Educación peruana: a propósito de la última evaluación docente
Si bien el Ministerio de Educación ha admitido que hubo un error técnico en la corrección de fichas ópticas, la divulgación de los presumiblemente legítimos resultados de una evaluación de docentes en Tumbes hace dos días reabrió el debate en torno a la precariedad de nuestro sistema educativo. Al respecto conversamos con Carmen Coloma y Alberto Patiño, decana y docente del Departamento de Educación de la PUCP.
Texto:
Rollin Cafferata
Perú ocupó, el año pasado, el puesto 66 en la evaluación PISA. Los rubros: comprensión lectora, matemática y ciencia. El problema: solo 65 países más fueron evaluados por Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Los resultados de la prueba fueron dados a conocer dos meses atrás.
Hace dos días, un suceso de la misma naturaleza se dio a conocer a la opinión pública. A saber: todos los profesores que postularon (un total de 1,361) a 209 plazas de contrato docente fueron desaprobados. La entidad encargada de tomar la prueba fue la Universidad Nacional de Tumbes. Los profesores denunciaron a la casa de estudios ante el Ministerio de Educación (Minedu), alegando que, de ninguna forma era posible que la máxima nota obtenida sea 10.4. En la semana, a través del viceministro de Gestión Pedagógica, Martín Vegas, el Minedu precisó que la ficha óptica presentaba opciones de respuesta para 100 preguntas cuando las preguntas a responder solo eran 60.
El porcentaje de aprobados, tras esta rectificación, asciende a aproximadamente a 60%. Aun así, el tema ha regresado con fuerza a la agenda pública. Error o no, la paupérrima situación por la que atraviesa nuestra educación es un hecho tangible y cuantificable.
La opinión de los expertos
Representantes del Minedu han prometido sumar esfuerzos en campañas de capacitación docente. Al respecto, la Dra. Carmen Coloma, decana de la Facultad de Educación de la PUCP, felicita que hayan capacitaciones, pero critica que estas duren poco y no tengan sostenibilidad. «La idea es que los capacitadores vean cómo han interpretado los docentes las herramientas y cómo van a aplicarlas». Asimismo, afirma que este tipo de capacitación muy externa no ayuda al profesor a lograr cambios en su trabajo cotidiano.
En la misma línea, el Mg. Alberto Patiño, coordinador académico de Educación a Distancia, explica que la realidad educativa peruana tiene sus orígenes en los estudiantes. “Los chicos que postulan a educación no son los que están en los primeros puestos sino en los últimos. Y esa es una realidad latinoamericana. En Chile y en Colombia, donde hay evaluaciones nacionales constantemente, se ha podido evidenciar claramente que, de los segmentos de la población estudiantil que termina la educación básica para postular a diversas carreras, los que están en el último tramo son los que quieren ser docentes», sostiene. Para el especialista esta situación se debe a la falta de consideración social de la profesión y a que las remuneraciones son muy bajas y, por tanto, no atractivas para los chicos más inteligentes y sostiene que para cambiar hay que renovar la carrera magisterial en todo sentido.
Finalmente, Patiño sostiene que ya existe un artículo de la Ley del Profesorado que señala que la formación docente debe realizarse en las facultades de educación o institutos superiores pedagógicos acreditados nacional o internacionalmente. Sin embargo, ese proceso de acreditación no se ha cumplido en los últimos cinco o seis años. «Si esto se sigue prolongando, el gobierno deberá implementar un plan. Por ejemplo, que toda institución tenga un plazo de dos años para acreditarse y que, a partir de ese momento, ningún título tenga validez”, propone.
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