Políticas urbanas: Aumentar o disminuir estacionamientos
El tráfico en nuestra ciudad a veces se vuelve insoportable. Algunos distritos de la capital han visto que una forma de atacar la escases de lugares donde estacionarse sería construyendo estacionamientos subterráneos. ¿Pero esta es la mejor solución?
Texto:
Susana NavarroFotografía:
Mario Lack
Algunos distritos están planeando construir estacionamientos subterráneos para aliviar la necesidad de los usuarios por un lugar donde dejar sus autos. El suelo es una de los primeros factores que se debe tomar en cuenta al momento de realizar una obra como esta. Debe cumplir el mínimo requerimiento de estabilidad para que pueda soportar la estructura; de lo contrario, el costo sería muy elevado. El arquitecto Renato Manrique menciona que, si bien distritos como Miraflores o San Isidro cuentan con un buen suelo, se debe tomar en cuenta las redes de alcantarillado y de luz que pueden estar por debajo de la ciudad y ver los posibles efectos que tendría en estos.
¿Por qué construir?
Los estacionamientos subterráneos nacen como respuesta a la necesidad de ganar espacio en el área superficial y trasladar la cantidad de carros que están en arriba y pasarlos al subsuelo. “Se puede hacer estas obras en sitios donde el suelo es escaso. La idea es devolver el espacio a los ciudadanos, sin embargo, estos distritos desean aumentar el número de estacionamientos pero lo que en realidad necesitan es reducirlos”, menciona el urbanista.
Lugares como Miraflores o San Isidro tienen altas actividades terciarias generan mucho tráfico y congestión. Para el especialista la solución no está en poner más carros, ya que al hacer más estacionamientos más personas querrán ir en su auto y así se generará más tráfico. Por el contrario, lo que se debería buscar es reducir la cantidad de carros que entran en un área determinada.
Por eso, Manrique menciona que primero hay que preguntarse si es bueno que haya un déficit de estacionamientos. La respuesta es sí. Incluso las políticas urbanas deberían estar orientadas a que cada vez haya un mayor déficit de lugares para carros, ya que esto obligará a que las personas vayan en auto solo por emergencias y así escogerán otras opciones de transporte.
Otros ejemplos
El arquitecto propone ejemplos de otras ciudades en las cuales la consigna es reducir la circulación de los carros. “En Londres, París o Nueva York, los parquímetros cobran tasas muy altas o ponen más peajes y a los edificios nuevos se les cobra por construir estacionamientos o se les exige que no los tengan. En Copenhague se determina la cantidad de autos que entran, en Bogotá se instauró que en días determinados entraban los autos con placas pares y otro día los impares. Todo esto se hace para que cada vez sea más complicado ir en auto”, explica.
Políticas urbanas
Existen diversas políticas orientadas a desincentivar el uso del automóvil como cobros más altos, aumentar los peajes, etc. Sin embargo, una parte fundamental es incentivar el uso de medios alternativos de transporte sea público o no contaminantes como las bicicletas, patines, más calles peatonales, entre otros. “Se debe facilitar el uso de bicicletas, hay lugares donde se dan incentivos tributarios para las oficinas que cambien estacionamientos de carros por los de bicicletas, también hay centros históricos en los cuales el Estado les disminuye los arbitrios a las empresas que demuestren que su personal va al trabajo en bicicleta”.
Igual de necesario es que se hagan medios de transporte público adecuado. Un ejemplo de como pueden ayudar las políticas urbanas es como la estación del metropolitano que se ubica a costado del Estadio Nacional ayuda con el transporte de las personas. El arquitecto explica que hay muchas personas que prefieren ir apretados en estos buses que en carro propio ya que no tienes que preocuparte por el tráfico, en buscar donde estacionarte y en pensar si tu carro sufrirá algún robo.
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