Estudiantes PUCP participan en el voluntariado promovido por el CAPU
Hace más de dos meses, 98 voluntarios del CAPU y de CENTRUM PUCP realizan llamadas telefónicas a estudiantes de la I.E. Hanni Rolfes, del distrito de San Juan de Lurigancho, para brindarles un espacio de escucha. Aquí te contamos la historia del voluntariado Uyariy.
Texto:
Yuriko AquinoFotografía:
Archivo personal
Los niños y niñas de nuestro país se están adaptando a la educación a distancia. Sin embargo, no todos cuentan con las mismas posibilidades de conectividad. Entre los más afectados por la falta de recursos se encuentran los escolares de las zonas altas de Juan Pablo II, en el distrito de San Juan de Lurigancho, a quienes el Centro de Asesoría Pastoral Universitaria (CAPU) viene apoyando hace varios años a través de programas de voluntariados donde participan miembros de la comunidad PUCP.
Ante la coyuntura actual, el CAPU vio necesario implementar el voluntariado Uyariy («escuchar» en español), en el que se brinda un espacio de escucha atenta y acogedora a 100 niños y niñas de 5to y 6to grado de educación primaria de dicho distrito. Así, a través de las llamadas telefónicas que los voluntarios realizan, también brindan afianzamiento de valores ciudadanos que los escolares vienen estudiando a través del programa “Aprendo en casa” del Minedu.
Aprendizajes
La Hermana María Elena Bravo, coordinadora de comunidades del CAPU, asegura que el trabajo en equipo ha sido fundamental, pues posibilita que la comunicación fluya entre los acompañantes y los voluntarios.
Además, es importante ser flexibles para adaptarse a los ritmos, horarios de los niños y niñas y sus familias, así como trabajar en la confianza que se construye con ellos. De esa manera, el infante es capaz de tener seguridad en sí mismo y en sus capacidades.
Voluntarios comprometidos
Actualmente, son 98 voluntarios, de los cuales 58 pertenecen al CAPU y 40 a CENTRUM PUCP. Ellos realizan llamadas dos veces a la semana por un espacio de 30 minutos. Cada niño o niña debe estar siempre acompañado por una persona adulta de la familia.
“El compromiso de los voluntarios en el acompañamiento de los niños y niñas nos muestra que la solidaridad es la respuesta que ayuda a enfrentar situaciones difíciles como esta pandemia”, sostiene la hermana María Elena.
Testimonios
La experiencia vivida durante el desarrollo de este voluntariado te permite ser más afectivo, comprometido, y solidario con los niños y niñas. Te enseña a comprender cómo piensan y sienten, y cuánta falta hace que tengan mejores y mayores opciones para desarrollarse en la vida”.
Desde el primer instante que hablé con Ariana -la niña que acompañé en el voluntariado- conecté de manera inmediata con ella. Trato siempre de hacerla reír, le propongo juegos, bailamos por videollamada y nos contamos chistes. He vivido las alegrías y preocupaciones de su familia como si fueran las mías”.
La experiencia me ayudó a sacar lo mejor de mí tratando de ser creativo. Fue muy gratificante tomarnos unos minutos, conocer cómo se encuentran los niños y niñas, que ellos sepan que pueden contar con nosotros y que estamos atentos a su desarrollo. Espero haber aportado un granito de arena en este momento tan difícil”.
Gracias al voluntariado dentro de estas inusuales circunstancias, he aprendido que es posible participar en iniciativas de responsabilidad universitaria desde el momento en el que decides observar a tu alrededor y prestar atención a lo que alguien más tiene por decir”.
¿Cómo puedes unirte?
En este momento, el voluntariado ya está en marcha. Sin embargo, habrá una segunda convocatoria los primeros días de agosto a través de la página de Facebook del CAPU y su cuenta de Instagram. Para cualquier consulta, puedes escribir al correo bravo.m@pucp.edu.pe.
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