Frontera con Chile: de lo diplomático a lo mediático

Los diplomáticos y altos mandos tanto de Chile como de Perú comprenden perfectamente que cualquier conflicto vinculado a la soberanía territorial es muy sensible. Sin embargo, Vidarte explica que el imaginario de ver a la otra nación como agresora ha sido aprovechado a favor de distintos intereses a lo largo de la historia de ambos países.

“Aunque suene poco popular y casi antinacionalista, la creación de La Yarada-Los Palos no era una prioridad frente a otras cosas más importantes que competen a ambos países”, comenta Vidarte. El pedido de la creación de este distrito viene desde el 2011 y precisamente no se aceptó por el contexto del proceso en La Haya. Actualmente, aunque el fallo ya se dio, aún quedan temas pendientes para que ambos países se presenten a la ONU e inscriban conjuntamente las coordenadas marítimas. A Perú le falta la ley sobre el ejercicio de libertades de comunicación internacional y a Chile plantear algunos cambios legales con relación del mar presencial.

Sin cerrar el problema marítimo entramos al tema del “triángulo terrestre”. “Tenemos sustento jurídico que nos respalda pero debimos ser un poquito más inteligentes para encontrar el momento adecuado para hacer este pedido”, expresa el docente. Ambas partes deben regresar a utilizar los canales diplomáticos. Vidarte sostiene que, aunque los altos cargos no faciliten la reconciliación, se restablecerá el diálogo como ya ha ocurrido en reiteradas ocasiones. Para entonces, deberán terminar el caso de La Haya y, luego, el del triángulo terrestre.

Vidarte considera que no debemos negar el problema, ya que sí hay un conflicto por ese territorio; pero tampoco debemos asustarnos porque hay alternativas de solución. Una de ellas es recurrir al presidente de Estados Unidos para arbitrar como en el Tratado del 29, pero el docente sostiene que no es la mejor, porque el presidente no aceptará ya que ambos países son socios. “El Presidente no va a fallar en virtud al derecho, sino a consideraciones políticas y a ningún país le conviene poner en riesgo su sustento jurídico ni su seguridad terrestre”, señala.

Chile y Perú cuentan con una agenda rica en comercio e inversión, por tanto, Vidarte considera que los vínculos no pueden paralizarse por un territorio de apenas 3,5 hectáreas. Así, sugiere que se converse sobre qué hacer en ese terreno inhóspito, como espacios públicos de integración.

La fuga de talentos en Venezuela

Por otro lado, alrededor de 1000 docentes de las universidades más reconocidas en Venezuela han emigrado en los últimos cinco años. Respecto a este fenómeno que nada ayuda a la ya crítica situación social y económica del país, Vidarte sostiene que el punto de partida de este problema es que la existencia de una gran fractura. “Se ve el escenario político como una confrontación entre buenos y malos, entre ricos y pobres, entre oposición y oficialismo”, ilustra.

El docente supone que estas fracturas sociales son un aspecto central y fundamental en este fenómeno. Lo cual está motivando la fuga masiva de docentes a otros países. A esto se suman diversos motivos, como la poca flexibilidad que existe hoy para salir de Venezuela y, una serie de consideraciones que llevan a que sectores de clase media y alta –a la que pertenecen los docentes- consideren válido abandonar las aulas y el país, para considerar otras posibilidades de trabajo y estudio en el exterior.

“Eso nos lleva a ver cómo las medidas populistas no tienen ni un tipo de impacto en la actividad económica, pero si tiene sobre los intereses de los empresarios o los sectores productivos”, infiere el especialista. Para Vidarte es innegable que los sectores productivos también tratan de bombardear al gobierno. Especialmente cuando se ha demostrado que se ha estado especulando y guardado productos para favorecer el desabastecimiento, ciertamente ámbito central de la crítica al gobierno. Sin embargo, el docente señala que el gobierno venezolano cada vez se muestra incapaz para darle frente a la demanda económica, cuando ya no tienen el gran valor del ingreso del petróleo.

Vidarte sostiene que no es sencillo plantear políticas de retorno. Perú es un ejemplo claro, cuando hace un par de años se propuso atraer nuevamente a los peruanos en el extranjero. Este proyecto finalmente fue un fracaso porque solo retornaron 3 mil peruanos de un total de 3 millones de peruanos fuera del país. Por lo que Vidarte critica y cuestiona si la ley de retorno o si el retorno mismo funciona.