Adiós a Oliver Sacks
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Sheyla Blumen
Profesora del Departamento de Psicología. Ganadora del Eisenhower Fellowship
En 1973 publicó su libro “Despertares”, que documentó el experimento con la droga levodopa (aka L-dopa) para reactivar pacientes con encefalitis letárgica. Este fue la base para la película del mismo nombre protagonizada por Robin Williams como Sacks, en 1990
Oliver Sacks combinaba su trabajo académico con una pluma altamente fructífera que lo acercaba al mundo entero.
Oliver Sacks, neurólogo y escritor judío, Profesor Honoris Causa de la PUCP, acaba de fallecer a la edad de 82 años. Era primo del premio Nobel y también Profesor Honoris Causa de la PUCP, Robert Aumann. A su paso por la PUCP en el mes de julio del 2006 nos impactó con su particular don de gentes y su brillantez intelectual con un particular estilo provocativo, así como por su gran calidad humana. El Seminario Internacional sobre “Síndromes de Tourette y Asperger: Una visión de Oliver Sacks”, congregó no solo a la sociedad peruana, sino también a especialistas de países vecinos que vinieron especialmente para la ocasión.
Oliver Sacks combinaba su trabajo académico con una pluma altamente fructífera que lo acercaba al mundo entero. Asimismo, desde siempre donó su tiempo y energía a los centros de retiro para el adulto mayor y a los programas de ayuda social. Era su manera de contribuir a la mejora del bien común, iluminando mentes y mejorando vidas, buscando las convergencias, en el marco de una cultura de paz. El profundo conocimiento científico y la pluma certera de Sacks volvieron best-sellers casos médicos sobre algunos de los aspectos más complejos del cerebro. Ejemplo de ello es su obra “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”, en la que a partir de los trastornos de sus pacientes medita sobre el estado de la conciencia y la condición humana.
Su catálogo de “Neurorrelatos” fue traducido a más de 20 idiomas y sus obras se vendieron por millones. Oliver Sacks tenía un talento particular cuando compartía con su público lector la profunda complejidad de los procesos mentales básicos que regulan la conducta humana: “Veo una voz” (1989), “La isla de los ciegos al color” (1997) y “El tío Tungsteno” (2001), son ejemplo de ello. En mérito a ello fue elegido miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras.
En 1973 publicó su libro “Despertares”, que documentó el experimento con la droga levodopa (aka L-dopa) para reactivar pacientes con encefalitis letárgica. Este fue la base para la película del mismo nombre protagonizada por Robin Williams como Sacks, en 1990. Posteriormente en 1995, dos películas y una obra de teatro fueron inspiradas por una colección de ensayos de “Un antropólogo en Marte”; el título deriva de la metáfora marciana utilizada por Temple Grandin para describir cómo siente una persona autista tratando de comprender la conducta humana normal.
Si bien Oliver Sacks formó parte de ese reducido grupo del 3% de los científicos más reconocidos del mundo, irónicamente estuvo también en el 2% de los que hacen metástasis a partir de un melanoma ocular. Su carta de despedida, publicada el 19 de febrero de este año en el New York Times, relata el proceso que irremediablemente le tocaría vivir al tener que enfrentar su última etapa de vida a la espera de su propia muerte. Este es quizás uno de los escritos más valientes que resultó del tener que enfrentar sus propios temores, y que en la pluma de un científico altamente talentoso como Sacks se volvió viral en las redes, siendo traducida a múltiples idiomas, a días de haber sido escrita.
Oliver Sacks, quien recibió múltiples reconocimientos en vida como científico y escritor, fue en esencia una persona altamente sensible y a la vez racional, sumamente intensa en sus amores y vehemente en sus pasiones, que tuvimos el privilegio de conocer y reconocer.
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