte del cabecilla de SL?
La muerte de Guzmán da una ocasión para revisar de nuevo la historia de este movimiento terrorista. Las raíces de la división social en el Perú son muy profundas. En este país desigual y diverso, educado por siglos en premisas racistas, la verdad oficial era que unos eran superiores a otros. Creo que la discusión sobre la violencia no puede soslayar ese pasado antiguo pero muy presente en la cultura y en el hábito de los peruanos, y en que algunos se sienten representados en el Estado y otros no.
¿Cree que hemos avanzado con respecto a estos problemas estructurales que pueden servir para que surjan grupos terroristas como Sendero Luminoso?
Las condiciones para que surja un movimiento terrorista de ese tipo han desaparecido, pero no para el uso de otras formas de violencia. Por un lado, creo que ha quedado claro que el desarrollo científico y técnico es tan potente que no hay manera de separar el futuro de un país del futuro del planeta. Los problemas son comunes porque la economía se ha vuelto globalizada. En ese contexto, ya no hay base alguna para la idea de que se puede tomar el poder por la fuerza y derrotar a un Estado constituido.
Donde no hemos progresado, desgraciadamente, es en el tema de la equidad social. Hemos pasado primero por la ilusión del crecimiento económico que, en los años 90 y buena parte de los 2000, fue una ilusión con base real. Lo que no se menciona tanto es que se creyó que ese crecimiento iba permitir la mejora económica de todos. Viene la pandemia y se hace visible para la gente una desigualdad directa que afecta su vida cotidiana, en concreto, a su salud y a su empleo. Hay sentimientos muy diferentes en esa parte del Perú que está bien amarrada al proceso de crecimiento económico y en la parte que está en el mundo de los excluidos.
Creo que ha quedado claro que el desarrollo científico y técnico es tan potente que no hay manera de separar el futuro de un país del futuro del planeta. Los problemas son comunes porque la economía se ha vuelto globalizada. En ese contexto, ya no hay base alguna para la idea de que se puede tomar el poder por la fuerza y derrotar a un Estado constituido.
En una entrevista que hizo hace algunos años al diario El País, usted señalaba que con el trabajo de la CVR habían dado voz a los ciudadanos anónimos. ¿Le parece que estos ciudadanos siguen siendo anónimos?
Las posibilidades de informarse ahora son mejores. En pandemia, uno puede ver las escenas en los hospitales de Iquitos, la falta de hospitales en Madre de Dios o en las alturas de Puno. Creo que allí la ignorancia ha bajado mucho. Pero lo que no ha mejorado es la capacidad de discernimiento y de pensar con consistencia porque eso requiere educación. Y la educación pública se ha convertido en un negocio que no tiene alicientes para superarse. Se hacen necesarias y urgentes reformas que mejoren la alimentación, la salud y la educación de la gente.
Hay mucho escepticismo en la sociedad sobre el fallecimiento de Guzmán y sobre el periodo de violencia en general. ¿Qué responsabilidad tenemos como instituciones de educación formadoras de ciudadanos profesionales?
Creo que para la universidad es un reto no solo recordar los hechos con la información ya acumulada, sino pensar en la difusión. No hemos tenido esa capacidad. La difusión no está a la escala de la magnitud de las incomprensiones, de la falta de educación y de la desinformación. Si eso no se hace de una manera más seria, tiene que hacerlo el Estado, pero las universidades pueden ser claves. Es importante pensar en qué podemos hacer desde ellas para que la imagen real del Perú sea mejor comprendida. Quizá enseñar una historia contemporánea pero de la segunda mitad del siglo XX, que es cuando los cambios se aceleran. La historia ayuda a entender el presente y la importancia de tener proyectos de país. Creo que en el pasado una de las cosas positivas que hicieron las izquierdas, y también algunas derechas, fue proponer utopías y proyectos alternativos. Si no hay un proyecto alternativo, si un cambio de sistema es imposible, ¿para qué la gente se va a meter en la política?
Muchos de nuestros estudiantes actuales no habían nacido durante la captura de Abimael Guzmán y la época del terrorismo. ¿Qué tendrían que tener ellos presente para su desarrollo como ciudadanos?
Creo que, en materia de ciencias sociales, deben aprenderla historia de los grandes fenómenos peruanos: la migración masiva, la evolución de la producción y de la mano de obra empleada en el sector tecnológico de punta. Tiene que haber un esfuerzo gigantesco porque hoy en día son los medios a través de la propaganda comercial consumista los que hacen pensar a la gente. Y eso es muy grave, no se piensa en el país. No hay proyecto de país.
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