"Pagar impuestos no es un tema de administración, sino de valores"
Con 62 votos a favor y 43 en contra, el Pleno del Congreso aprobó la solicitud que el Ejecutivo envío para que se le otorguen facultades para legislar en materia tributaria. ¿Qué reformas se planean realizar? ¿Cuál es el grado de evasión tributaria? ¿Cuál es el rol del contribuyente en este problema? Para hablar de este y otros temas vinculados con la administración tributaria, conversamos con el profesor Edwin Gutiérrez.
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Edwin Gutiérrez
Docente del Departamento de Ciencias Administrativas de la PUCP.
Texto:
Luis YáñezFotografía:
Mario Lack
¿Qué le parece esta medida? ¿Era necesaria e inevitable?
Yo creo que sí, pero hay que ver esta medida dentro de una política general del Gobierno. El miércoles 30 de mayo, el Consejo de Ministros aprobó el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2013-2015, en el que se establecen las directrices de política económica y política tributaria.
Uno de los objetivos que pretende cumplir el Gobierno es alcanzar una disciplina fiscal, lograr que los ingresos y gastos estén equilibrados, para que el Estado pueda generar los recursos suficientes para financiar todo el gasto público. Para ello, necesita ciertas medidas que le garanticen que los ingresos tributarios van a seguir subiendo a lo largo del año. Desde ese punto de vista, lo que he leído en el MMM es coherente con las facultades solicitadas. Su centro es incrementar los ingresos tributarios sin subir tasas ni crear nuevos impuestos.
¿Qué medidas podría tomar el Gobierno para ampliar la base tributaria?
Hay dos fuentes principales: por un lado está la política fiscal, que determina qué impuestos pagar, quiénes deben hacerlo, cuántas son las tasas y sanciones, etc. La ampliación de la base tributaria significa también reducir o racionalizar los beneficios tributarios (exoneraciones, tasas especiales, excepciones), tratamientos específicos que benefician a una población o un sector en particular, en desmedro del resto. El MEF quizá tratará de eliminar algunos de ellos y agregará una serie de requisitos para que en el futuro no proliferen muchos.
Por otro lado, se debe mejorar la eficiencia y eficacia de la administración tributaria. Y parte de los paquetes de reforma tienen que ver con darle nuevas herramientas, lo que se engloba dentro de un plan general. A principios de este año se aprobó la Ley de Fortalecimiento de la Administración Tributaria, con la que se le ha dado bastante flexibilidad para que pueda utilizar sus propios recursos.
¿Qué metas se ha puesto el Gobierno en los próximos años?
La administración tributaria se está poniendo una serie de metas al 2016, con indicadores que van a tono con el pedido de facultades: la elevación de la presión tributaria al 16%, la reducción de la evasión del IGV del 34 al 17%, la reducción del nivel del contrabando al 3% y otras áreas que tienen que ver no solo con el control fiscal sino también con la simplificación administrativa.
Además, el Gobierno tiene una meta bastante ambiciosa: alcanzar una presión tributaria de 18% del PBI al 2016. Desde el año 1990 a la fecha, nunca hemos superado el 16% del PBI. El año pasado hemos llegado al 15.5%, por lo que aspirar alcanzar el 18% en solo tres años es impresionante.
¿Y en comparación con otros países de la región?
En comparación con otros países de Latinoamérica, Perú se encuentra a la mitad de la tabla de la presión tributaria; sin embargo, cuando se considera los otros ingresos generales del Gobierno (tasas, contribuciones, utilidades de las empresas públicas), Perú termina en el penúltimo lugar, lo cual indica que los otros países tienen más ingresos debido a la aplicación de políticas intervencionistas (como el manejo del monopolio de empresas petroleras o de gas).
¿Somos tributo-dependientes?
Sí, y desde mi punto de vista eso es sano, porque todos los países deberían financiar buena parte de sus recursos públicos con tributos. En el Perú, el ingreso tributario implica cerca del 80% de los ingresos de todo el Estado. Las tasas o las contribuciones son impuestos destinados; uno no puede decidir qué puede hacer con esos recursos porque están para costear el servicio público. Y sobre las utilidades de las empresas, hay diferentes posiciones: unos dicen que el Estado debería mantenerse ajeno al mercado (posición que comparto); otros, que debería ser mucho más intervencionista. Ya hemos vivido estas experiencias en el pasado y son nefastas, son ingresos temporales que terminan generando grandes costos.
¿Los contribuyentes que reciben mayores ingresos deben pagar impuestos más elevados?
Uno de los principios de la tributación es la equidad. No todos estamos en la capacidad de contribuir en la misma medida al erario público: unos ganan más y otros ganan menos. Esa consideración es adoptada en la legislación de todos los países, sin excepción. El impuesto por excelencia que busca esa progresividad es el Impuesto a la Renta (IR), que maneja tasas progresivas de acuerdo con los ingresos de una persona.
¿A cuánto ascienden los niveles de evasión fiscal?
Los niveles de evasión fiscal son elevados: 35% en el caso del Impuesto General a las Ventas (IGV) y 50% en el caso del IR. En su presentación en el Congreso, el ministro de Economía mostró que los índices de evasión tributaria en el IGV y en el IR han estado bajando de manera paulatina en los últimos años, lo cual implica que la administración tributaria ha estado haciendo bien las cosas. No obstante, los niveles actuales siguen siendo elevados, por lo que hay que seguir en esa tendencia.
¿Hay una legislación adecuada para sancionar a los evasores tributarios?
Yo creo que justamente la solicitud del MEF revela que faltan algunas herramientas y que se tienen que tapar algunos huecos. Si bien la evasión tributaria ha ido alcanzando niveles cada vez más bajos, se necesita aprobar paquetes que aseguren la recaudación y mejoren la eficacia de los controles por el lado de la fiscalización. Por ejemplo, se plantea incorporar nuevas figuras del delito tributario, específicamente referidas a la falsificación de comprobantes de pago o a la participación dentro de una red organizada para realizar delitos tributarios, las cuales no están tipificadas en la legislación actual.
¿Y cuál es el rol del contribuyente frente a este problema?
Hay aquel que no paga por falta de información, porque está desorientado o porque los procedimientos son muy costosos y se desanima de cumplir con sus obligaciones tributarias. Y por otro lado, hay contribuyentes que aún sabiéndolo todo, sencillamente no quieren pagar. Dentro del plan estratégico de la administración tributaria, un factor novedoso es el relanzamiento del concepto de conciencia tributaria, que es la predisposición que tenemos todos los peruanos para pagar nuestros impuestos.
Este no es un tema de administración, es un tema de valores, los cuales deben ser promovidos desde diferentes frentes. El papel del Estado allí es crucial porque parte de la predisposición para pagar impuestos es la apreciación que tiene el ciudadano del servicio que le da el Estado. Un ciudadano que sabe que el uso de sus impuestos revierte en su beneficio es un contribuyente que tiene una conciencia tributaria bastante aceptable.
El Perfil
Nombre: Edwin Gutiérrez
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