Restos arqueológicos en la plaza de Cuzco: ¿Qué se debe hacer con este hallazgo?
Mientras se hacían los trabajos de mejoramiento de la calle Mantas, en Cuzco, los obreros encontraron los que serían parte de un muro Inca, una escalinata y un acueducto del siglo XX, muy cerca de la Plaza de Armas. El profesor del Departamento de Humanidades y arqueólogo, Krzysztof Makowski, explica que el procedimiento que se debería seguir en la conservación del patrimonio.
Texto:
Susana NavarroFotografía:
Felix Ingaruca
Cuzco es una de las varias ciudades históricas en el mundo que bajo sus edificios esconde un rico pasado. Esto, sumado a su alta demanda turistica conduce a diversos problemas para los arqueólogos, el Estado e incluso organizaciones internacionales: ¿Cómo saber si algo debe o no ser conservado, cuando las ciudades crecen y la población aumenta?
El profesor Makowski explica que lo primero que se tiene que hacer es definir la época a la que pertenecen las estructuras encontradas. “Es importante que el que evalúa sepa tanto de técnicas de construcción, de estratigrafía, estilos cerámicos y otros indicadores de tiempo, para no confundir lo encontrado con una construcción del siglo XX que también puede estar hecha de piedra”. En segundo lugar, es necesario trabajar de la mano con historiadores de arquitectura para que se pueda prever, antes de remover la tierra, qué vestigios deben aparecer abajo. Felizmente Cuzco tiene gran documentación de archivos, que, si bien no dan una locación específica, sirven de referencia.
¿Qué se puede hacer?
Una vez definida la época del muro se puede tomar una decisión de su destino. El profesor Makowski explica que si este es el fragmento de una construcción importante estética e históricamente de la arquitectura del lugar, se puede conservar e insertarla dentro de usos del espacio nuevo lo cual dependerá si está debajo de la pista o de un edificio, pero solo si el vestigio amerita un proyecto a largo plazo y nos interesa aprovechar la remoción de suelos. Para esto existen técnicas modernas, un ejemplo es la excavación que se hizo al remodelar la plaza histórica de Cracovia, donde se aprovechó para reconstruir la historia del lugar en la Edad Media. Luego todo fue techado y convertido en un museo amplio, lo que ha permitido reconstruir cómo se vivía ahí en el siglo XIV. Otro caso, se puede encontrar en el Perú: el de la casa de Bodega y Cuadra, que está al costado de Palacio de Gobierno en Lima.
Sin embargo, el profesor enfatiza que cuando estas noticias salen en todos los medios, a veces se olvida que este tipo de hallazgos no son algo importante por su materialidad, sino por lo que este puede narrar a los investigadores rescatando partes del pasado convirtiendo una ciudad en algo excepcional para sus habitantes y visitantes. “Existe la tendencia a proteger el patrimonio solo porque sí, pero sin saber para qué lo hacemos. Un ladrillo suelto no nos dice nada, pero si está en un muro y este tiene relación con el piso y el edificio; estos hallazgos sirven para obtener información”, menciona el profesor y agrega que la conservación está muy bien pero debe estar sometida a un criterio técnico y científico para que sea sostenible y forme parte de la vida cotidiana. “Lo hallado debe cambiar nuestro paisaje de manera positiva”, explica.
El futuro del muro
Cuzco, al ser una ciudad histórica que cuenta con muchas construcciones importantes no solo de época prehispánica, sino también colonial, necesita que cualquier proyecto que se lleva a cabo se haga con las técnicas e investigación previa para evitar la destrucción de cualquier patrimonio. El profesor Makowski explica que es necesario entender bien la estratigrafía, la manera cómo se sobreponen los niveles y ver las huellas del apisonado para saber a qué época pertenece, ya que depende de eso el valor que tenga la evidencia. “Reconstruir un trazo, seguir el muro y exponer todo, no tiene sentido, entonces se tapará y punto, es solo ‘información’. Legalmente forma parte del patrimonio, pero nos interesa más por lo que nos pueda decir del pasado, además no siempre lo prehispánico es más interesante que lo colonial, se tiene que analizar primero”, explica el arqueólogo.
Según las últimas noticias, el muro y las escalinatas encontradas serán sometidos a procesos de conservación, tratamientos de desalinización y estabilización de los muros. El especialista menciona que las ciudades históricas siempre han sido un dolor de cabeza para tomar decisiones por lo que estas no deben ser políticas sino basarse en lo técnico y preguntarnos en qué parte del patrimonio vale la pena invertir en conservación. “Por ejemplo, desalinizar un fragmento de un muro puede costar mucho dinero que podría ser invertido en mejorar algún museo, siempre es mejor que lo técnico prevalezca a lo político”, añade.
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