Muro de contención del Malecón Balta se cayó debido a mala estructura y materiales
Las alarmas se encendieron cuando se desprendió un muro de contención y parte de la vereda en el Malecón Balta. En estos días en los que las campañas para concientizar a las personas respecto a los sismos incrementan, lo hacen también los incidentes que dan cuenta de una ciudad no necesariamente preparada para accidentes que pueden evitarse.
Texto:
Gonzalo SilvaFotografía:
Jorge Ruiz
“Si así es en Miraflores, imaginemos lo que será en toda la ciudad”, señala el ingeniero Alejandro Muñoz, especialista en construcción antisísmica. La caída del muro de contención del Malecón Balta tiene una razón puntual: “El muro de contención que se ha caído es una mala construcción. La estructura está hecha artesanalmente. No pueden hacer un muro de contención de esas características, con esa pendiente y de ladrillo. Debieron utilizar concreto armado”. Sin embargo, muchas personas entraron en pánico, sobre todo los vecinos de la zona, quienes temen que los edificios que se encuentran en la zona corran peligro.
El ingeniero Muñoz aclara que no hay por qué preocuparse por este hecho, que es algo localizado y con solución, que el problema está en otras partes del territorio capitalino: “Las construcciones en los distritos pudientes están bien. Eso no debería preocuparnos en un gran terremoto. En las zonas emergentes sí causa problemas porque hay mucha precariedad en la construcción, hay mucha mayor improvisación: los edificios no están bien hechos, peor la contención”, afirma.
Los vecinos de la zona pueden dormir tranquilos, pues no hay ninguna relación entre esta caída del muro de contención con la estabilidad de los edificios vecinos. Primero porque hay una distancia considerable entre el muro y los edificios y, segundo, porque estos cuentan con sótanos, por lo que la presión está mucho más abajo. “No hay ninguna relación entre esta caída y la construcción del Malecón Balta”, afirma.
Esto no deja de enseñarnos o, al menos, mostrarnos un panorama preocupante para el resto de la ciudad, la improvisación que salta a la vista por un fenómeno de la naturaleza que lo único que hace es mostrarnos nuestros errores para corregirlos y evitar verdaderos siniestros en el futuro. “Es un llamado de atención para que se vea que, así como este caso, en Lima hay muchas cosas que pueden producirse así en el escenario de un gran terremoto. Ahí las cosas van a saltar por todos lados”.
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