Inspirada por su familia, desde muy joven Socorro Heysen tuvo claro que quería dedicarse a servir al país. Tras graduarse de Economía en nuestra Universidad, trabajó en el BCR y luego obtuvo una beca para realizar un máster en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Luego de una destacada carrera en organismos internacionales y entidades públicas, Socorro Heysen fue la primera mujer en ocupar el cargo de superintendenta de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), rompiendo un techo de cristal en esta entidad. Nuestra egresada está al frente de este organismo público desde hace cinco años, periodo en el que le ha tocado enfrentar graves crisis políticas y de incertidumbre económica a las que se sumó la pandemia de la COVID-19. En esta entrevista nos cuenta cómo ha sido este camino.

¿Por qué decidió estudiar la carrera de Economía en la PUCP?

Vengo de una familia de funcionarios públicos, muy involucrada en gestión pública y política nacional, temas a los que he estado expuesta desde mi niñez. Estas experiencias despertaron mi interés en estudiar en una universidad que pudiera darme conocimientos de teoría económica, además de una formación integral donde se incentivara la discusión política. Mi padre, Luis Heysen Inchaustegui –ingeniero agrónomo, economista, académico y dirigente aprista–, se dedicó a la política durante toda su vida. Él nos dio siempre el ejemplo de honestidad, honor, respetar a los valores y de servicio al país. De él aprendí que, cuando se trabaja en políticas y gestión pública, se tiene que llegar a acuerdos y compromisos que implican grados de negociación. Estos solo pueden funcionar mientras uno no comprometa su escala de valores, que es lo más importante. Todo esto marcó mi decisión por dedicarme a la economía y trabajar en el sector público. 

En una institución pública, los retos no se superan individualmente, se superan en conjunto. Es el valor del equipo y la capacidad de estrechar lazos y coordinar funciones efectivas con otras instituciones públicas".

Usted era una estudiante aplicada, ¿cómo era su dedicación al estudio?

Estaba siempre entre los primeros lugares. Sin embargo, no sentía una sobrecarga de trabajo o un sobreesfuerzo. Yo leía lo que me parecía más interesante y me gustaba pasar horas leyendo en la biblioteca o en los jardines del campus. Pero tenía una vida balanceada con tiempo para socializar y para practicar deportes, como el fulbito. Fui parte del equipo de fulbito de la promoción y jugaba representando a mi especialidad en los campeonatos de la Facultad de Ciencias Sociales. A modo de broma, alguien le puso el nombre de “La Naranja Económica” al equipo y el nombre -una referencia a la película de Stanley Kubrick- pegó. Disfruté mucho mi etapa en la PUCP. Fue un periodo de mucho crecimiento y entendimiento de la realidad nacional. Tuve la oportunidad de interactuar con personas de muchos bagajes que aportaron a mi formación y hacer amigos para toda la vida.

Fui parte del equipo de fulbito de la promoción y jugaba representando a mi especialidad en los campeonatos de la Facultad de Ciencias Sociales".

Trabajó durante dos años en el Banco Central de Reserva y luego decidió buscar una maestría en el extranjero. ¿Cómo llegó a la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), actualmente en el top 15 del mundo? 

Consideré necesario complementar la formación de pregrado con una maestría en el extranjero porque me brindaba una exposición a otras realidades. En UCLA, tienen una especialidad muy sólida en teoría económica, así como docentes que habían escrito textos importantes sobre diseño de políticas públicas en economía internacional. En ese momento, la UCLA reunía a un grupo grande de estudiantes latinoamericanos. Para cursar esta maestría, obtuve una beca del Banco Central de (BCR) y también la Beca Fullbright, que me permitió completar el financiamiento para estudios y manutención. Al graduarme, honré mi compromiso con el BCR y retorné a trabajar allí, algo que me interesaba porque se trataba de una empresa pública de excelencia. 

¿Cuál considera el mayor reto de su carrera?

El reto más grande de mi carrera ha sido estar a cargo de la SBS durante la pandemia en un periodo de mucha inestabilidad. Nosotros solos, como entidad, nunca hubiéramos podido tomar la cantidad de decisiones que hemos tomado en estos casi dos años: todas eran urgentes e involucraban a varios actores y sectores. En una institución pública, los retos no se superan individualmente, se superan en conjunto. Es el valor del equipo y la capacidad de estrechar lazos y coordinar funciones efectivas con otras instituciones públicas. 

Las crisis con las que ha tenido que lidiar incluyen varios cambios de gobierno. ¿Cómo ha sido su trabajo como líder en medio de esta incertidumbre?

En el momento más álgido de la pandemia, no parábamos: trabajamos los siete días de la semana hasta altas horas de la noche. Ha sido muy retador. Nos ha tocado trabajar con la información disponible en el último minuto. En muchos casos, los datos del mes anterior ya no eran útiles. Diariamente debíamos tomar la temperatura a los mercados financieros considerando, además de la economía, la crisis de salud. Ha sido muy retador. Por ejemplo, ya habíamos avanzado un asunto y, de repente, cambiaba el ministro de Economía. Teníamos que volver a explicar todo a un equipo nuevo de personas, siempre contra el tiempo. En este tipo de situaciones, es básico intentar encontrar un balance entre la vida personal y la profesional. 

El éxito es dejar una contribución en todas las instituciones en las que has participado y poder servir al país a través de mi trabajo".

¿Qué cualidades debe tener un buen líder?

Debe tener cualidades como el sentido común, la responsabilidad, y la capacidad para escuchar y entender distintos puntos de vista. Ser un buen líder es lograr gestionar el trabajo en equipo para el bienestar de la institución.

Usted ha roto un techo de cristal como la primera mujer superintendenta de la SBS. Aunque hay avances, en la actualidad, las mujeres logran acceder a pocas posiciones de liderazgo. En su carrera, ¿ha tenido que superar alguna barrera para lograr la posición que hoy ocupa u otros cargos?

Si bien, en mi caso, los ascensos se han dado de una manera natural, en general, el porcentaje de mujeres en cargos de poder es relativamente bajo. Si observamos estadísticas, como los ingresos, las mujeres perciben salarios un 30% menores a los de los hombres, tienden a ocupar profesiones más vinculadas al género femenino y a invertir más tiempo en las tareas del hogar. Las mujeres ascienden menos y suelen quedarse en un cargo inmediatamente inferior al que ocupa un hombre. Todavía hay enormes retos de brecha de género a nivel profesional para las mujeres peruanas, sin considerar otras brechas. 

Todavía hay enormes retos de brecha de género a nivel profesional para las mujeres peruanas".

¿Qué aspectos culturales contribuyen a que estas brechas persistan?

Muy posiblemente son actitudes internalizadas conocidas como micromachismos. Estos son difíciles de cambiar porque no se perciben con claridad. Son costumbres, actitudes o decisiones inconscientes con las que nos hemos criado, que llevamos dentro, y que percibimos como “naturales”, cuando no lo son. En las reuniones, es frecuente que se dirijan más veces a los hombres presentes o que, al llegar a una reunión, se salude primero al funcionario hombre porque se asume que es la persona que lidera la organización. Tomar consciencia de los micromachismos nos ayudaría a superarlos. Son dinámicas muy arraigadas que a veces no se perciben, pero que revelan sesgos de nuestra sociedad.

¿Qué recomendaría a los profesionales jóvenes que tengan la visión de trabajar en el sector público?  

El país necesita del trabajo honesto e íntegro de la nueva generación de funcionarios públicos. El sector público ofrece oportunidades interesantes, pero necesitamos generar mejores ambientes laborales en todas las instituciones públicas. He tenido la suerte de trabajar en dos de las más sólidas, reconocidas por su buena gestión y autonomía. Lamentablemente, no todo funciona así en el aparato estatal. Una misión importante sería elevar a todas las demás instituciones públicas -a nivel nacional, regional, y local- a ese tipo de estándares. Este debe ser el reto de la próxima generación de servidores públicos: incorporar la innovación, la tecnología y una gestión moderna, eficiente y articulada a nuestras instituciones. Necesitamos resolver graves problemas de coordinación interinstitucional. Para ello, buscamos profesionales con habilidades blandas, respetuosos de la ética y los valores, y con capacidad de negociación y tolerancia ante las discrepancias. 

En ese sentido, la PUCP tiene el compromiso de formar profesionales para el servicio a la sociedad. El lema de la última campaña “Eres grande cuando haces algo grande por los demás” resalta este aspecto. Para usted, ¿qué representa este compromiso en su ejercicio profesional?

El compromiso con el país implica defender los intereses de la ciudadanía y de las instituciones del Estado por encima de los intereses personales. Esto significa estar dispuesto a hacer sacrificios y tomar decisiones difíciles. Es demostrar diariamente que mi trabajo contribuye a mejorar los niveles de vida y de bienestar en el país. 

¿Qué representa el éxito para usted?

El éxito es dejar una contribución en todas las instituciones en las que he participado y poder servir al país a través de mi trabajo.