Al profesor Miguel Villaseca, docente del Departamento de Ciencias de la Gestión y coordinador del Grupo de Investigación Diversidad-PUCP, siempre le  ha interesado el arte. Ha colaborado en varios colectivos artísticos y su línea de trabajo se desarrolla en el arte, la educación y la utilización de espacios públicos.

Hace seis años creó el Centro Cultural Escape, del que actualmente es director. Él espera que este se convierta en una residencia para artistas jóvenes de Pucusana –distrito donde está ubicado– que les interese el arte comunitario.

Me gustaría que quienes no han sufrido lo que se ve en el corto se sensibilicen y aprendan a ser más empáticos”.

“Me siento privilegiado de poder articular todos estos espacios para mí: interés en el espacio público desde la gestión, el arte y la educación. Las reflexiones que vamos teniendo en el Grupo Diversidad PUCP se ven reflejadas en el trabajo concreto del C.C. Escape. Así también les muestro a los alumnos de la Facultad de Gestión y Alta Dirección que hay muchas posibilidades en su carrera y que busquen trabajar en lo que realmente les guste”, señala el Lic. Villaseca, docente del Departamento Académico de Ciencias de la Gestión.

“Aprendiendo a cambiar”

Cuando empezó la pandemia y el docente dictaba clases a distancia, le pareció aburrido grabarse dos horas hablando frente a la computadora. Recordó que tenía muñecos de madera artesanales del Centro Cultural, y decidió utilizarlos en su curso de Desarrollo y Responsabilidad Social. Grabó unos videos con esos implementos en los que explicaba qué es el desarrollo. Estos tuvieron muy buena aceptación y, a partir de esa experiencia, acordó con Daniel Dillon, director de teatro, guionista y socio en el C.C. Escape,  elaborar un proyecto parecido sobre la COVID-19.  Postularon al programa Innóvate Perú del Ministerio de la Producción, y, finalmente, fueron escogidos y financiados por la entidad del Estado.

El equipo estuvo conformado por 3 creadores, 4 asistentes, 1 voluntario y 1 poseditor, además de las 5 personas que prestaron las voces de los personajes. Todos ellos dieron vida a los cortometrajes “Aprendiendo a cambiar”. Esta historia animada describe los efectos de la pandemia en familias que han sido afectadas directamente por el virus y que, a pesar de ello, buscan la manera de salir adelante.

La animación fue hecha en stop-motion y el equipo usó muñecos con acabado en plastilina. Aunque nunca habían utilizado esta técnica, la escogieron por el resultado estético. Si bien todo el proceso duró cuatro meses, lo que más tiempo tomó fue la elaboración del guion, ya que hubo múltiples debates sobre el enfoque que tendría la historia.

“Por el lado de las personas que la han estado pasando tan mal como Tina, la protagonista, quisiera que vean cómo ella logró transformar su situación, en este caso, desde el discurso del arte: sí se puede salir adelante. Y, por otra parte, me gustaría que quienes no han sufrido lo que se ve en el corto se sensibilicen y aprendan a ser más empáticos”, finaliza Miguel Villaseca.

Sigue la historia de Tina

Puedes conocer toda la historia de Tina, personaje principal de los cuatro cortometrajes de “Aprendiendo a cambiar” en los siguientes enlaces:

• Capítulo 1: Mi abuela Nubes
• Capítulo 2: El casco de papá
• Capítulo 3: El columpio
• Capítulo 4: Últimos trazos
• Making off – Aprendiendo a cambiar