Un sol intenso se dejaba sentir ya desde las 7 de la mañana, cuando los primeros miembros de la delegación PUCP empezaron a llegar al Puente Trujillo, en el Rímac, para cumplir con una gran misión: acompañar al padre Carlos Castillo Mattasoglio rumbo a la ceremonia de su ordenación como obispo e inicio de su ministerio como arzobispo primado de Lima.

Con grandes banderolas, cánticos y una alegre batucada, la algarabía se respiraba en el recorrido. Así lo había querido monseñor Carlos Castillo, a quien muchos miembros de nuestra comunidad universitaria han tenido el privilegio de conocer cercanamente, ya sea como profesor en los cursos de teología o en su rol como asesor espiritual en el CAPU. “El padre Castillo es una persona muy amigable, le encanta saludar y estar con los jóvenes. Esto nos alegra bastante. Va a estar en contacto directo con nosotros, y va a escuchar lo que queremos y pensamos”, dijo Rosmery Simon, alumna de séptimo ciclo de Educación.

Los jóvenes de nuestra Universidad se tomaron de las manos para caminar junto al nuevo arzobispo. El lema escogido por el Mons. Castillo habla mucho de los jóvenes: “levántate, sal a las calles”. Como dice el papa Francisco, «hagan lío», dijo León Lúcar, alumno de Ciencias Sociales de nuestra Universidad.

Seminaristas, sacerdotes y obispos precedieron la salida de monseñor Castillo, quien estuvo acompañado por otras autoridades de la Iglesia, como el cardenal Pedro Barreto S.J., obispo de Huancayo y miembro de nuestra Asamblea; Mons. Miguel Cabrejos, Vice Gran Canciller de nuestra Universidad y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana; y el nuncio apostólico Nicola Girasoli.

Gran recibimiento

En la ceremonia de ordenación episcopal, estuvieron también presentes autoridades de la PUCP, como el Dr. Efraín Gonzales de Olarte, rector pro tempore, y el Dr. Salomón Lerner Febres, rector emérito de nuestra Universidad.

“Ha sido una ceremonia muy emotiva. Monseñor Carlos Castillo inicia su ministerio en un momento oportuno, de grandes cambios en la Iglesia y en la sociedad, y se toman en cuenta temas como el de la violencia contra la mujer y la corrupción. El nuevo arzobispo forma parte de nuestra comunidad universitaria como docente desde hace 30 años. Es realmente un orgullo para nosotros que asuma este nuevo rol. Creo que vamos a tener una excelente relación y, probablemente, trabajaremos en conjunto. La pastoral de la Universidad se va a reforzar dentro de una nueva Iglesia para el siglo XXI, como dice monseñor Castillo”, reflexionó el rector pro tempore al finalizar la ceremonia. Fue un día de fe y alegría que el nuevo arzobispo concluyó diciendo: «Gracias, hermanos, por un día tan lindo”.