Medir la vulnerabilidad para evitar la pobreza
Hablamos siempre de los esfuerzos necesarios por erradicar la pobreza en el país. Se ha avanzado en esta materia y la última década ha presenciado una reducción de hogares pobres en 37 puntos. Sin embargo, ¿qué pasa luego de que una familia sale de la pobreza? Identificar cuántos y quiénes son los ciudadanos vulnerables permite diseñar políticas públicas no solo para combatirla, sino también prevenirla. El Dr. Javier Herrera, docente del Departamento de Economía, y Angelo Cozzubo, licenciado en la misma disciplina, proponen una forma de medir la vulnerabilidad a la pobreza de las familias peruanas.
Texto:
Sharún GonzalesFotografía:
Roberto Rojas
Es un reto medir la vulnerabilidad a la pobreza de un hogar por una razón casi evidente: se trata de un riesgo en un período futuro. “Una situación no observable en el presente pero que puede, o no, llegar a materializarse en el futuro”, explica Javier Herrera. Mediante la estrategia desarrollada por Dang & Lanjouw en un artículo reciente y los paneles de la Encuesta Nacional de Hogares 2004-2014, el equipo de investigadores estimó las líneas de vulnerabilidad análogas a las líneas de pobreza. Este estudio ha permitido identificar, según el nivel de gasto de cada hogar, si este es pobre, vulnerable o no vulnerable sobre todo en el periodo analizado (2004-2014).
“Nuestra pretensión no era definir el tamaño de la clase media, concepto que nos parece bastante más complejo, sino más bien estimar líneas de vulnerabilidad análogas a las líneas de pobreza”, explica Angelo Cozzubo, licenciado en Economía. Para él, la desaceleración del crecimiento, particularmente en los dos últimos años, se ha traducido en un incremento del índice de vulnerabilidad. En un contexto macroeconómico menos favorable, como el que este equipo de investigación espera en los siguientes años, los hogares se tornaran más vulnerables a caer en la pobreza independientemente de sus características, activos y estrategias.
“La vulnerabilidad en el Perú es de naturaleza estructural pues se relaciona directamente con las características de la inserción laboral generadoras de muy fuerte inestabilidad de ingresos”, afirma Herrera acerca de los factores que influyen en la vulnerabilidad de los hogares. Ambos economistas coinciden en que son necesarias una serie de políticas específicas concentradas no solo en combatir, sino también en prevenir la pobreza. Un estudio como el que realizaron logra identificar algunas diferencias en el acceso de los hogares a la riqueza. Herrera sugiere focalizar geográficamente a la población vulnerable de manera distintiva pues de otro modo pasaría, como hasta ahora, desapercibida en el radar del accionar público.
“El gran desafío pendiente es la implementación de mecanismos de aseguramiento para la gran mayoría de hogares cuyos ingresos provienen del empleo informal y no cuentan aún con la protección de un seguro de salud”, concluye el docente del Departamento de Economía.
Más información sobre la investigación.
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