«Esa noche vinimos temprano y compramos unas pizzas”, recuerda Jorge Heraud, Ph.D., director del Instituto de Radioastronomía de nuestra Universidad (Inras-PUCP). “Había mucha expectativa e incertidumbre sobre lo que iba a ocurrir, pero, a la vez, confianza de que todo saldría bien”, añade el Ing. Rafael Vílchez. “Las jarras de café circulaban por todos lados. El Dr. Heraud nos leía cómo iba siendo desplegado el satélite, desde el lanzamiento del cohete hasta su puesta en órbita”, dice el Ing. David Torres. “Nos abrazamos y compartimos la alegría de saber que el trabajo de cada uno de nosotros estaba en el espacio”, concluye el Bach. Manuel Valenzuela.

Mónica Valdiviezo trabaja como secretaria de la Dirección del Inras-PUCP desde octubre del 2012. Acompañó el proceso muy de cerca, compartió amanecidas con el equipo técnico y estuvo presente la madrugada del 21 de noviembre del 2013, cuando se logró la hazaña. “Sentí la misma emoción que viví de niña cuando vi por televisión la llegada de Neil Armstrong a la Luna” recuerda.

A más de 14 mil kilómetros de distancia, el Ing. Juan Jave compartía el mismo entusiasmo. Ingeniero electrónico egresado de la PUCP y exintegrante del Inras, hizo una pausa a sus estudios de maestría en el Politécnico de Milán (Italia) y, junto a su enamorada peruana, viajó en avión hasta Orsk y luego en bus hasta Yasny (Rusia) para ver de cerca el lanzamiento de los satélites peruanos.

“Buscamos cerca de la estación de bus un descampado con vista a la dirección del cosmódromo y nos preparamos para el lanzamiento. Mi enamorada había llevado la bandera del Perú y la colgó de un poste. Grabamos en video y fotografiamos todo lo que pudimos. Era la primera vez que yo veía un cohete y saber que un proyecto peruano estaba yendo al espacio fue, simplemente, espectacular”, cuenta Jave.