Para Talavera, la postulación a la categoría Educación era una buena oportunidad para estructurar todas esas ideas que le habían rondado por la cabeza desde el colegio y que después desarrolló en la Universidad. Para Bazán, la categoría Urbanismo era una ventana para exponer un plan concreto, resultado de sus observaciones de las condiciones de las viviendas de Lima, de la gestión de residuos y de la industria.

El reto de la educación

En su ensayo Talavera desarrolla un argumento central, que incluye la educación en todos sus niveles: “El fin de la educación es el desarrollo de las capacidades de las personas y la formación de una ciudadanía inclusiva”.

De esta idea principal se desprende que la educación no es sinónimo de la transmisión de conocimiento, pues esta es solo una herramienta más para el desarrollo de las capacidades. “El sistema educativo peruano es, todavía, muy decimonónico, demasiado positivista: memorista, vertical y autoritario”, sostiene.

Talavera cierra su argumento con la siguiente frase: “El Perú tiene problemas muy urgentes en el sistema educativo y, antes de poner medidas que son como parches, lo que se tiene que pensar y redefinir es qué es lo que entendemos por educación”.

El egresado desarrolla otra idea, pero esta vez se enfoca en los modelos universitarios: «las universidades-empresa ponen lo técnico en un altar”. Y, afirma, una formación de este tipo se aleja de los objetivos de lo que significa una universidad: “Un lugar donde no solo se transmite conocimiento, sino que también se genera”.

Las formaciones técnica y reflexiva no son excluyentes. «Si uno se queda con la mera reflexión, termina desconectado del mundo. Y si, por el contrario, uno se queda con lo técnico, sucede lo que se critica de la economía actual: se desarrollan herramientas matemáticas muy sofisticadas que no solo terminan por alejarse de la realidad, sino que no se aplican, de manera reflexiva, para solucionar problemas cotidianos y urgentes”, explica.

Frente a la proliferación de una educación superior basada en las técnicas y la practicidad de un campo de estudio, y de lo que él llama una “tendencia anti-intelectual”, Talavera concluye que es necesario recuperar las humanidades en general.

Otro reto: el urbanismo sostenible

Por su parte, José Bazán comenta que, desde pequeño, su madre lo llevaba a conocer su trabajo en la Planta de Tratamiento de Agua Potable de Lima. Ella fue una de sus motivaciones para escribir el ensayo. «Compartía conmigo lo mucho que importaba que el agua sea un servicio fundamental para las personas así como el gran esfuerzo que costaba su gestión».

El alumno explica que el urbanismo en el Perú se debe analizar a un nivel macro para poder brindar soluciones y una organización que garantice la integridad de los servicios de este rubro: transporte, vivienda, saneamiento, gestión del entorno y limpieza, puntos que desarrolla en su texto.

Además, Bazán resalta que los pilares del urbanismo sostenible, que deben evolucionar en cada uno de los puntos tratados, son: la generación de un entorno social inclusivo, la viabilidad en el sentido económico, la responsabilidad con el ambiente y la accesibilidad universal.

Es un texto amable, preciso y completo. «Mis profesores me han enseñado a no solo pensar en cálculos y estructuras frías de concreto, sino a ver más allá con el objetivo de seguir un plan integral urbanístico para las ciudades del Perú», comenta.

Según Bazán, este plan se basa en la descentralización del crecimiento de las ciudades. Rumbo al bicentenario, el alumno sostiene que la tarea consiste en «abrir los ojos en función de nuestros recursos y escuchar a las oportunidades que nos dicen: ¡estoy aquí, no es por allá!».

Reconocimiento y objetivos

El premio del concurso fue una escultura diseñada por Szyszlo y 10 mil soles para cada ganador. En el caso de Talavera, este monto ahora es parte de un fondo para estudiar una maestría, su principal meta. “Quiero postular a una plaza en el extranjero. Para eso he retomado mi tesis de licenciatura”, comenta.

A su vez, Bazán —quien actualmente es estudiante de intercambio en la Universidad Politécnica de Madrid y, paralelamente, también desarrolla su tesis de grado— piensa destinar el dinero a un fondo de emergencias o estudios. «También quiero una bicicleta de carbono para triatlón; no es una prioridad, pero me encantaría», comenta.

Con respecto al campo laboral, Talavera aún está en un período de evaluación. «Dentro de la investigación, tengo algunos campos que me despiertan curiosidad, como la relación entre los derechos humanos y la economía. Este campo incluye el tema de la educación”, detalla.

Por su parte, Bazán busca contribuir, cuanto antes, al desarrollo del urbanismo sostenible del país. «Me veo aportando con lo que he aprendido, siempre buscando que se realicen proyectos que ayuden a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos», concluye. 

Puedes leer los ensayos «Educación como libertad» y «Urbanismo Sostenible, la gran oportunidad de desarrollo integral rumbo al bicentenario de la nación».