“La universidad pequeña a la que ingresé es hoy la mejor del país”, nos dijo a inicios de este año tras la publicación de 60 años en la PUCP: una vida universitaria, libro autobiográfico en el que relató los momentos claves en su vida -como alumno y como profesional- en relación con su vínculo con nuestra Universidad y del cual, según contó, escribió cada capítulo a mano. «Yo era un hombre de vida universitaria», confesó entonces Enrique Bernales, «podía estar de licencia, pero en los cargos que tuve me acompañaron mis mejores alumnos». Lamentablemente, el destacado constitucionalista y político falleció el pasado sábado 24 de noviembre.

«Mis discípulos y amigos decían que ‘tenía la obligación’ de escribir sobre mi contribución. ‘Si no escribes tú, lo hacemos nosotros’, me decían», explicó. Y no era para menos. Bernales, doctor en Derecho por la Universidad de Grenoble (Francia), destacado abogado en derecho constitucional, derechos humanos, ciencia política y relaciones internacionales, estudió Letras y Derecho en la PUCP, donde fue decano de las facultades de Ciencias Sociales y Derecho. Además, fue elegido senador tres veces consecutivas, entre 1980 y 1992, representó al Perú en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y fue miembro de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Fue un maestro en todos los frentes.

Tal era su aprecio hacia nuestra casa de estudios: «Fui alumno, dirigente estudiantil, profesor, autoridad y participé en grandes cambios. Recuerdo a excelentes profesores, como Washington Delgado o José Agustín de la Puente. Si iba a ejercer la docencia, tenía que ser como ellos e incorporar a mi conocimiento la capacidad de comunicación, sinceridad y afecto. Cada vez que me sentía tentado de apartarme de ese ideal, recordaba a Luis Jaime Cisneros, mi gran maestro, que abría la puerta de su casa y preguntaba: ‘¿Vienes por la conversa, un libro o un café?’. Yo iba por los tres».

A la edad de 79 años, Enrique Bernales falleció a causa de un cáncer mientras se desempeñaba como presidente del Tribunal de Honor del Pacto Ético Electoral. «Mucho se ha hablado del estilo de la Universidad Católica, que ha estado presente en cada etapa de mi vida: primero, cuando era alumno con mis profesores y luego cuando fui profesor con mis alumnos, siempre en una relación de confianza y mutuo aprendizaje. Son 60 años en los que me he vinculado con la Universidad de distintas formas», nos dijo a fines de octubre pasado, al ser homenajeado por la Asociación de Egresados y Graduados de la PUCP como exalumno distinguido. Desde aquí, nuestro agradecimiento por su labor y cariño hacia nuestra casa de estudios y nuestras condolencias con la familia, amigos y colegas.