Carlos Castillo, nuevo Arzobispo de Lima
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R.P. Gastón Garatea, SS.CC.
Asesor en temas de Responsabilidad Social de la Dirección Académica de Responsabilidad Social
Sabemos que es un hombre bueno, bien preparado, maduro como sacerdote y dispuesto a servir a todos en especial a los más pobres de nuestro mundo"
El Papa Francisco ha nombrado al sacerdote diocesano de Lima como el nuevo Arzobispo de Lima. La verdad es que no lo esperábamos, pues casi siempre, para un puesto así, se nombra a un obispo con experiencia en el manejo de otras jurisdicciones eclesiásticas. Pero así es nuestro Papa actual, que busca otro rostro para la Iglesia. Busca a gente sencilla, que conozca a las personas con las que va a trabajar para dar la oportunidad a todos de ser una Iglesia “hacia afuera”. Es decir, se confirma que el Papa es realmente un maestro del Vaticano II. No se trata de una Iglesia a la que hay que servir, sino una Iglesia que busque servir al mundo como es.
Quienes conocemos a Carlos Castillo desde hace décadas, nos hemos alegrado profundamente con este nombramiento. Sabemos que es un hombre bueno, bien preparado, maduro como sacerdote y dispuesto a servir a todos, en especial a los más pobres de nuestro mundo. Es cierto que el sufrimiento no es un pariente lejano, pues son muchas las ocasiones en las que se le ha presentado, pero su respuesta ha sido siempre mirando a su Señor. Y es justamente este punto el que nos parece importante. Como dice el Salmo, el nuevo Arzobispo “tiene sus ojos puestos en su Señor”. Se trata de un pastor bien preparado para guiar a los fieles al Reino que está entre nosotros y al que tenemos que proclamar con nuestra vida.
Queremos que sea ese pastor valiente que, con su vida y con su ejemplo, ayude a caminar a quien lo necesite. Caminar como hermanos poniendo siempre a Jesucristo como guía el importante que hay que seguir. La situación no es fácil. Estamos en un país en el que el tema de la corrupción, a todos los niveles, está muy extendido. La Iglesia no es ajena a estas corrupciones, pero tiene que dar el ejemplo en la búsqueda de horizontes nuevos, eficientes y eficaces para que este pueblo peruano pueda vivir con los dones que tenemos y apreciamos.
Desde esta, su casa, la PUCP, queremos decirle al Arzobispo que caminaremos muy cerca de él, acompañándolo con nuestra presencia y oración y también realizando los esfuerzos necesarios para que el trabajo y la presencia entre nosotros den los frutos que estamos todos llamados a dar.
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