Las protestas han dejado 42 muertos, 800 heridos y más de 2 mil detenidos, de los cuales, 161 permanecen en la cárcel, incluyendo al líder opositor Leopoldo López. Si bien todo empezó como una protesta de estudiantes, poco a poco ha ido escalando hasta tener un matiz mucho más político.

Diálogo suspendido

Hasta el momento se han realizado dos mesas de diálogo entre los opositores y el gobierno, sin embargo, no parecen dar fruto. La oposición sostiene que el gobierno no tiene intención de ceder en alguno de los pedidos, aunque el presidente Maduro menciona estar abierto a las conversaciones.

El lunes pasado fue la segunda mesa de diálogo, pero esta se vio interrumpida. Para el magíster Popa, todo indica que el gobierno no está en posición de negociar. Esto se debe a que, para llegar a un consenso, el presidente Maduro tendría que aceptar alguna de las condiciones que le propone la oposición. “Él no es de llegar a tratos o acuerdos, tan solo de escuchar. Esto es una tradición que viene del chavismo, heredada de cierta manera del castrismo. Chávez siempre decía ‘vamos a escuchar a la oposición, pero no vamos a hacer tratos porque sería traicionar a nuestros electores’ y Maduro sigue por la misma línea”, explica el analista.

Una de las propuestas principales que plantea la oposición es la liberación de los presos políticos, entre los cuales se incluiría a Leopoldo López y todo indica a que eso no está en la cabeza del gobierno. El analista cree que esto se debería a que López tendría mucha presencia en las próximas elecciones y representa una fuerza dura en contra del gobierno que podría mover a la población.

Por otro lado, habría factores en las dos partes que desearían que las conversaciones fracasen. Mientras el MUD, Mesa de Unidad Democrática, encabezada por Capriles, se mueve dentro de los límites de la constitución, existe otro grupo que desea que el gobierno sea destituido a pesar de ser elegido democráticamente. Por el lado del gobierno, Popa explica que también hay un sector duro, “tenemos a Diosdado Cabello, de origen militar, que representa al lado más fuerte del gobierno y el más corrupto que no va a dejar que el dialogo prospere”.

Sanciones de Estados Unidos

El Congreso de Estados Unidos estaría planteando un proyecto de ley en el Comité de Relaciones exteriores del Senado, para imponer sanciones contra funcionarios venezolanos que estén acusados de cometer violaciones de derechos humanos. El origen de esta presión externa, según el profesor Popa, sería dada por un grupo de políticos de origen cubano que está dentro de la cámara de representantes y en el senado. “Existe una vieja rivalidad entre el exilio y el gobierno cubano que se ve reflejado en Venezuela, lo que pasa allá es parte de esa lucha entre el exilio cubano y la derecha cubana contra el gobierno”, explica el analista y agrega que no se puede olvidar que el presidente del comité estadounidense, Bob Menéndez, es de origen cubano.

Sin embargo, esa no sería la política de la Casa Blanca. El Presidente Obama ha mantenido una postura más moderada. “Todo indica que hay un trabajo fuerte de la CIA o de los servicios de inteligencia norteamericana, porque esto se inscribe dentro de la doctrina Obama, que tiene la característica de subvertir el orden con fuerzas nacionales”, explica Popa al ver que los grandes movimientos de ciudadanos de diversos sectores, gracias a redes sociales, está jugando un papel muy importante en la política y que se le ha ido de las manos al gobierno.

El papel de Unasur

Los tres cancilleres: el de Ecuador, representando al presidente Correa que si tiene interés de ayudar a Maduro; el de Colombia, que siente una gratitud o deuda por los esfuerzos que ha hecho Venezuela por la paz; y Brasil, que siente su papel hegemónico en el continente; se presentan como los enviados de Unasur pero que por más que tengan buena voluntad, como se ha visto, no lograrán nada, “Unasur no va a funcionar, sus esfuerzos son en vano”, menciona Popa.

Sin embargo, para el analista, tendría que aumentar la polarización aún más para que se pueda ver realmente el papel de Unasur, Celac, Mercosur y la ONU, que serían los llamados a intervenir y convencer a Maduro que tiene que ceder en algo. “El problema es que salvo Cristina Kischner; Evo Morales y Rafael Correa, están en la línea de decirle que no ceda ni un ápice, lo que siento es que la situación está entrampada y no le veo salida, por lo menos no una sencilla, solo espero que no sea un derramamiento de sangre”, menciona el analista.