¿La socialización virtual nos llega a todos por igual?
El Dr. Agustín Espinosa, psicólogo y docente de nuestra Universidad, nos explica cuáles son los costos psicológicos de no tener las mismas oportunidades de conexión en una época de distanciamiento social.
Texto:
Julio Huamán
Llevamos más de 100 días de distanciamiento social y cuarentena. Dentro de este tiempo, también se ha visto cómo es que diversos eventos culturales y sociales se han trasladado a plataformas virtuales. Esto para evitar que las personas salgan de sus casas.
“Las limitaciones para contactarnos físicamente tienen un costo psicológico importante. Las personas que tienen acceso a estas tecnologías pueden intentar resolver estas carencias –al menos parcialmente– a través de este tipo de contacto”, explica el Dr. Agustín Espinosa, docente del Departamento Académico de Psicología.
Los espacios de socialización virtual han tomado más fuerza hoy en día, sobre todo para el teletrabajo. También ocurre con las reuniones familiares, amicales o de enamorados, quienes se juntan a pesar de la distancia. Pero no todos pueden acceder a estas tecnologías, lo que les genera un impacto psicológico mayor.
Limitaciones virtuales
La brecha digital en nuestro país es muy grande y actualmente está afectando a las personas. “Estas situaciones de confinamiento suelen tener efectos negativos en las personas en términos de salud mental, justamente porque obligan a distanciarte físicamente”, determina el Dr. Espinosa.
“El hecho de no tener mayor interacción, más allá de las personas que están en casa, puede ser muy complejo para la gente. No sabe lo que está ocurriendo fuera, qué pasa con sus seres queridos, aun cuando hay otros medios de comunicación”, añade el docente.
Aquellas personas que no cuentan con estas herramientas buscan mantener un contacto limitado en las calles, pero no tan restringido. Hay una estructura fallida que no da las mismas posibilidades e incide en los problemas de salud mental, precisamente por ciertas restricciones de socialización.
Oportunidades de reunión
Por otro lado, hay un reducido grupo social que sí tiene acceso a estas plataformas. En estas han descubierto una oportunidad para retomar contacto con otras personas. Si bien estas herramientas ya existían, nunca fueron tan necesarias como ahora para los espacios de socialización.
“Estas herramientas han permitido a algunos sectores de la sociedad vincularse o reencontrarse a pesar de la distancia. Esto precisamente era lo que limitaba cuando había interacciones físicas o presenciales. Antes de la pandemia, era necesario trasladarse por horas en el tráfico de Lima, que generaba agotamiento físico”, expone el docente Espinosa.
Mantener este contacto ayuda a proteger la salud mental, pese a todo lo que pasa fuera de casa. Las herramientas digitales seguirán acompañándonos por mucho más tiempo. Cuando acabe todo esto, “probablemente no volvamos a utilizarlas tanto como ahora, pero mucho más que antes de la pandemia. ¿En qué medida? Difícil saberlo”, concluye el docente.
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