Por parte del gobierno, el objetivo de este decreto es el de preservar la biomasa de la anchoveta y garantizar la sostenibilidad de la especie, mejorar las oportunidades de los pescadores artesanales e impulsar el Consumo Humano Directo (CHD). Del otro lado, encontramos a los industriales que mencionan que este decreto afecta sus niveles de captura, por lo tanto sus ingresos.

El Decreto Supremo 005

Una de las novedades de esta nueva norma es que considera que las primeras cinco millas, son exclusivas para la pesca artesanal (embarcaciones de hasta 10 metros cúbicos de capacidad). A partir de las cinco y hasta las diez millas, estarán destinadas para la pesca de menor escala cuya captura debe destinarse al CHD. Las embarcaciones de mayor escala deben operar desde la milla diez.

Para Sofía Castro, esta ‘lotización’ del mar es importante como una manera de regular la captura a partir de los tipos de embarcación, sin embargo, encuentra que al no existir un sistema de cuotas de pesca, genera un vació por resolver, “se ha avanzado mucho en ordenar el sector, pero no está claro hasta cuanto pueden pescar las embarcaciones de menor escala, no se hablan de porcentajes de captura”, agregó la magíster en desarrollo ambiental.

El mercado de la harina

La harina de pescado y el aceite es una industria que paga mucho más por la anchoveta de lo que se podría vender al consumidor peruano. El Ministerio desea incrementar el consumo promedio anual de pescado de 19 kilos per cápita a unos 30 kilos per cápita en los próximos años. También se mencionó el deseo de dar cabida a otros recursos como la pota y el atún, sin embargo, la anchoveta sigue siendo la más rentable.

De todas maneras, para los industriales los costos son mucho más importante. «No se vuelve tan rentable que entre las cinco y las diez millas se pueda dar para CHD, estas industrias pesqueras quisieran poder participar también del consumo industrial», explica la economista, y esto se ve demostrado en que el 95% de la pesca va directamente a la industria de la harina.

El regulador

Se ha mencionado que el decreto tendría como un efecto secundario el que crezca la pesca negra. La economista explicó que una de las cosas en las que puede derivar en es un sobre nivel de pesca porque no se está regulando a las embarcaciones de menor escala dentro de las diez millas.

El ministerio desea ordenar un sector que antes no se había regularizado con tanta firmeza, pero esto también implica que el mismo Estado deberá supervisar que se cumplen las normas dispuestas para lo cual será necesario que monitoree las diez millas con embarcaciones especiales para este propósito lo que implicaría todo un aparato del Estado puesto a ese servicio, incluyendo los costos de vigilancia y supervisión. “Si una buena norma no tiene una forma de monitorear y supervisar, queda bien en el papel, pero en la práctica se queda sin efecto, no sé si el Estado tenga esa capacidad”, finaliza Castro.