«Estábamos demasiado acostumbrados a leer y repetir. Saber citar. Pero si se quiere tener futuro, ahora más que antes, es necesario desprenderse del temor a la creatividad. Reencontremos la dimensión utópica”. Esta cita pertenece al maestro Alberto Flores-Galindo, uno de los intelectuales peruanos más influyentes en el estudio de las humanidades y las ciencias sociales por su visión interdisciplinaria en la investigación, que cambió los paradigmas que se tenían sobre el estudio de los sucesos históricos y problemas sociales.

“Tito”, como lo llamaban sus amigos, colegas e incluso algunos estudiantes, ingresó a nuestra Universidad en el año 1966 a la carrera de Historia en la Facultad de Letras. Fue aquí que, gracias a la formación de docentes como Gustavo Gutiérrez o Heraclio Bonilla, empezó a construir su camino en torno al estudio de las clases sociales y su relación con los distintos acontecimientos que surgían en nuestro contexto.

Dentro de sus muchas facetas, Flores-Galindo destacó como investigador y logró materializar todos sus conocimientos en ocho libros, los cuales abarcan diversos temas, como los movimientos sociales, la historia de la izquierda en el Perú, la utopía andina, el clasismo, entre otros. Hoy en día, el maestro sigue siendo un referente para estudiantes e investigadores.

Homenaje

En el marco del que hubiera sido su cumpleaños número 70, la Facultad de Ciencias Sociales organizó un seminario dedicado a la memoria de este personaje. Una de las mesas que más destacó fue aquella en la que participaron el Dr. Aldo Panfichi, vicerrector de Investigación; la Dra. Fanni Muñoz, docente del Departamento de Ciencias Sociales; y el Dr. Jesús Cosamalón, docente del Departamento de Humanidades, titulada “El estilo de Flores-Galindo: la historia y el diálogo con otras disciplinas”. En este espacio, compartieron sus experiencias académicas a partir de dos visiones. Por un lado, el Dr. Panfichi y la Dra. Muñoz relataron algunas memorias de cuando llevaron cursos, como estudiantes, bajo la tutela del homenajeado. “Tito podía trabajar con cualquiera, todo nuevo conocimiento lo asimilaba y fomentaba el intercambio de ideas. Me alegra haber sido formada en mi generación por profesores como Gonzalo Portocarrero y Tito, porque recibí la interdisciplinariedad y esta no sale de mis venas”, expresó la Dra. Muñoz.

Por otro lado, el Dr. Cosamalón elaboró una reflexión desde la perspectiva de los estudiantes que, si bien no tuvieron la oportunidad de llevar cursos bajo con él, sí tuvieron un acercamiento a su obra como parte de su formación. “En la obra de Flores-Galindo, encontré por primera vez que las personas en la historia tenían un rostro, un nombre. Se convirtieron en un recurso metodológico y una propuesta de discusión novedosa, que trata de romper el límite entre individuos y estructuras sociales”, comentó el docente.