Viaje a Tombuctú, la primera y premiada película de la cineasta peruana Rossana Díaz, posee todo lo que uno esperaría de un filme: buena música, una impactante y original historia de amor, personajes únicos, un mensaje como trasfondo y escenas para el recuerdo. El filme, con seguridad, cumple con su fin máximo: entretener, además que busca ser el reflejo de una época que ha quedado grabada en la memoria colectiva nacional: los convulsionados años ochenta.

Como punto a considerar, Viaje a Tombuctú no solo ha sido reconocida por la crítica sino que tiene ya algunos títulos y reconocimientos que mostrar: fue premiada en el San Diego Latino Film Festival 2014, el Chicago Latino Film Festival 2014, el Festival Internacional de Cine de Barranquilla Colombia 2014, el Festival de Cine de Lima 2013, el Festival de Cine Latino de Uruguay, entre otros.

“Es un proyecto que escribí en 2007, en España. Nace de una necesidad de contar algo que no se ha contado todavía en el cine peruano. Es una historia que tiene un punto de vista distinto, teniendo los años ochenta como trasfondo. Es la historia de mi generación, desde un grupo social que no se ha tocado todavía en el cine peruano”, cuenta Rossana Díaz, quien es docente de la PUCP.

“Hacía falta muchos más puntos de vista acerca de esa época, que fue difícil para el país. Es un filme muy personal, pero al mismo tiempo creo que es generacional. La película busca recobrar una memoria histórica que está un poco perdida. Las nuevas generaciones deben saber lo que pasó”, precisa la realizadora.

La cinta cuenta la historia de amor de dos jóvenes: Ana y Lucho. Está recreada en los años ochentas, una época violenta, de mucha escasez y pocas oportunidades. El amor entre ambos configura una suerte de refugio, de escape a esta difícil realidad. Entonces imaginan un país imaginario, ideal, llamado Tombuctú (de ahí el nombre del filme). Pero sus anhelos y sueños se derrumbarán con la realidad que los rodea.

“Es un coming of age movie, un género americano que no existe en español. Es un tipo de película de crecimiento, de desarrollo, que busca contar la pérdida de inocencia de unos jovencitos. Es un género dentro de lo que puede ser un drama. La película también tiene momentos en los que te puede hacer reír, un drama con momentos divertidos”, repasa Díaz.

El apoyo

El filme ganó en 2010 el Premio Nacional de Cinematografía (CONACINE). Fue la primera ayuda económica importante. Pero la cineasta también recibió el apoyo de la PUCP. Gracias a un incentivo económico de nuestra universidad pudo concluir la película, que es, cabe señalar, una coproducción con Argentina.
Cuenta Díaz que la PUCP financió la película en la etapa de producción, distribución y exhibición. Además, parte del elenco y del equipo técnico y de asistentes pertenecen a nuestra Universidad. “Es un filme que tiene la marca PUCP. Para la gente de mi edad la película va a ser un documento importante de identificación. Pero ha sido hecha pensando en la gente joven”, afirma la cineasta.