La investigación sobre el envejecimiento de la población en el Perú y su impacto es aún escasa en nuestro país. No obstante, quienes trabajamos con o para la población adulta mayor sabemos que este influye en aspectos económicos, sociales y culturales. Por ello, cada vez es más urgente estudiar este proceso demográfico.

Nuestra Universidad, a través del programa UNEX, fue invitada por el Instituto del Envejecimiento de la Universidad de Oxford de Reino Unido (Oxford Intititute of Ageing) para formar parte de la red latinoamericana de investigadores sobre el envejecimiento. La primera semana de julio, participamos, junto con representantes de otros seis países de Latinoamérica, en esta reunión y pudimos exponer la situación del adulto mayor en el Perú ante un público proveniente de varias universidades e instituciones británicas.

Basada en un estudio realizado con 299 adultos mayores -205 de los cuales eran alumnos y exalumnos del Programa, y 94 eran adultos mayores no alumnos, provenientes de sectores de bajos ingresos- la exposición desarrolló la propuesta de la educación como una estrategia para el empoderamiento del adulto mayor. El concepto de empoderamiento nos remite a un proceso ciertamente complejo y heterogéneo donde el individuo asume el control de su vida y su entorno en todas sus dimensiones -personal, social, económica y afectiva-, aumentando su autoridad y poder sobre las situaciones y decisiones que afectan su vida. En sociedades como la nuestra, el trato al adulto mayor está caracterizado por su marginación y desvalorización producto de la cultura del envejecimiento vigente, que lo relega y quita oportunidades de seguir ejerciendo derechos y desarrollando capacidades y habilidades.

La educación, en este caso la que puede brindar la universidad, se convertiría así en una aliada estratégica para retomar el control de su vida, pues le permite acceder a un conocimiento sistemático, informarse y formarse en diversas materias que van desde conocer mejor su propio proceso de envejecimiento y las posibilidades que este le brinda, hasta desarrollarse como emprendedor aprendiendo a elaborar y gestionar un proyecto de inversión. Así nos lo sugieren los resultados de la investigación realizada con adultos mayores que demandan educación para trabajar y están dispuestos a hacerlo plenamente pugnando por mantener el control de su vida y su futuro.

Finalmente, como resultado del encuentro de Oxford, se formaron tres subcomisiones de investigación, en las cuales estamos integrados los representantes latinoamericanos. La primera de ellas trabaja el tema del empoderamiento; la segunda, el de identidad y ciudadanía, y la tercera, el de las relaciones intergeneracionales. Estas subcomisiones volverán a encontrarse el próximo septiembre del 2010 en México para compartir los avances de sus investigaciones.

Cabe resaltar la importancia del impulso dado por el Oxford Institute of Ageing para que investigadores latinoamericanos trabajen coordinadamente desarrollando estudios transnacionales. El impulso que podamos dar en el Perú a la investigación sobre el envejecimiento nos permitirá prever las consecuencias de este fenómeno demográfico en nuestro país y eventualmente sugerir las alternativas pertinentes para las situaciones que tengamos que afrontar.