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"Es necesario instalar capacidades a escala local para gestionar procesos de desarrollo"

Claudio Cortellese, especialista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en temas relacionados con el desarrollo de América Latina, llegó hasta la Universidad Católica para brindar la conferencia magistral Articulación del Desarrollo Económico Local y la Gerencia Social, la cual se organizó como parte de las actividades de la nueva mención en Gerencia de Desarrollo Económico Local de la Maestría en Gerencia Social de la PUCP, la cual se ejecutará como parte del Convenio entre el Consorcio de Organizaciones Privadas de Promoción al Desarrollo de la Micro y Pequeña Empresa (COPEME) y la PUCP.

  • Claudio Cortellese
    Jefe de la Unidad de Acceso a Mercados y Capacidades del Fondo Multilateral de Inversión del BID
  • Texto:
    Diego Grimaldo
  • Fotografía:
    Mario Lack

¿Qué tan importante es para la economía de un país el desarrollo de sus pequeñas y medianas empresas?

El desarrollo económico de un país tiene que ver mucho con sus pequeñas y grandes empresas. Tengo entendido que en el Perú más del 50% del producto nacional está ligado a ellas, lo cual es el promedio en los países de América Latina. En la región, el índice de productividad es mucho más alto entre pequeña, mediana y gran empresa que el que se tiene en países desarrollados, lo cual quiere decir que el foco de la atención debería estar puesto en mejorar la productividad y la capacidad de producción de la pequeña y mediana empresa, porque su participación en el producto puede aumentar significativamente y esto podría verse reflejado en mayores salarios e ingresos. Ambas son elementos importantes para el país y también para el desarrollo de la gran empresa, porque esta también les compra.

¿Es diferente el contexto en el que se desarrollan las pequeñas y medianas empresas en esta región respecto al de Europa?

Depende mucho de los países y de la definición de pequeña y mediana empresa. En general, la productividad de estas empresas es muy baja respecto a las grandes. Hay más participación en el empleo que en el producto. En países desarrollados esta línea es menos inclinada, es un poco más horizontal; y en ciertos sectores, la pequeña y la mediana empresa tienen más productividad que las grandes.

¿Es buena la relación entre el Estado y este tipo de empresas?

Hay diferentes niveles de relación. El Estado no es una entidad abstracta, es una entidad pública que tiene compra, que estimula, regula, promueve, tiene una serie de funciones para producir bienes que permitan favorecer el desarrollo económico y social. Depende mucho de la tradición de cada país, de la organización administrativa. El Estado se relaciona mejor con las grandes empresas porque estas tienen planes y objetivos explícitos. Como Estado puedo decir: «Me interesa la inversión, la cual, al final, va a generar empleo, demanda». Con las pequeñas y medianas empresas es más complicado por su falta de productividad, su falta de capacidad para hacer negocios y porque se encuentran más fragmentadas (porque son miles). Los instrumentos son diferentes. Por otro lado, el peso de los gobiernos locales en relación con la pequeña y mediana empresa puede ser más significativo que con una empresa minera, por ejemplo, y el «goal» del gobierno de intermediar intereses privados y públicos puede ser mucho más eficiente allí.

¿Qué tipo de estrategia podrían utilizar los gobiernos locales para tener una mejor relación con las empresas?

Normalmente las comunidades reaccionan negativamente ante una gran inversión por muchas razones. Hay algo que considerar: alguien que haya gastado millones en planear una inversión difícilmente va a cambiar de idea porque a otro no le gusta. Si alguien pone dos mil millones de dólares en un lugar, definitivamente le va a cambiar su geografía económica radicalmente, para bien o para mal. Va a quedarse, no se va a ir en un año, sino en cincuenta. Se va a quedar más que un gobierno. Para mí, el desafío que hay por parte de las autoridades y los líderes de las empresas pequeñas, medianas y las universidades es cómo, a partir de esto, aprovechar los factores positivos y mitigar los negativos. No hay que contraponerse. Ninguna empresa grande tiene interés en complicar la vida de los demás, de repente, no en mejorar la vida de los demás, pero no en empeorarla. Está claro, en el caso de las minas, que ellos hacen sus negocios, y que el problema muchas veces es un tema de lenguaje, porque son ingenieros, no son sociólogos. Seguro hay forma para aprovechar la inversión para más gente, tener un acercamiento más participativo por parte de los diferentes actores.

La idea es que todos se beneficien…

Que cada uno ceda una parte para tener finalmente una postura común que beneficie a todos, lo cual es el tema de desarrollo económico local: tener una participación de los actores líderes de una determinada región que definen en conjunto un objetivo, que es una sumatoria de los intereses de varios. Cuando hay una inversión grande se tiene que negociar, pues donde se da esta condición todos salen beneficiados. Para una empresa es una ventaja invertir en un lugar en donde todo está bien en lo social y económico, que invertir en uno donde hay violencia. Conozco un caso en Brasil en el que una minera importante en lugar de «ayudar» a la comunidad construyéndole una cancha de fútbol, que es lo más fácil y lo más inútil, aprovechó la capacidad técnica de sus ingenieros y su logística para redefinir todo el sistema de residuos sólidos de la zona. De acuerdo con las partes, se decidió apoyar al municipio para que en dos años tuviera la capacidad para hacer todo esto viable.

No solo darles el producto, sino ayudarles a desarrollarlo y gestionarlo…

Todo el mundo puede aprender. No es ciencia ficción. Hay que aprovechar la ventaja competitiva para el beneficio común. La idea es no esperar que te den algo, sino pensar «adónde quiero ir», y «cómo podemos compatibilizar». Es difícil, porque de un lado hay ingenieros muy preparados y del otro, personas que tienen poca capacidad de gasto que deberían buscar generar sistemas bastante complejos.

Iniciativas como el Programa Regional de Formación para el Desarrollo Económico Local con Inclusión Social son importantes.

Es un programa multipaís a través del cual queremos generar alguna economía de escala, de aprendizaje; generar conocimiento y materiales que puedan servir y distribuirse entre distintas entidades, además de lograr el intercambio entre docentes y experiencias. La idea que aquí en la Católica se está reflejando muy bien es instalar en una institución del país las capacidades que se necesitan a escala local para poder gestionar todos estos procesos de desarrollo.

El Perfil

Nombre: Claudio Cortellese

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