Imagina un instante la ciudad como la casa o departamento donde vives, donde tu habitación es el  espacio que usas para dormir, ver películas a la hora que quieres, escuchar música con volumen alto y hacer todo lo que quieras con la puerta cerrada. Ahora, abre esa puerta y encontrarás el pasillo que te lleva a la sala, a la cocina o al patio, esos lugares donde ya no estás solo y te encuentras con el resto de personas con las que compartes la vivienda, ya sea tu familia o compañeros de cuarto. En esos espacios comunes interactúas con ellos: conversan, escuchan música, ven televisión y realizan actividades en las que todos están satisfechos, pues son producto de acuerdos previos. Este ambiente de concordia descrito, en mayor escala, debería replicarse en la calle, donde cada vivienda es una habitación y los pasillos o la sala son los espacios públicos de la ciudad en donde convivimos armoniosamente con el resto de ciudadanos.

La crisis del espacio público en Lima es una realidad que tocamos al salir todos los días a la calle. Vemos cada vez más edificios levantándose y menos lugares donde sentarse por el simple gusto de mirar un árbol. Esta gestión municipal ha invertido en el acondicionamiento y uso de espacios públicos en la ciudad, pero aún hay un camino bastante largo, no solo para crear más espacios públicos, sino para que estos sean utilizados adecuadamente y en todo el sentido que deben tener.

Apuntes del espacio público

Según el Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima, la definición de espacio público refiere a “un lugar, fuera del ámbito privado, donde los ciudadanos tienen la opción de interactuar y circular gratuita y libremente”. Otras perspectivas lo definen como un espacio físico –que no es privado– donde confluye el público para entretenerse.

No obstante, para el Dr. Wiley Ludeña, docente del Departamento de Arquitectura de la PUCP, el “espacio público” va más allá del lugar físico y está más bien relacionado con el espacio que revaloriza lo público, o sea, donde el valor del bien común prima sobre el del bien privado. “Para mí, espacio público no es aquel espacio urbano ocupado por el público, sino aquel donde se desarrollan actividades con las cuales el valor de lo público tiene sentido. Puede haber millares de personas en un espacio público y quizá este no tiene ningún atributo de valor de lo público, que es algo que se construye desde el siglo XVIII como una calidad inherente al desarrollo de una convivencia moderna, democrática, solidaria y proactiva”, refiere el Dr. Ludeña.

Lee el informe completo en PuntoEdu Año 9, número 283 (2013)