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Francisco, un papa sin formalismos ni protocolos

  • Mag. Kurth Mendoza Gutiérrez
    Coordinador de la Dirección Académica de Relaciones con la Iglesia

Han pasado apenas 24 horas de la noticia de la partida de Francisco, el papa que ha marcado la historia de nuestro siglo XXI, y el mundo entero, católicos y no católicos, sigue sin creerlo. Si hacía unas horas lo vimos desde el balcón de la Basílica de San Pedro deseando, con una voz débil y sin nitidez, unas felices Pascuas para todos, dicen algunos. Es que es para no creerlo. Francisco ha querido despedirse en la Pascua de Resurrección de nuestro Señor. Lo hizo antes de su propia Pascua, antes de dar ese paso final y definitivo al que todo creyente aspira: reencontrarse con Dios, con Jesús, con nuestro creador.

En estas horas se me viene a la mente la imagen luminosa del papa Francisco, a quien tuve el placer de conocer a fines de 2018 en el marco de mis funciones profesionales en Roma. Aquella tarde de diciembre una comitiva peruana tenía una reunión con el Papa en la Residencia de Santa Marta, la casa de huéspedes que queda en el interior del Vaticano y el lugar que él escogió para vivir desde aquel 13 de marzo de 2013 en que fue elegido Sumo Pontífice. A los pocos minutos, pude estrechar la mano e intercambiar palabras con el primer papa latinoamericano de la historia de la Iglesia. Sin formalismos ni protocolos. Ahí estaba el Santo Padre solo con su alba de color blanco, como un sacerdote antes de una misa. Sin la sotana blanca característica de los papas. Luego de la reunión, él nos entregó unos rosarios y nos acompañó muy cálidamente hasta el ascensor del piso 5. Incluso hasta tocó nuestros hombros, como quien despide a un amigo. Ese era Francisco. 

Nunca antes se había hablado tan fuertemente -desde la jerarquía de una institución que tiene más de 2 mil años de historia- que la Iglesia tiene que estar con los más pobres, con los sufrientes y afligidos".

Francisco se ha ido, pero nos quedan 12 hermosos años donde sentimos, muy de cerca ,el rostro de una Iglesia pobre para los pobres. Nunca antes se había hablado tan fuertemente -desde la jerarquía de una institución que tiene más de 2 mil años de historia- que la Iglesia tiene que estar con los más pobres, con los sufrientes y afligidos, con los descartables de la sociedad. Que la Iglesia debe salir a las periferias, a los lugares más recónditos del mundo, al encuentro de las personas que quieren ser escuchadas y comprendidas. Francisco creía en una Iglesia de oración, pero sobre todo en una Iglesia de acción. Por eso decía: quiero una Iglesia en salida. En los últimos años, se esforzó mucho por llevar adelante el mensaje de una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina unida, donde obispo, sacerdote, religiosa y laico son iguales ante Dios y ante su pueblo. Nadie es menos o más que alguien.

En este tiempo, la Iglesia ha avanzado muchísimo en mensajes y gestos que el legado de Francisco perdurará porque cuando se avanza de esa manera, es muy difícil volver hacia atrás.

Que en paz descanse nuestro querido papa Francisco.

*Las columnas de opinión reflejan la opinión del autor y no necesariamente la de la PUCP.

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Mendoza Bartra Pedro

Un comentario a lo escrito por Kurth, realmente el Papa Francisco es un Papa de estos tiempos, donde hay muchos cambios en todo.El Papa Francisco se preocupó mucho por los pobres del mundo.Que Dios Padre le de el descanso eterno y pronto sea un Santo de la Iglesia.