“Cuando el actual gobierno llegó al poder, el año 2011, el Perú estaba en el penúltimo lugar de América Latina en materia de inversión en investigación y desarrollo (I+D)”, afirma el Dr. Benjamín Marticorena, jefe de la Oficina de Internacionalización de la Investigación (OII) de la PUCP. Cinco años después, el panorama, en ese mismo campo, no es muy diferente.

“El Estado tiene que poner más empeño”, opina Marticorena. “Al inicio de su gestión, el presidente nombró una comisión que –finalmente– presentó 76 instrumentos de política que tenían que ser puestos en marcha para que el país dé un gran salto en investigación y desarrollo, pero este no se dio. La presidenta del Concytec, la Dra. Gisella Orjeda, utilizó algunos, pero era fundamental emplear todo el paquete, porque las propuestas están encadenadas”, añade.

Pese a ello, según el jefe de la OII-PUCP, a nivel interno, la situación mejoró notoriamente. “Hay una capacidad interesante de investigación en el país que podría ponerse en movimiento con relativo poco esfuerzo, algo que ha tratado de hacer el gobierno. El ‘nuevo’ Concytec ha sido el ente que más dinero ha invertido, lo que se tradujo en la contratación de mejores funcionarios, mejor formación de investigadores o en mejores equipamientos para los centros de investigación del país”, asegura.

En ese sentido –opina Marticorena– la política sobre I+D del próximo gobierno debería continuar lo avanzado, entre otras cosas, ampliando la cantidad de programas dedicados a la promoción de la investigación y afianzando los existentes.

“No hay que depender de la ciencia y el conocimiento externos, pues esto llega con un altísimo costo. Uno de los mayores déficits es el de nuestras capacidades humanas. El Perú requiere de 17 mil doctores, pero actualmente solo hay cerca de 1,700. Nosotros estamos lejos de cumplir esa meta en parte porque nuestros mejores investigadores emigran, así que hay que promover que lleguen al Perú investigadores peruanos que radican en el exterior y extranjeros. Esto no solo aumentaría el número de investigadores en el país, sino el potencial de formación”, detalla el especialista.

Además de aumentar la inversión en I+D, Marticorena cree que es vital la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología. “El financiamiento tiene que llegar con un plan que asegure que el aporte no se pierda. Por ello, el nuevo gobierno debería gestar un grupo de trabajo capaz de presentar una propuesta que sea asumida por completo. Personalmente, creo que se debería crear un Ministerio de Ciencia y Tecnología (incluso sería ideal que sea un Ministerio de Ciencia, Tecnología y Educación Superior), ya que para asentar la investigación se requiere que todas las puertas sean abiertas. Para ello, es mejor contar con un funcionario que asista al Consejo de ministros y que pueda conversar directamente con el presidente”, apunta.

Finalmente, para el jefe de la OII-PUCP, incrementar la investigación que se realiza en el país –así como su calidad– tiene dos objetivos claves: por un lado, “resolver los problemas reales del país” y, por otro, “lograr una inserción vigorosa en el concurso internacional”. Por esa razón, indica: “La investigación tiene mucho que ver con la solución de problemas reales de la población, como son los relacionados con servicios públicos y el sector productivo. Por ejemplo, hay que desarrollar mucho trabajo de desarrollo tecnológico para las pymes, las cuales representan el 98% de las unidades productivas del Perú, el 80% de la población económicamente activa y el 70% del PBI. Hacerlo significaría contar con un componente de inserción social valioso. Esto es importante porque la gente tiene que ser parte del cambio. Tiene que sentir que todo este esfuerzo se trata de un proyecto común que beneficia a todos”.