Informe PuntoEdu sobre la regulación del uso del plástico
La contaminación por plástico inunda nuestros océanos, ríos y lagos; aniquila especies; y destruye ecosistemas. Más de 60 países ya cuentan con medidas para frenar la fabricación y utilización de productos descartables hechos en este material. En el Perú, pronto se debatirá en el Pleno del Congreso el Proyecto de Ley que regula los plásticos de un solo uso.
Texto:
Fiorella PalmieriFotografía:
Víctor Idrogo
Una “isla” de desechos de plástico flota en el Pacífico frente a costas peruanas y chilenas. Con una superficie de más de 1.6 millones de kilómetros cuadrados, esta supera el tamaño del Perú y Ecuador juntos, y su crecimiento continuará si mantenemos los niveles de producción y consumo de plástico como hasta ahora.
En el mundo hay cinco grandes cúmulos de basura de este tipo: dos en el Pacífico, dos en el Atlántico y uno en el Índico. Y esto es solo la punta del iceberg. Como refieren estudios de ONU Medio Ambiente, solo un 15% de estos desechos son visibles superficialmente. El 70% se encuentra en el fondo marino. Y no nos quedemos solo en cifras: es escalofriante observar el daño causado a las especies de fauna, que mueren envenenadas o atragantadas con bolsas de supermercado o sorbetes plásticos que toman como alimento.
Sin embargo, más que satanizar el uso del plástico –material que ha transformado muchas actividades y tecnologías–, la gravedad del asunto radica en su fabricación indiscriminada y en las dificultades para su reciclaje, así como en la desactivación de costumbres de consumo generalizadas, como el “usar y botar”.
“En los océanos, los desechos plásticos son arrastrados por las corrientes marinas y se acumulan en zonas centrales. Aunque existen tecnologías que logran limpiar el mar, todo ese material recolectado también genera impacto ambiental si es que no se recicla, e incluso si va a un relleno sanitario. Tenemos recursos limitados en un mundo donde las necesidades siempre aumentan. Si realmente queremos cubrir nuestras necesidades, tenemos que aprender a reciclar cada vez más. Implementar una economía circular en la cual los desechos puedan convertirse en materias primas que reingresen a un proceso”, considera el Ing. Alessandro Gilardino, consultor en ecoeficiencia y sostenibilidad, quien participó en el primer estudio de Medición de la Huella de Carbono de la PUCP con la Red Peruana Ciclo de Vida.
Para el Mg. Bruno Monteferri, director de Conservemos por Naturaleza, plataforma de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), son tres las condiciones que causan el problema de la contaminación con plásticos de un solo uso: “el diseño de los objetos desechables, la cultura de lo desechable y una infraesinfraestructura insuficiente para reciclar aquello que no se puede erradicar o reducir”, expresó el egresado de Derecho por la PUCP.
“Lo descartable está diseñado para usarse solo por unos minutos, pero luego se queda en el ambiente por una gran cantidad de tiempo. En un contexto de economía circular, los productos deberían estar hechos para entrar en el circuito de lo orgánico. En el siglo XXI, deben quedar obsoletos los productos descartables basados en una economía lineal”, explicó Monteferri, quien ha seguido de cerca los procesos para impulsar una ley que regule y/o erradique los plásticos de un solo uso en el Perú.
HÁGASE LA LEY
El pasado 5 de junio, fecha del Día Mundial del Medio Ambiente, la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología del Congreso discutió y aprobó un predictamen que reúne elementos de más de 12 proyectos de ley, presentados anteriormente por representantes de distintas bancadas. Este proyecto, denominado Ley que regula el plástico de un solo uso y los recipientes o envases reciclables, podría ser debatido en el pleno del Congreso este martes 19, fecha final de la presente legislatura. De lo contrario, su discusión –y quizás promulgación– quedaría pendiente para la segunda mitad del año.
“Hace unas semanas, el congresista Marco Arana, presidente de la Comisión, sometió a votación un predictamen que regula, además de las bolsas plásticas, el uso de poliestileno expandido (tecnopor), envases, cubiertos, vasos, cañitas descartables”, dijo Bruno Monteferri, quien saludó que se discuta esta iniciativa. Para Mariano Castro, docente del Departamento de Derecho y experto en gestión ambiental, esta propuesta legislativa “fija metas y procesos de adecuación a una práctica más sostenible con relación al uso de bolsas y envases descartables, que deben motivar a un menor impacto ambiental. Es necesario, además, aprobar un conjunto de normas técnicas y especificaciones de calidad de las bolsas”, señaló el abogado, quien preside la Sociedad Peruana de Evaluación de Impacto Ambiental.
Entre sus principales lineamientos, el proyecto de ley – contenido en un texto sustitorio– establece, de manera inmediata, la prohibición de “la adquisición, ingreso o comercialización de bolsas, cañitas y envases de tecnopor en áreas naturales protegidas, museos, así como entidades estatales”. Además, se prohíbe que los diarios, revistas, recibos e información al ciudadano sean entregados en envoltorios plásticos.
Además, en un plazo de 180 días (o seis meses), la norma prohíbe la fabricación, comercialización y consumo de bolsas delgadas de menos de 30 cm2 por lado. Además, se restringirá el ingreso de bolsas, sorbetes y envases descartables de tecnopor en las playas del litoral. Y se exigirá que todas las botellas plásticas de bebidas sean fabricadas con un mínimo de 25% de material reciclado.
En tres años, se indica que los negocios reemplacen progresivamente la entrega de bolsas plásticas no reutilizables por bolsas reusables, así como el cobro por la entrega de bolsas al cliente. Asimismo, indica que a partir del bicentenario no se fabricarán bolsas, utensilios y vajilla de base plástica para un solo uso.
“Se ha buscado ser demasiado ambiciosos con el alcance de la norma, lo cual puede poner en riesgo su efectividad. Se ha abarcado bastante más de lo que lo mayoría de proyectos de ley plantearon individualmente. El predictamen prohíbe la importación, distribución y producción de diversos productos de plástico de un solo uso. No se piensa cómo dar sustento o alternativas a diversos comerciantes. ¿En qué envase podrá ofrecer quinua un vendedor ambulante? En la SPDA pensamos que el alcance de la norma debe ser progresivo. En el tema de la prohibición de los sorbetes, empecemos con restaurantes, supermercados y hoteles que pueden ser fiscalizados. Poco a poco se deben ofrecen alternativas en otros sectores y promover que toda la industria peruana se adecúe a estas alternativas”, añadió el experto en regulación ambiental, para quien es importante acostumbrar al consumidor a portar bolsas reutilizables y que se implemente el cobro de las mismas a los consumidores, así como impuestos o sanciones a los establecimientos que las vendan u ofrezcan.
“Nosotros planteamos que en 180 días de aprobada la norma se prohíban las bolsas oxobiodegradables, las que por su tamaño son menores que 30×30 cm y las que por su calidad son menores a 50 micras, porque no pueden reciclarse en el Perú. Y después de esos 180 días solo deben existir, hasta los 5 años, las bolsas que son reciclables o hechas de material reciclado, al menos, y a esas establecerles un cobro”, señaló el representante de la SPDA.
REACCIONES Y OPCIONES
Aunque están de acuerdo en que el plástico es nocivo, el sector industrial ha indicado que los plazos señalados para adecuarse a la norma son muy cortos para dejar de producir plásticos. En un conversatorio de la SPDA, el presidente del Comité de Plástico de la SNI, Jesús Salazar Nishi, señaló que más de un 40% de fabricantes de bolsas de plástico pertenecen al sector informal, y expresó su desacuerdo con la posible aprobación de una ley en la que, según su opinión, todavía hay mucho por discutir.
“¿Cómo vamos a reconvertir nuestra industria en 180 días? Los industriales no estamos en contra de la ecología, pero es imposible cambiar (de insumo) en ese lapso. Eso no se puede aplicar. Se habla de diferenciar las bolsas para un solo uso, pero en el Perú no hay un reciclaje biodegradable. Hay un aditivo para ser oxodegradable, que sigue siendo plástico. La PUCP ha sacado un biopolímero, pero llevarlo a los niveles que la industria requiere, por el momento, es imposible”, dijo el empresario.
En este punto, la discusión toca puntos más técnicos. ¿Conocemos los consumidores qué significa que un plástico sea biodegradable? En el mercado, este concepto puede ser malinterpretado.
“Los términos biodegradable y oxobiodegradable son comunes. El problema con las bolsas biodegradables que se ofrecen es que, para ser compostadas o biodegradadas, requieren ciertas condiciones de temperatura y humedad. Por ejemplo, las bolsas de plástico que usamos en casa, que las tenemos por un año pero que no se ‘biodegradaron’; al romperse, se desintegran en fragmentos cada vez más pequeños, llamados microplásticos. Si no son procesadas adecuadamente, las bolsas oxobiodegradables pueden convertirse en microplásticos con mayor facilidad, un elemento que sigue siendo derivado del petróleo contaminante. Para realmente ser biodegradable, su composición tiene que transformarse nuevamente en un elemento de la naturaleza”, señaló Alessandro Gilardino.
“En términos simples: la biodegradación es un proceso por el cual moléculas grandes de una sustancia se convierten en moléculas pequeñas por la acción de enzimas y ácidos producidos de manera natural por microorganismos. Otro término comúnmente usado en cuanto a la persistencia de materiales en el medio ambiente es el de compostable, que significa la descomposición biológica en un lugar de compost (rico en microorganismos)”, explicó el Dr. Javier Nakamatsu.
Por lo pronto, urge iniciar el proceso para que las industrias y los ciudadanos nos adaptemos a una vida libre de plásticos descartables y tóxicos. Todavía se requiere impulsar mejoras en la calidad de gestión de residuos en todo el país. “La ley es importante porque genera una visión común de la sociedad, el Estado, fabricantes, consumidores, etc. Necesitamos una visión común nacional para reducir el uso de este tipo de materiales que generan un impacto significativo a nivel ambiental y de la salud. Esta visión está acompañada de instrumentos de política y de gestión que podrán ser usados por todos aquellos que intervienen en este proceso. Un elemento importante es asegurar los recursos necesarios para que este proceso se impulse. Y que son recursos no solamente del presupuesto público sino también del mercado. Aquí se genera una economía verde que busca resolver la necesidad de contar con empaques sostenibles para atender esta necesidad”, dijo el docente Mariano Castro. La norma que se apruebe tendrá que propiciar medidas adecuadas que todos cumplan.
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