"El arte es una mercancía particular, porque se entiende como un campo de conocimiento"
ArtLima, PARC, Noche en Blanco, entre otras, son algunas de las ferias y exposiciones de arte que se dieron en Lima. Se congregaron varios artistas, galerías, de diferentes países y diversos temas. ¿Estamos frente a un incremento del mercado de arte o nos aproximamos a un boom artístico?
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Max Hernández Calvo
Docente de la Maestría de Historia del Arte y Curaduría
Texto:
Susana NavarroFotografía:
Felix Ingaruca
¿Cree que nos estamos acercando a un boom de las exposiciones de arte en el país?
Más que un boom tenemos un contexto económico que se ha pensado como una oportunidad. Me parece una coincidencia sintomática que el Foro Económico Mundial para América Latina se haya inaugurado el mismo día que el ArtLima y el PARC, las dos primeras ferias de arte del Perú. Hay evidentemente un boom económico y contamos con una cifra macroeconómica supuestamente excelente y creo que es sobre eso que se ha querido montar las ferias. La pregunta es si este crecimiento económico y estas posibilidades de negocio pueden ayudar a que se dé una movilización de la cuestión artística, pero no creo que sea una representación de la misma.
Una crítica era que en estas ferias imperaba la comercialización del arte.
No existe ninguna otra feria que se trate de otra cosa que no sea la comercialización del arte. Lo que pasa es que las ferias de arte incorporaban programaciones, ofrecían algo más que la comercialización de las galerías, con clientes, compradores y coleccionistas. Estos son eventos que tienen una dimensión de espectáculo y con una gran cantidad de asistentes que van a curiosear. La cuestión está en si en toda esa masa de gente, cómo la que asistió a La Noche en Blanco y se interesa en un momento muy particular por la actividad cultural, se puede hacer que el interés permanezca un poco y se distribuya a lo largo del calendario de expos del año. Lo que pasa es que hay una ficción de separación entre la comercialización y la discusión más académica y, no es que todo se trate de comercio, sino que en un circuito tú acumulas capital simbólico que es prestigio, importancia e interés que luego se traduce en capital financiero. Por ejemplo, cuando hablan de las subastas, los precios de una obra se disparan debido a que está ligada a un tipo de circulación que ha tenido. El negocio tiene que ver con el sentido de circulación, pero reteniendo su lado de actividad económica.
¿Por qué es importante que un artista se mueva en estos circuitos?
Porque este es un negocio internacional y una feria supone la concentración de un montón de gente de distintos lados en poco tiempo, por lo tanto, puedes networkear como nunca y generar oportunidades de circulación internacional de manera más fácil que en la actividad normal. Un artista expone en una galería y le pueden sacar medio catálogo, aunque lo estándar es que no saquen nada, y ahí puedo circular más. Finalmente, la carrera de un artista tiene que ver con cómo expone, dónde, cómo se escribe y comenta de su obra, cómo circula y comercialmente, quién compra la obra, que no es lo mismo que el comprador sea un familiar que un coleccionista importante. Lo que hablamos es de circuitos de validación del cual las ferias son parte y no es solo para los artistas, sino también para las galerías, que también pasan por una selección y pueden ser rechazadas.
¿Una feria puede aumentar el interés por el arte, generar conocimiento?
Creo que, ya que se está realizando esa movilización e inversión, se debe ver cómo hacer que haya un interés sostenido, incluso en términos de mercado. Si deseo hacer dinero y genero un mercado, ganaré mucho, para esto tengo que buscar maneras de que el público pueda interactuar. Las ferias tienen una ventaja, llaman más la atención, más gente asiste porque las personas no se sienten tan intimidadas como en una galería y es algo que se puede explotar. Estas ferias daban la oportunidad de interactuar mucho más con el público y de explicar. Lamentablemente, vi galeristas sentados, probablemente cansados, pero ese es su trabajo, era el momento de interactuar con un público y de despertar el interés.
Así como se vive el boom gastronómico, ¿eso podría pasar con el arte?
Sí puede, la pregunta es quien estará interesado en hacerlo y de qué forma. Cuando hablamos de un mercado artístico, no solo se trata de vender cosas, no es un saco de papas que pongo a la venta. El arte es una mercancía particular, porque se entiende como un campo de conocimiento e implica que hay que generar discurso, interrogación, análisis, explicación, etc. Por lo tanto, el mercado tiene que también estar ligado a eso, tampoco digo que todos los que compren arte deben tener un Ph.D. en Historia del Arte, pero si vas a formar coleccionismo, que no es lo mismo que solo comprar, ahí si necesitas un trabajo más cuidadoso, la cosa es que se compre con sentido, que haya una lógica o que se pueda descubrir alguna línea de interés. Puedo empezar por curiosidad y después preguntarme qué cosa estoy comprando, por qué lo hago, darle un sentido y ya se profesionaliza mi colección.
¿Por qué nuestra actividad cultural está por debajo del que hay en otros países de Latinoamérica?
Eso tiene que ver con nuestras redes de validación, hay pocas galerías, museos, ferias, hay más que antes pero siguen siendo pocas, hay escasas publicaciones artísticas y las discusiones son insuficientes. El MALI no recibe mucho apoyo del Estado, el Museo de Arte Contemporáneo se demoró muchos años en salir, pues no hay una política fuerte. Son pocos los centros culturales que tienen actividades potentes, cuántas muestras de afuera se traen, la actividad que se realiza es poca y la que hay cuesta mucho esfuerzo de algunos profesionales que son personas que las cuentas con los dedos de una mano luego de un accidente de motosierra. Podemos echarle la culpa al Ministerio de Educación, al de Cultura e ir mucho más atrás, pero eso es lo que tenemos ahora, esta es la situación y si uno quiere cambiarla se debe tomar el toro por las astas. Es necesario incorporar en cualquier actividad artística, algún tipo de consideración educativa, qué voy a hacer, cómo voy a hacer para que el discurso de mi obra, la actividad de mi galería o museo se entienda y se conozca más, si el arte es un campo de conocimiento, qué puedo hacer con ese conocimiento, qué hago para difundirlo, discutirlo y expandirlo.
El Perfil
Nombre: Max Hernández Calvo
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