¿Qué hacer cuando los nervios te invaden?
Ese nerviosismo que sientes en el estómago cuando vas a exponer ante todo tu salón o cuando estás por entrar a un examen, pueden hacer que te olvides todo lo que estudiaste. Los nervios son engañosos, es por eso que la psicóloga Iciar Villacieros, del Servicio Psicopedagógico, da algunos consejos para enfrentar estas situaciones.
Texto:
Susana Navarro
La especialista precisa que primero debemos esclarecer dos puntos. El primero es que los nervios o la ansiedad son algo normal en los seres humanos. Es un sistema de alarma que permitió que la especie sobreviviera y actuara frente al peligro. Es cierto que los peligros han cambiado, antes los humanos teníamos que estar alerta para que un león no nos comiera, ahora ese mismo mecanismo nos hace correr al ver un carro acercándose a nosotros. La reacción corporal hace que nuestros músculos se ponen rígidos, la sangre empieza bombear más rápido y nuestros sentidos se alteran.
El segundo punto es que, cuando este trastorno de ansiedad se vuelve un problema que escapa de tu control o se activa por estímulos muy bajos; que incluso pueden llevar a consecuencias fisiológicas como dolores de cabeza, estrés, boca seca o pensamientos automáticos negativos, es importante que pidas ayuda para que te brinden las estrategias para afrontar este problema. Recuerda que evitar el problema solo hará que este crezca mucho más.
Para exponer o dar exámenes
“Es normal tener una serie de señales de activación cuando vamos a exponer o dar un examen, y de hecho es necesaria esta reacción; si no, no podríamos iniciar estas actividades desde el reposo”, menciona la especialista. Si bien algunos alumnos pueden evadir estas situaciones haciendo que los otros compañeros expongan, proponerle al profesor hacer más trabajos escritos con tal de no pararte al frente del salón, no asistir a la prueba o dejar el examen en blanco; la especialista enfatiza que estas prácticas solo hacen que el problema crezca.
Recomendaciones:
- Hay algunas técnicas de relajación muscular y de respiración diafragmática. Puedes empezar por respirar en tres tiempos de una forma más profunda llegando hasta el diafragma, más abajo del estómago. Esto ayuda porque, cuando estamos en una situación de ansiedad, tendemos a respirar más entrecortado, lo cual produce malestares físicos.
- Trata de evitar los pensamientos negativos que suelen boicotearte a ti mismo como pensar que lo harás muy mal o que los demás se reirán de ti. Puedes intentar tener pensamientos alternativos y racionales, como decirte a ti mismo «estoy aprendiendo», «nadie se ríe de mí», «la gente del salón esta en sus propias cosas», etc.
- Es importante que te prepares bien, así te sentirás más confiado.
- Tener un buen material de apoyo como imágenes y diapositivas o utilizar fichas con esquemas te ayudará a ordenarte.
- Muchos ponentes confiesan su miedo cuando empiezan a hablar, esto hace que la ansiedad se rebaje.
- El clásico empieza con un chiste o una anécdota, aunque suena cliché, la risa relaja al público y te relaja a ti. Además, esta técnica hace que captes la atención del público.
- Ante un examen, es importante tranquilizarse y leer todas las preguntas. A veces, te demoras mucho en la primera pregunta y resulta que la quinta era la que manejabas mejor.
- Es importante siempre tener una hoja en blanco al costado para que puedas hacer notas o un esquema. Recuerda que bajo ansiedad no se piensa bien, por lo que es mejor darse un tiempo para respirar, ordenar tus ideas y neutralizar los pensamientos negativos, antes de escribir.
La especialista recuerda que sentir nerviosismo es muy común, la única diferencia que es algunos alumnos llevan mejor estos síntomas, los trabajan y los superan. Si no puedes controlarlos es importante que busques ayuda para que los superes mediante diversas técnicas que requieren de mucho entrenamiento y apoyo profesional.
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