José Feliciano vive en Pekín hace cuatro años. Y si consigue el financiamiento que requiere, en marzo del próximo año caminará entre pingüinos en el Polo Sur. ¿Cómo es que China y la Antártida formarán parte de su itinerario de vida? Conozcamos su trayectoria.

En los últimos años de vida universitaria, José se unió a AIESEC, la organización estudiantil más grande del mundo, presente en más de 110 países que se dedica al desarrollo del liderazgo de jóvenes a través de programas de intercambio internacional y voluntariado. Se desempeñó como presidente de la oficina local de AIESEC Católica y vicepresidente nacional de intercambios de AIESEC Perú, hasta que una propuesta laboral lo llevaría al lejano oriente.

Un peruano en China

El continente asiático siempre había llamado la atención de José. Fue por eso que cuando se abrió una vacante en el directorio nacional de AIESEC en China Continental, postuló al cargo y fue aceptado. En marzo del 2009 viajó a Pekín para encargarse de la vicepresidencia nacional de proyectos, donde gestionó las operaciones de la asociación con universidades y empresas locales.

Durante ese año, José recorrió más de 25 ciudades: “Cada una de ellas, en términos de población y territorio, es como un país diferente. Pude conocer las diferentes chinas dentro de China. Trabajar con jóvenes, organizar conferencias y visitar otros países en representación de la asociación fue una bonita experiencia”.

Debido a su ascendencia asiática, su primer contacto con la cultura china no fue tan chocante. “Al menos sabía cómo comer con palitos (sonríe)”. No obstante, José admite que la visión romántica que tenía de China desde la adolescencia –del país de los grandes templos, del taichi, Bruce Lee y los monjes shaolín- ha desaparecido, principalmente en las grandes ciudades. “La cultura china es bastante compleja pero fascinante. Pekín y Shanghái compiten con ser capitales del mundo y no tienen nada que envidiarle a Nueva York o cualquier país europeo”.

De China para el mundo (y viceversa)

A mediados del 2010, José terminó su vinculación con AIESEC y durante dos meses realizó un voluntariado en El Cairo (Egipto). A su retorno, junto con unos amigos chinos fundó Seed International Group, negocio enfocado a la educación global, el turismo educativo y la conexión empresarial entre China y el mundo.

“Esta empresa surge debido a que la educación china aún no tiene estándares internacionales. Hay una gran necesidad por reducir esta brecha y conocer cómo piensan los extranjeros. La sociedad china valora mucho la educación y aprovecha cualquier oportunidad para aprender más del mundo porque es parte de su plan de desarrollo”, comenta José, quien ocupa la dirección.

Frente a esta demanda, Seed International organiza conferencias y programas para que el público chino pueda viajar al extranjero por periodos cortos para conocer más de otras culturas y viceversa. Dirigidas a colegios, universidades, escuelas de negocios y grupos empresariales, a fin de año tendrán programas en todos los países del bloque BRIC (Brasil, Rusia, India y China).

Próxima estación: Antártida

El próximo reto de José está al otro lado del mundo. El Polo Sur, para ser más precisos. Los temas medioambientales siempre le llamaron la atención y desde que escuchó del Programa de Jóvenes Embajadores de la Antártida (AYAP, por sus siglas en inglés) años atrás, quiso formar parte de esta experiencia. Pero para explicar en qué consiste, revisemos un poco la historia.

En 1959 se suscribió el Sistema del Tratado Antártico, acuerdo internacional que regula las actividades humanas en la Antártida y que garantiza que este territorio solo puede ser usado con fines pacíficos. Adicionalmente, en 1991 se firmó el Protocolo Medioambiental del Tratado Antártico, que prohíbe cualquier trabajo de perforación o explotación minera en la zona. Este documento solo podrá ser modificado 50 años después.

Es por ello que la Organización 2041 creó el AYAP, que anualmente escoge a 30 jóvenes de alrededor del mundo para que participen junto con científicos y empresarios de una expedición a la Antártida, y que al término de su travesía desarrollarán proyectos de sensibilización frente a los efectos del cambio climático en sus respectivos países.

“El objetivo de este programa es cultivar varias generaciones de líderes jóvenes comprometidos con la defensa y la sostenibilidad de la Antártida para que el año 2041, cuando puedan tomar decisiones a nivel global, realicen acciones a favor de la renovación de este protocolo por varios años más. Así, garantizaremos que este continente siga siendo un espacio de estudio científico y admiración mundial”, señala José.

Viaje al sexto continente

Del 8 al 21 de marzo del 2014, los participantes se encontrarán en Ushuaia (Argentina), y luego de aclimatarse y prepararse para la aventura, partirán hacia la Península Antártica. Una vez instalados en la base de la organización, realizarán excursiones en los alrededores y escucharán seminarios donde aprenderán sobre el ecosistema local y los retos que afronta la Antártida a futuro.

Durante su viaje, José contará sus experiencias en un blog. A su retorno, planea realizar cuatro actividades enfocadas a la concientización de la conservación de la Antártida: una conferencia sobre liderazgo en Shanghái en julio 2014, con la participación de 600 jóvenes chinos y de otros países; una gira educativa (talleres y charlas) en universidades chinas y peruanas; una exhibición de fotos y testimonios sobre la Antártida; y la publicación de cuentos para niños sobre el cuidado del medio ambiente antártico.

En sus inicios, el programa era financiado íntegramente por empresas y gobiernos. Sin embargo, a partir del 2010 cada seleccionado se encarga de conseguir auspiciadores para costear su participación. El costo estimado de la expedición es de US$24 mil dólares e incluye las dos semanas de entrenamiento, equipos, transporte y preparación. Si tu institución o empresa desea cooperar con José, escríbele al correo jose.feliciano@seedinternational.cn o ingresa al perfil de Facebook creado para este fin.