Luego de recorrer veintiséis ciudades, la Antorcha Parapanamericana realizó su recorrido final en la Av. Riva Agüero. En la puerta del Parque de las Leyendas, frente a nuestra Universidad, se realizó una ceremonia en la que participaron el presidente del comité de los Juego Parapanamericanos Carlos Neuhaus, la exvoleibolista Natalia Málaga, el alcalde de San Miguel Juan José Guevara y Silvana Vargas, directora de la Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS), en representación de nuestra Universidad. También estuvo presente Marko Luna, paratleta de nuestra casa de estudios que llevó la antorcha el jueves 22.

“Los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos nos han ayudado a reforzar nuestra identidad como peruanos. Sin embargo, también han puesto en evidencia todo lo que nos falta por hacer en términos de promover el deporte y mejorar la infraestructura pero, sobre todo, de trabajar para los colectivos más vulnerables y que experimentan mayor desigualdad, entre ellos, el de personas con discapacidad. Es un excelente momento para celebrar pero también para reflexionar”, subrayó la Dra. Vargas.

Asimismo, señaló que la PUCP ha trabajado desde el 2014 con una política propia que vela por los derechos de nuestros estudiantes con discapacidad. “Este 2019 hemos aprobado por primera vez un reglamento que va a permitir que esa política se concretice, en un país donde la discapacidad es invisible a los ojos de muchas personas. La PUCP está comprometida con ese derecho y vamos a seguir trabajando en esa línea”, expresó.

Juan José Guevara, alcalde de San Miguel, dijo que los peruanos podemos lograr grandes cosas cuando nos juntamos: “Esa es la reflexión y el ejemplo que nos deja esta competencia”. Por su parte, Carlos Neuhaus, presidente del Comité de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2019, aseguró con orgullo que un gran legado de estos es motivar a que todas las ciudades del Perú sean amigables con las personas con discapacidad, cuya movilidad es complicada.

La exvoleibolista Natalia Málaga hizo el recorrido final con la antorcha al lado de un entusiasta Milco, la mascota oficial de estos Juegos. Una vez en el escenario, Málaga aconsejó a los jóvenes “dar todo por nuestro país, por nuestro deporte y amar lo que hacemos. Ya después viene el reconocimiento”. Posteriormente, prendió el pebetero olímpico y los Guardianes de la llama se aseguraron de poner la flama a buen recaudo para llevarla a Chile, sede de la próxima competencia.

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Lee aquí una nota sobre Marko Luna, trabajador y estudiante de posgrado PUCP que llevó la antorcha el jueves 22.