“El periodismo de análisis debería ser un bien público, no privado”
¿La masificación de las nuevas tendencias de información está quitando visibilidad al periodismo tradicional? El periodista y sociólogo argentino Silvio Waisbord nos habla de los desafíos que tienen que afrontar los medios de comunicación en una sociedad de constantes cambios, donde la voz de los ciudadanos tiene cada vez mayor trascendencia. Fue invitado por nuestra Maestría en Comunicaciones para dictar un módulo del curso Teoría Sociocultural de la Comunicación, titulado “Periodismo en transición”.
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Silvio Waisbord
Periodista, sociólogo y profesor en George Washington University (EE.UU.)
Actualmente, ¿cuál es el papel que cumple el periodismo con el desarrollo de las TIC?
Lo que cambian son las plataformas, las formas de financiamiento, el vínculo con el público. Lo que el periodismo hace –o debería hacer– no cambia. Hay funciones o expectativas sociales que siguen siendo las mismas, que son dar información, investigar sobre el funcionamiento del poder y de la democracia, o ayudar a que la gente comprenda mejor lo que está pasando. Creo que la proliferación de medios sociales no modifica eso, no ha reemplazado lo que el periodismo tradicionalmente hacía o se esperaba que hiciera en una democracia.
¿Estamos ante un fenómeno de periodismo de datos?
El problema está en lo que es en potencia y lo que es en realidad. Por el vértigo del trabajo mismo, y la limitación de recursos y tiempo, se está trabajando de una forma en que se desaprovecha lo que se llama el periodismo de datos. A pesar de algunas excepciones, la mayoría de medios no ha cambiado fundamentalmente su metodología de trabajo y es una oportunidad perdida por la cantidad de información disponible que se puede analizar, y la gente común no tiene noción de esto o no tiene las habilidades para procesarla. El periodismo tampoco lo hace porque hay una inclinación por la información fácil.
Con la masificación de las redes sociales, ¿piensa que hay una tendencia de creer más en las opiniones personales que en las de los medios convencionales?
El periodismo no, necesariamente, va a tener una influencia importante para moldear conocimientos, actitudes u opiniones sobre temas que nos interesan. No creo que haya habido cambios fundamentales en esta comunicación híbrida, en la cual lo interpersonal y masivo están implicados.
¿Cómo se desenvuelven los medios de comunicación en gobiernos populistas o caudillistas?
Hay una división profunda porque estos gobiernos ven a los medios como amigos o enemigos y tienden a pensar que tienen que estar de un lado o del otro. Los medios también responden de esa forma, ya sea por razones políticas o económicas. Además, hay una ciudadanía con voz fuerte que toma partido para unos medios según su posición con el gobierno. El error es pensar que estamos en una sociedad totalmente dividida. Los indicios que tenemos es que una parte de la sociedad toma posición más ferviente para una facción u otra, que refleja lo que los medios mismos hacen.
¿Cómo hacer rentable un periodismo de análisis?
Es muy difícil hacer eso. Ese periodismo lo tendríamos que pensar como bien público, no como bien privado; un periodismo necesario para la democracia, pero que no es necesariamente rentable. Dejarlo en manos del mercado es un despropósito, porque este va donde puede hacer mucho dinero. Estados Unidos es el modelo filantrópico de negocios, pero en América Latina eso no está desarrollado y es muy difícil pensarlo hoy en día. Yo sigo pensando que el periodismo de radio y TV podría sostenerse por fondos públicos, pero las condiciones no son las mejores, pues hay problemas crónicos en los medios públicos en América Latina relacionados con mal manejo, partidización e influencia desmedida del Poder Ejecutivo.
¿Son pertinentes las leyes de regulación de los contenidos de los medios de comunicación?
La autorregulación de los medios es la que debería privilegiarse. La regulación desde el Estado, creo, es complicada porque tenemos una trayectoria con un récord no muy sólido en América Latina. Pienso que en los programas para niños, sí es importante una regulación por parte del Estado, para promover ciertos contenidos adaptados o útiles, pero meterse con el tema de regulación de la “TV basura” es más complicado, aunque los medios peruanos tampoco son muy buenos en la autorregulación. Estamos entre una pared y una roca, y no hay buenas soluciones. El problema es cómo resolver la censura que ocurre desde el mercado, un problema importante en nuestras democracias. Estamos en una situación de muchos frentes abiertos y no tenemos mecanismos efectivos para la regulación positiva de contenidos.
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