Informe PuntoEdu sobre consumo de redes sociales
A pesar de que Facebook sigue siendo la red social con la mayor cantidad de usuarios en el mundo, ha empezado a perder terreno, sobre todo en los usuarios más jóvenes. Especialistas PUCP nos explicaron el fenómeno de las redes sociales en la actualidad.
Texto:
Akira MaeshiroFotografía:
Juan Pablo Azabache
Pequeñas piezas de la vida cotidiana de tus contactos, publicaciones efímeras o el predominio de la imagen antes que los textos extensos, podrían ser algunos síntomas que prueban que las tendencias en las redes sociales vienen cambiando.
En el 2009, considerado el año en el que las redes sociales se convertían en un fenómeno global, Facebook y MySpace, por ejemplo, eran plataformas que, por sus características, aspiraban a ser herramientas que buscaban una representación general de nuestras personas. “Cada uno de nosotros portaba su identidad en esas redes sociales y se iba construyendo un perfil”, cuenta el Mg. Miguel Morachimo, egresado de la Facultad de Derecho de la PUCP y director ejecutivo de Hiperderecho, organización dedicada a investigar y promover el respeto de los derechos y libertades en entornos digitales. Al final, Facebook se impuso con holgura: en el 2015, lideraba el mercado con 1,500 millones de usuarios en todo el mundo.
Pero este año, en que la red social de Mark Zuckerberg ha superado los 2,200 millones, a pesar de su solidez y posicionamiento, las preferencias se vienen revirtiendo, por lo menos entre los jóvenes. De acuerdo con eMarketer, compañía de investigación de mercado, se prevé que este 2018, en Estados Unidos, Facebook pierda cerca de 2 millones de usuarios menores de 25 años. Por otro lado, en el mismo segmento de edad, Instagram ganará 1.6 millones y Snapchat 1.9 millones. Morachimo explica que la tendencia, hoy en día, son las redes sociales que muestran lo que pasa con nosotros en un momento en particular. “Por ejemplo, esa fue la promesa de valor de Snapchat cuando salió en 2011: acá no vas a poner todo de ti, solo actualizaciones breves de ti que se van a borrar por defecto. Ese es el formato story, que luego se replicó en otras redes”, explica.
Y, para el abogado especialista en temas de tecnología, se podría decir que, este 2018, las redes sociales están marcadas por los stories. “De hacer post, subir fotos y, con ello, construir un perfil completo de nosotros, ahora solo mostramos unos segundos de lo que estamos haciendo”, dice. Instagram es el ejemplo claro de ello.
Sobre las características de esta nueva configuración que se viene dando, Morachimo destaca la función específica a la que apunta cada plataforma. “Por ejemplo, estas redes sociales de comunidad como Reddit o Pinterest, para la gente que le gusta la moda o la decoración de interiores, compiten transversalmente con las grandes redes sociales. Hay competencia en cada nicho. Creo que, actualmente, Facebook es la única que intenta hacerlo todo. Las redes sociales tienden a la especialización que es una respuesta a lo que quiere el mercado y también es una estrategia competitiva”, indica.
Sobre este último planteamiento, explica, por ejemplo, que Twitter no es una red social muy amplia, pero ahí se puede encontrar a mucha gente famosa. “Poner algo allí tiene impacto y te brinda la facilidad de mandarlo rápido”, completa. Sobre Tinder, explica que es una red social que Facebook está tratando de romper hace tiempo. “Allí te das cuenta de que los usuarios se comportan de manera distinta. Hay dinámicas para cada red social”, dice.
En ese sentido, agrega que Facebook, con características más completas, tiene cada vez un público mayor. “Su segmento con más crecimiento en el mundo está entre los 45 y los 60 años. Es un sitio donde están tus padres y abuelos. Para los mayores, este modelo es atractivo porque encuentran personas que no han visto hace tiempo, les es más fácil entenderla y porque el contenido que encuentran podría ser más interesante”, explica.
Finalmente, para Morachimo, entre los jóvenes también podría entrar una variable: el nivel socioeconómico. “En sectores socioeconómicos más bajos, sigue predominando Facebook. Mientras que en los sectores más altos, Instagram y Snapchat están completamente instalados. Sobre esto último, puede estar relacionado con el acceso a mejores teléfonos y cámaras porque son redes sociales muy visuales, pero también tiene que ver con el objetivo ‘aspiracional’. Por ejemplo, tu cuenta en Instagram es una colección de los viajes que has hecho, de la comida interesante y de los sitios raros que visitas”, describe.
Expresión e inmediatez
Para la Lic. María Guzmán, antropóloga por la PUCP y miembro del Grupo de Investigación Edades de la Vida y Educación (EVE), las redes sociales han ampliado nuestras formas de comunicarnos. “En ese contexto, las identidades se han transformado. Uno ya no se relaciona necesariamente con los grupos en los que usualmente se configuraba, como la escuela, la familia o la comunidad más cercana. Esto ha cambiado la manera en la que uno se entiende o identifica a través de sus gustos, intereses y sus formas de ver las cosas”, dice. En este contexto, los jóvenes están readecuando la manera en la que se relacionan.
En ese sentido, para Guzmán, las acciones que se realizan en la cotidianeidad tienen un reflejo en las redes sociales. Sin embargo, aclara que las personas adultas mayores también han encontrado en las redes sociales un espacio para poder comunicarse.
Por su parte, la Mg. Laura León, comunicadora para el desarrollo por la PUCP, explica que el momento particular que estamos viviendo ha permitido ciertas configuraciones en la vida de las personas a través de elementos coincidentes. “Permite encontrar estos espacios de afinidad en grupos cuyos intereses son afines a los tuyos, y permite ver cómo va uno va definiendo su propia identidad en contraste con otras personas y grupos. Cada uno va haciendo su propio repertorio de intereses, se va conociendo a sí mismo. En esa medida, uno puedo ir ahondando e ir definiendo su personalidad”, explica.
Para León, desde la primera incursión de las plataformas sociales a la actualidad, hubo un primer cambio de lo público a lo más privado. “De los medios sociales, tipo Facebook, a los medios más personales, como WhatsApp, por ejemplo. Otro componente muy fuerte es lo visual, como Instagram. Los contenidos comienzan a ser diferentes”, dice la también fundadora y directora de investigación de Crecer en red, una asociación que busca promover las oportunidade, y reducir los riesgos del uso de los medios digitales para los niños y adolescentes.
A través de sus investigaciones, León se percata de que los adolescentes, por ejemplo, se están apropiando de Instagram y están dejando de lado Facebook. “En Instagram, ellos mencionan la importancia de producir fotografías propias y seguir a celebridades”, explica. La afinidad con este medio, de acuerdo con la investigadora, no está condicionada necesariamente con la posibilidad de publicar un contenido con una temporalidad limitada a través de los Instagram Stories, sino más bien por la posibilidad que brinda a la producción de contenidos y a la propia autoexpresión del usuario. Sobre Facebook, señala que tiene algunas posibilidades que siguen siendo interesantes para los jóvenes. “Las últimas características por las que mantienen el vínculo son los memes y los grupos”, explica.
En ese segmento joven de la población, la investigadora explica que YouTube tiene también un espacio preponderante como una plataforma de aprendizaje no formal. “Los jóvenes usan YouTube como un buscador, algo que otras generaciones hacen en Google. Si quieren entender una clase de matemáticas, ponen ‘Julio profe’, por ejemplo”, cuenta y agrega que también brinda la opción del aprendizaje que no está en las aulas, como tutoriales para cocinar, hacer postres, maquillarse, manualidades y un largo listado de actividades.
Ese espacio que promueve YouTube, convertido en una red social, ha sido aprovechado por los creadores de contenidos, los llamados “youtubers”, cuyos ejes temáticos varían a la par con la infinidad de posibilidades que te brinda la plataforma digital. “Tienes a los curadores de contenidos, que seleccionan lo que a ellos les parece más relevante, gracioso, interesante o curioso, hasta los creadores de contenidos, que apoyan estos procesos de aprendizaje informal”, dice la Mg. Laura León.
Y es tanta la llegada que tienen con los jóvenes que se han convertido en las celebridades de la era digital. “Son las nuevas estrellas de los chicos, así como en otras épocas eran los actores de cine, los artistas y los músicos. Solo que estos personajes son de otra naturaleza, pero tienen esa repercusión e importancia en la vida de estas nuevas generaciones”, completa León.
Esta figura del ‘influenciador digital’ se replica en todas las plataformas: personas que tienen un gran número de seguidores, que hablan de un tema en participar, que participan activamente en sus medios digitales y que con sus opiniones pueden impactar al público. Y, en ese contexto, la oportunidad de negocio está latente. “El tema comercial es bastante importante pero todavía no sabemos en qué va a terminar porque esto recién comienza”, agrega León.
En este fenómeno, el Mg. Miguel Morachimo identifica un riesgo: la publicidad encubierta. “Si viajo por el Perú y me auspicia una marca de cámara fotográfica, entonces saco un contenido que se parece al de mi canal. Esa es una forma de ‘disfrazar’ publicidad como contenido normal. Y está de moda en todo el mundo, incluido Perú”, explica.
Morachimo destaca que el tema de los ‘influenciadores’ es una oportunidad comercial pero, al mismo tiempo, existe el riesgo de que el público piense que todo es contenido de alguna marca. “¿Hasta qué punto debería creer en lo que me recomiendan si alguien les ha pagado?”, dice.
En la actualidad, en una sociedad conectada por los medios digitales, la distancia entre lo público y privado parece desvanecerse. “Los jóvenes cada vez son más hábiles. Los más torpes somos los más adultos”, explica Morachimo.
Para el abogado, estos escándalos mundiales relacionados con la privacidad de los datos de los usuarios en las redes sociales podría ser una motivación de los cambios en las tendencias entre los jóvenes. “No solo por las redes sociales que venden tu información, sino también porque, actualmente, para mucha gente es natural buscar en Google y ver qué sale de nosotros. Por eso, uno de los atractivos de redes sociales, como Instagram o Snapchat es que no tienen esa vocación archivística”, explica.
En ese sentido, el cuidado de los adolescentes van un paso más allá con la figura del ‘finsta’, una cuenta paralela de Instagram que no está atada a una identidad pública. “De esta manera, pueden seguir cuentas sin miedo y pueden comentar liberados de la carga de la personalidad”, comenta Morachimo.
Por ello, el ‘finsta’ cumple este rol de dar una capa de anonimato a lo que realizan. “Ni siquiera lo ven como una cuenta falsa. No están tratando de engañar a nadie, simplemente están tratando de ser más libres”, finaliza. La era digital, le dicen.
Medios sociales
Para el Dr. Eduardo Villanueva, docente del Departamento de Comunicaciones, el término correcto es ‘medios sociales’. “Las redes sociales son fenómenos sociales, las conexiones entre personas que se crean a partir de relaciones estructuradas. Los medios sociales son los sistemas informáticos construidos a partir de los contenidos creados por personas y que reflejan las diversas redes sociales en las que cada persona participa”, explica.
Sobre las tendencias en su uso, considera que, ligeramente, entre los jóvenes hay una preferencia por Instagram sobre Facebook. “Pero hay varias consideraciones y, ciertamente, no hay una sola causa. No se trata de una correlación directa entre edad y uso de medios, sino de actividades que se realizan y que son privilegiadas expresivamente por cada uno de ellos”, dice.
Para Villanueva, la valoración de la ‘reputación en línea’ dependerá mucho del uso que tenga cada persona de los medios sociales. “Si tu intención es expandir tus redes de contactos sociales o proyectar cierta imagen de ti mismo, es indispensable controlar cómo se los usa. Si, en cambio, el conjunto de personas a las que contactas en esos medios está delimitado por la preexistencia de relaciones interpersonales no virtuales, entonces es probable que esa ‘reputación en línea’ no sea particularmente importante.
Evidentemente, si eres un personaje con una cara pública, o si eres un personaje público tal cual, entonces actuar en tus redes como si no lo fueras es un error enorme”, dice.
¿Somos lo que publicamos y cómo lo publicamos? “En el fondo, es más una cuestión de quién es la audiencia a la que te diriges teniendo en cuenta que, como dijo Shakespeare en As you like it, ‘El mundo es un escenario y todos los hombres y mujeres son meros actores: tienen sus salidas y sus entradas, y un hombre durante su tiempo interpreta muchas partes’”, señala.
“Si tu audiencia es exactamente igual a tus relaciones no digitales, entonces lo que publicamos es una variante tenue de lo que realmente eres. Si buscas ser más público y más digital, entonces el personaje que eres en los medios eres tú. Digamos que, volviendo a Erving Goffman, siempre presentamos una imagen, un personaje, ante el mundo: ahora el escenario es digital. Si optamos por que el personaje sea lo más importante, entonces la pregunta tiene una respuesta positiva”, finaliza.
Deja un comentario