Huaicos y la prevención de desastres
El ingeniero Jorge Vargas, docente del Departamento de Ingeniería y líder del Grupo para el Manejo de Crisis y Desastres (CID), explica qué debemos hacer para actuar de forma preventiva.
Texto:
Solange AvilaFotografía:
Roberto Rojas
Como todos los años, la temporada de huaicos ya ha dejado damnificados a su paso. Jorge Vargas, docente del Departamento de Ingeniería, recuerda que es natural que los huaicos pasen por estas quebradas. Lo anormal es que las autoridades den títulos de propiedad en estas zonas vulnerables. «El planeta tiene una dinámica natural. Cuando la sociedad no se integra a esta dinámica y avasalla las vertientes de los huaicos con su presencia, se produce esta situación de peligro”, explica el profesor. Por eso, para Vargas, la resiliencia en los habitantes de esas vertientes es fundamental. “La resiliencia se da cuando la comunidad aprende de las experiencias para exponerse menos. Especialmente, cuando las autoridades entienden que no pueden permitir esta exposición cíclica”, añade el docente.
Experiencias compartidas
Entre los aprendizajes que se replican está el uso de las mallas geodinámicas. Debido a las experiencias pasadas, el gobierno central instaló estas mallas en las zonas altas de la quebrada Carosio (Chosica) para impedir el paso de las piedras. Después del primer huaico, esta fue la única zona que no fue afectada por el deslizamiento. Este caso refleja la organización de los vecinos, quienes permitieron la instalación de las mallas y siguieron todas las recomendaciones. Tras esta experiencia, los vecinos de las zonas aledañas ya se están acercando para aprender y reducir el peligro en el futuro.
La información puede salvar vidas. Vargas pone como ejemplo la importancia de saber que es mejor reorientar el camino de los huaicos en lugar de retenerlos. De lo contrario, el huaico generará una fuerza destructiva mayor al impactar contra las edificaciones.
El rol de la academia
Actualmente, la academia es invitada a participar en diversos grupos de gestión para el manejo de crisis y desastres, como el Instituto Geofísico del Perú, el Cismid, la Policía Nacional del Perú, entre otros. Aunque corresponden a distintos sistemas, tienen que integrarse en la misión de brindar personal especializado, por lo que cada especialista asesora desde su experiencia. Desde la psicología, se ofrece el tratamiento postraumático por los desastres. Desde el derecho, se pone al alcance la normatividad para identificar y monitorear a los damnificados, y así asignar los bonos para reconstruir sus viviendas. Desde las ciencias, se propone la simulación, la planificación y la optimización de herramientas. Por ejemplo, los ingenieros Wilmer Atoche, Miguel Mejía y Walter Silva, docentes del Departamento de Ingeniería, trabajaron en una simulación con matemáticas aplicadas para pronosticar dónde, cuándo y bajo qué características pueden ocurrir los huaicos en las quebradas.
Los ciudadanos importan
Desde el 2011 se están reconfigurando las responsabilidades en todos los niveles del manejo frente a crisis y desastres. «Todo ese esquema lo hacía Indeci, pero se ha pasado de una visión reactiva a una visión preventiva», destaca el docente. Según este tipo de visión, las comunidades locales son las encargadas de la organización y dirección, siguiendo la ley nacional. Por otro lado, las municipalidades ahora asumen la labor de ayuda temprana, luego le siguen las autoridades regionales y las nacionales.
“Las redes de comunidades son fundamentales dentro de la respuesta e intervención ante desastres. Eso debe quedar claro”, reafirma Vargas. “Ellos conocen la zona, las necesidades, los vecinos y a quienes necesitan más ayuda”, añade. Si se quiere recabar información, a una institución le tomará meses hacerlo, pero con los habitantes, este proceso sería mucho más rápido. Por eso, el docente considera que la solución tiene dos sentidos: el horizontal, por el que las comunidades participan y responden a un aprendizaje; y el vertical, que se relaciona con el que tiene dinero o un cargo en el gobierno, quien se encargará de reducir esta exposición o aumentar la resiliencia de la gente.
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