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Noticia

Cómo evitar los accidentes en las carreteras

Los accidentes en las carreteras del país parecen ser la noticia de todos los días. Conversamos con el profesor Juan Carlos Dextre, especialista en seguridad vial, sobre qué medidas deberían adoptarse para reducir los accidentes mortales en las vías.

  • Texto:
    Susana Navarro
  • Fotografía:
    Franz Krajnik

La semana pasada fue noticia el triple choque que sucedió en Huarmey y que cobró la vida de 37 personas. Sin embargo, siguen llegando noticias sobre volcaduras, descarrilamientos, choques y otros accidentes desde diferentes regiones del país. Las causas también varían: conductores ebrios, choferes dormidos, mal tiempo, invasión del carril contrario, etc., pero hasta el momento no se han tomado medidas para prevenirlos.

La Sutran (Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías) es la encargada de supervisar la circulación por la principal red vial del país. Sin embargo, el profesor explica que si bien esta entidad ha implementando acciones regulatorias, esto ha hecho que los accidentes se muden a otros sitios donde no hay tanto control. “La manera como está estructurada la Sutran hace que no tenga competencia a nivel nacional, solo en una parte, por eso se debería empezar por rediseñar esta entidad”, menciona.

El costo de la vida

“El problema de la seguridad vial en el país va más allá de querer relacionar cada accidente con quién es el culpable”, menciona el especialista. Propone como ejemplo aquellos países donde el sistema de seguridad vial es más desarrollado como Suecia o Países Bajos, donde han reducido los accidentes a su décima parte. “Ellos cambiaron cuando dijeron que un accidente ocurre porque falla el sistema, esto no implica que no haya responsabilidad civil o penal, pero a la administración que gestiona la seguridad vial no le interesa el culpable, sino el error en el sistema”, añade.

En el accidente de Huarmey, la carretera tenía un espacio central que separaba ambos carriles, pero estos se encuentran al mismo nivel, por lo que si un vehículo pierde el control puede invadir el otro carril como finalmente sucedió. El profesor menciona que en este caso no hubo elementos de contención que impidan que cualquier vehículo pierda el control y choque de manera frontal. Estos los peores accidentes y tienen un mayor costo humano, por eso en Suecia, si existe la posibilidad de un choque frontal, no permiten que la velocidad en las carreteras sea más de 70 km por hora, ya que esta es la velocidad en la que gente todavía se puede mantener con vida ante un accidente.

“En el primer mundo se le da un valor estadístico a la pérdida de una vida. Si una persona muere, deja de producir. En un accidente se necesitan atenciones, policía, bomberos, se da un valor al sufrimiento de la familia, etc., todo esto tiene un costo de aproximadamente tres millones de dólares. Es decir, si estuviéramos en Europa, el accidente de Huarmey hubiera costado 111 millones”, menciona el especialista para resaltar que como estos costos no están internalizados en nuestro país, cualquier medida para poner seguridad en las carreteras no pasa el SNIP (Sistema Nacional de Inversión Pública). “Como la vía no tiene un costo, la inversión versus los beneficios de los que circulan, no llegaría a pagarse, entonces las carreteras no tienen la seguridad que deberían tener”, agrega.

“Vías perdonadoras”

El concepto de vías perdonadoras o indulgentes, nace de la idea de que las personas siempre se van a equivocar porque son seres humanos y tiene como objetivo que las vías le perdonen la vida a las personas aunque se equivoquen. “Las personas pueden ser multadas, incluso ir presas, pero no deben morir”, menciona Dextre.

El especialista explica este concepto con un ejemplo: un conductor en Argentina, iba a más velocidad que la permitida y en una curva se salió de la vía y murió. En el juicio se reconoció que hubo una imprudencia pero con los nuevos criterios de diseños indulgentes, el conductor hubiera tenido un daño de leve a severo si hubiera existido un guardavías laterales. El juez determinó que la concesionaria de la carretera pague la diferencia entre el costo de un accidente fatal y el costo de un accidente severo, esto porque el concesionario está obligado a proporcionar seguridad en la vía.

“Más allá de quién ha tenido la culpa, al no tener un costo estadístico de la pérdida de una vida, no se puede justificar que el costo a las concesiones sea más alto, para dotar a las vías de mayor seguridad”, menciona el especialista y agrega que lo único que se exige es que se mantengan la señalización en buen estado y que no haya baches, aunque estadísticamente las pistas mejor asfaltadas tienen más accidentes y da como ejemplo la vía Pisco – Ayacucho, que cuando la pista estaba en mal estado tenía accidentes pero asfaltada, los accidentes se multiplicaron por diez debido al exceso de velocidad.

Foto: Andina

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