Las constelaciones poéticas de Luis Hernández
Amor, dolor, empatía y escape se manifiestan en la obra del entrañable Luis Hernández. El profesor Luis Chueca nos acompañó a la muestra «El sol lila. Constelaciones poéticas de Luis Hernández» en la Casa de la Literatura Peruana y nos contó sus impresiones.
Texto:
Silvia LandeoTexto:
Solange Avila
Pese a su corta vida, el poeta peruano Luis Hernández ha dejado un legado inmortal. Es por eso que la Casa de la Literatura Peruana expone gran parte de su obra en la muestra El Sol Lila hasta el 27 de agosto. Conversamos con el Dr. Luis Chueca, docente del Departamento de Humanidades, sobre los aspectos más importantes de la obra del poeta peruano.
¿Qué temáticas son frecuentes en la poesía de Hernández?
Si tuviéramos que hacer un registro de las principales, diría que es, definitivamente, la ciudad de Lima. La ciudad es una presencia constante en su poesía. Lo más común está vinculado con los cinemas y los bares, que son muy recurrentes en su poesía. De algún modo, los espacios citadinos evitan el dolor al alejarnos de los motivos que lo producen. Podemos reconocer en su obra la idea de la poesía como alivio del dolor. El cinema es un espacio para olvidarse de lo que pasa afuera, para sumergirse y vivir en otra dimensión. Me interesa también cómo su poesía registra esas instancias de producción de dolor de manera muy desgarrada. Hay toda una gama de personajes maltratados y olvidados presentados en situaciones de abuso. La poesía permite a quien la escribe y a quien la lee sentir solidaridad con otros que sufren. Esta mirada incluye desde dimensiones vinculadas a las estructuras sociales hasta las relaciones personales.
¿Qué aspectos visuales se destacan?
Luis Hernández publicó sus tres primeros poemarios entre 1960 y 1965. Después de eso, estableció una única manera de circulación de su poesía con sus cuadernos manuscritos. En estos iba escribiendo y acompañando con ilustraciones trabajadas con plumones de distintos colores, caligrafías muy hermosas y llamativas. Hay todo un planteamiento en este proyecto poético, en el que Hernández incluía otra serie de dimensiones relacionadas con lo plástico. Pero más interesante reconocer que también hay recortes de periódicos, viñetas y noticias. Hay un diálogo todavía por explorar, ver cuáles son todas las dimensiones entre lo que escribió y todo el registro de lo cotidiano, que tiene que ver con lo que pasaba en el momento, con las noticias, la historieta y el registro de las lecturas del poeta.
¿Qué dimensiones pasan por alto algunos lectores?
La década de 1960 en América Latina es el trasfondo para la poesía de Hernández. En esa época se da la consolidación de la línea conversacional en la poesía. Sus dos primeros poemarios tienen un corte más lírico y tradicional, pero a partir de Las constelaciones comienza una búsqueda de otros lenguajes y posibilidades que se observa en sus cuadernos. La poesía de esos años se abre al lenguaje de la calle y Luis Hernández es uno de los fundadores. Me parece interesante cómo abre la búsqueda de lenguajes y cómo logra la confluencia de registros muy diversos en el texto.
¿Cómo se posiciona Luis Hernández entre los poetas de su generación?
Mientras que a poetas como Antonio Cisneros y Rodolfo Hinostroza se les podía tener un cariño porque uno los conocía, con Hernández se establece una relación de empatía y cariño personal a partir de la lectura de su obra. Con eso se va construyendo un mito. Y yo creo que este puede ser estimulante para acercarse a la poesía. Pero, para mí, resulta más apropiado ir más allá del mito, que veamos todo lo que significa esta obra en cuanto a sus mil facetas y potencialidades. Es decir, más que acercarnos al personaje con esa aura maravillosa y conflictiva, aproximarnos a una serie de textos que todavía tienen muchísimo por decir.
«El sol lila. Constelaciones poéticas de Luis Hernández»
La muestra se expone en la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Ancash 207, Centro de Lima) hasta el 27 de agosto. Puedes ir de martes a domingo de 10 a.m. a 7 p.m. El ingreso es libre.
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