En estos tiempos de cuarentena, la PUCP y el talento de nuestros docentes e investigadores se han puesto a disposición de la sociedad para contribuir a la protección de la población desde nuestras distintas disciplinas, todo lo cual genera creaciones que pueden ser protegidas por el sistema de propiedad intelectual.

A manera de ejemplos, mientras nuestros ingenieros y diseñadores industriales desarrollan respiradores mecánicos y dispositivos de protección personal –eventualmente, protegibles como patentes o diseños industriales–; nuestros matemáticos desarrollan proyecciones estadísticas para la toma de decisiones –publicables como artículos o informes especializados–; y nuestros psicólogos colaboran con el desarrollo de políticas públicas para el bienestar mental comunitario.

Que este Día Mundial de la Propiedad Intelectual sea una ocasión para reflexionar sobre ese quehacer cotidiano de la Universidad como centro de creaciones intelectuales por excelencia».

También nuestros juristas vigilan las nuevas normas para la protección de los derechos fundamentales –cuyos análisis comparten en entrevistas y artículos especializados–, al igual que lo hacen nuestros científicos sociales respecto del comportamiento considerando, además, la perspectiva de género. De la misma forma, nuestros educadores apoyan al Minedu mediante la dotación de recursos pedagógicos –como obras literarias y audiovisuales– al igual que nuestros historiadores, quienes nos recuerdan que el Perú ya pasó por pandemias anteriores y la historia nos da siempre lecciones que aprender.

Nuestra comunidad informada, activa, sensible, vigilante e interactiva plasma su creatividad en nuevas tecnologías, software, publicaciones especializadas, artículos de opinión, protocolos, entrevistas en medios de comunicación radial, televisiva o escrita, entre otras creaciones protegibles por el sistema de propiedad intelectual, por lo que se reconocen nuestros derechos personales como creadores, inventores, autores o diseñadores industriales y con ello a la PUCP como centro generador por excelencia.

Gracias a la propiedad intelectual, accedemos y ofrecemos todo tipo de contenidos: formativos, informativos, científicos, tecnológicos».

Es esa creatividad la que también nos permite ser retroalimentados con las creaciones intelectuales compartidas, a nivel internacional, por otros creadores en este esfuerzo conjunto por protegernos como humanidad. Así, gracias a este sistema de derechos reconocidos a nivel internacional, podemos darnos a conocer y conocer también a otros con quienes estamos unidos en un mismo esfuerzo orientado al bienestar común que, hoy por hoy, no tiene fronteras.

La pandemia ha tocado al sector educación de manera particular y nos ha llevado a dar un salto hacia adelante en materia de uso de herramientas para impartir educación virtual, y así nuestra natural vocación docente fomenta la creatividad de manera impresionante.

Nuestro estilo personal y único de impartir clase ahora se encuentra plasmado en videos educativos; en los foros, nuestros alumnos se explayan, lo cual favorece ampliamente a los más discretos; buscamos aprender sobre el uso de las excepciones al derecho de autor para poder acceder a contenidos de calidad y nos volvemos creativos ante los retos que también el sistema mantiene, para lo cual contamos con el apoyo institucional respectivo.

Entonces, gracias a la propiedad intelectual, accedemos y ofrecemos todo tipo de contenidos: formativos, informativos, científicos, tecnológicos e incluso jocosos, todo lo cual contribuye a este esfuerzo por salir adelante en tiempos inciertos. Que este 26 de abril, Día Mundial de la Propiedad Intelectual, sea una ocasión para reflexionar sobre ese quehacer cotidiano de la Universidad como centro de creaciones intelectuales por excelencia y, con ello, felicitemos el esfuerzo –personal y colectivo- por contribuir con el talento de cada uno por apoyar, para un mediano plazo, a nuestra sociedad en estos momentos de prueba.