Todos los días muchos de nosotros cruzamos el puente que se encuentra en el tramo PUCP que pertenece al Qhapaq Ñan, o Gran Camino Inca, casi sin prestar atención a la valiosa infraestructura que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; tampoco reparamos en que en nuestro campus se excavó un gran recinto funerario de 1500 años de antigüedad. Esto es porque nuestra Universidad se encuentra ubicada en lo que se conoce como el Complejo Maranga, un territorio con una historia milenaria que data de la época prehispánica, con las culturas Lima e Ychma, y que luego habitó la civilización inca.

“Para valorar más nuestro patrimonio, hay que conocerlo”, dice Julio Sánchez, arqueólogo residente de la PUCP. “En todo el campus quedan tres sitios arqueológicos y en los alrededores de la Universidad hay más de 60, si nos referimos a las huacas de Cercado de Lima, Pueblo Libre y San Miguel. Solo el Parque de las Leyendas tiene más de 40 restos arqueológicos”, apunta.

Para el arqueólogo, es muy importante que nuestra comunidad universitaria sepa más sobre este legado.  Así, desde 2011, la Dirección de Infraestructura de la PUCP ha desarrollado, junto con un equipo de arqueólogos, intervenciones para la investigación, rescate, conservación y puesta en valor de sus tres sitios arqueológicos.  Con la finalidad de difundir este patrimonio, en junio del 2018, se inauguró el programa Visitas guiadas a sitios arqueológicos PUCP, que ya ha recibido a más de 300 visitantes, entre escolares y vecinos de distritos cercanos a la PUCP.  “Estamos en un espacio donde se mezclan, en armonía, la infraestructura moderna y la del pasado. La Universidad ha invertido muchos recursos en investigar y conservar sus sitios arqueológicos para deleite de todos”, añade Sánchez.

“Estamos en un espacio donde se mezclan, en armonía, la infraestructura moderna y la del pasado”

Circuito ancestral

El punto de partida es el Camino Inca, a la altura del Complejo de Innovación Académica, donde podrás disfrutar de una vista panorámica desde los miradores de los pisos superiores. El camino que forma parte del tramo del Qhapaq Ñan tiene una extensión de 467 metros de longitud. Se trata de una vía amurallada con paredes que alcanzan los cuatro metros de altura, y que formó parte de la red de caminos que conectaron sitios importantes del Complejo Maranga, como las huacas del Parque de Leyendas y de Mateo Salado. Cabe resaltar que estos muros son antisísmicos, y su resistencia de siglos se debe a su construcción con adobe, quincha y tapial, un relleno de barro con piedras y adobes.

A un lado del Camino Inca, los visitantes pueden acceder a un módulo informativo con más detalles sobre la Huaca 20 (500 d.C.), que se encuentra en proceso de excavación y todavía no está abierta al público. En el módulo conoceremos más sobre las costumbres funerarias de la cultura Lima a través de la recreación de la tumba de una mujer, de entre 30 y 45 años, conocida como la Dama de la Huaca 20.

La última parada se realiza en la Huaca 64, ubicada al otro extremo del campus, que posiblemente fue un lugar de reunión de grupos sociales. Aquí también se encontró el entierro de una mujer adulta de la cultura Inca. “Esta huaca se encuentra al lado de Maestranza y pertenece a la cultura Ychma, aproximadamente hacia el año 1200 d.C. Los incas llegaron y se asentaron en la zona cuando los ychmas todavía permanecían allí”, explica Julio Sánchez.

Visitas guiadas

¡Todavía hay mucho por descubrir! Para participar en las visitas guiadas, debes inscribirte enviando un mensaje al correo dinf@pucp.edu.pe.

Recomendaciones: por el verano, se recomienda utilizar bloqueador solar, una gorra o sombrero y lentes oscuros, y tener a la mano un tomatodo con agua. Las visitas son aptas para grandes y chicos, pero si deseas inscribir a un grupo de niños o escolares, es mejor coordinar con anticipación para que todos puedan tener una mejor experiencia. El recorrido dura una hora en total.