A propósito del Ecce Homo: ¿Cómo se restaura una obra de arte?
Cuando Elías García Martínez retrató la imagen de Jesucristo ante Pilatos, nunca imaginó que dos siglos después Cecilia Giménez, una anciana de 81 años del pueblo de Borja (Zaragoza), “intervendría” su obra. El Ecce Homo se lucía en la ermita del Santuario de Misericordia y el salitre de la pared estaba borrando el óleo. Aunque Cecilia actuó de modo espontáneo y con buena intención, su trabajo ha generado controversia en todo el mundo. Sobre el tema conversamos con Alonzo Costa y Moisés Quintana, docentes del Departamento de Arte de la PUCP.
Texto:
Luis YáñezFotografía:
Gabriela Chiappe
¿Error garrafal u obra de arte?
A pesar de que el Ecce Homo del siglo XIX era una obra de escaso valor artístico, su “restauración” en manos de Cecilia ha tenido gran repercusión mediática, al punto que se ha convertido en objeto de parodias en las redes sociales y ha dividido a la opinión pública en dos bandos: aquellos que creen que debe restaurarse a su estado original y aquellos que consideran que debe mantenerse la nueva versión.
“Una intervención no puede ser una obra de arte, porque una pintura implica un acto de creación y el restaurador no pretende imitar el acto creativo del autor. No interviene una obra pensando hipotéticamente, se basa en información muy precisa. Desde mi punto de vista, lo ocurrido con el Ecce Homo es un error, la obra no necesitaba ese grado de intervención. Se debería recuperar la imagen original”, opina Moisés Quintana, coordinador de la Sección de Arte de la PUCP.
“La buena intención de esta anciana simplemente terminó mal porque no tenía los medios ni el conocimiento para hacerlo adecuadamente. Quienes digan que es una obra de arte no tienen ningún tipo de formación artística y ningún argumento en el que basarse”, señala Alonzo Costa, coordinador de la Sección y la Especialidad de Pintura de la PUCP. Y agrega: “Hoy en día, el pueblo de Borja tiene mayor cantidad de visitantes. ¿A quiénes les conviene eso? ¡A los comerciantes! Este error está generando beneficios para otros que bajo su óptica, lo ven como algo afortunado. Es puro oportunismo”.
¿Puede recuperarse el Ecce Homo? “Esa es una pregunta compleja que va a implicar que un equipo de restauradores haga un análisis muy minucioso sobre la naturaleza de la pintura original. Habría que saber cuál fue la naturaleza del pigmento original de la obra y qué técnica se usó. Se tendrían que hacer pruebas de solubilidad para quitar solo la capa pictórica recién aplicada. La ventaja es que al ser reciente es más fácil de retirar”, señala Quintana.
Protección del patrimonio cultural
Todo trabajo de conservación del patrimonio cultural tangible puede pasar por tres niveles de intervención, de acuerdo al estado en el que se encuentre la obra. El primero consiste en la conservación preventiva, que comprende todas las acciones indirectas que se realizan para controlar el medio ambiente que la rodea (humedad relativa, temperatura, incidencia de la luz, etc.) y que buscan evitar futuros deterioros. Cuando el objeto ya presenta daños y necesita que se refuerce su estructura para asegurar su permanencia, se pasa a la conservación curativa, que comprende tres pasos: la consolidación, la desinfección y la desintexación.
El tercer nivel es la restauración propiamente dicha, que busca facilitar la apreciación, comprensión y uso de una obra que ha perdido parte de su significado o función debido a una alteración o deterioro pasados. “Una restauración es necesaria cuando ya no se tiene una lectura completa de la obra y se interviene para transmitir el mensaje que el autor original quiso dar, sin crear un falso histórico” afirma Quintana. “La restauración se concibe solamente como la última instancia”, señala Costa.
¿Cómo se debe restaurar una pintura?
Para efectuar un trabajo de calidad, el restaurador necesita recabar la mayor cantidad de información antes de la primera pincelada. Para ello, cuenta con diversas herramientas como fuentes bibliográficas y pictóricas (fotografías de archivo), análisis químicos y físicos de los pigmentos, rayos x (que muestran las capas inferiores de pintura), fotografías infrarrojas (que permiten ver si hubo un dibujo previo a la capa pictórica actual), entre otras, que se deben efectuar en instalaciones adecuadas para el almacenaje y tratamiento de obras.
Hubo una época en que la labor del restaurador debía ser imperceptible para el ojo humano, pero el criterio actual señala que esta labor debe ser notoria para discernir entre la pintura original y la nueva. Para ello, se aplican solventes para limpiar el cuadro y se ejecuta un proceso de reintegración cromática estrictamente en la zona de las pérdidas (lagunas pictóricas). Una de las técnicas empleadas con frecuencia es la del rayado –también conocida como rigatino o tratteggio– mediante la cual se yuxtaponen puntos o líneas verticales de color sobre las lagunas, de tal manera que el espectador complete la lectura del cuadro. Los materiales que se emplean son reversibles o retratables, de tal manera que en el futuro la pintura se pueda tratar nuevamente con mejor tecnología para asegurar su preservación.
La restauración en el Perú
“Según las condiciones del cuadro, el proceso de restauración puede ser un trabajo de muy largo aliento, que demandará un costo. Para un museo o una catedral -que tienen una colección de obras- resulta costoso poder restaurarlas todas, por lo que han recurrido a llamar a pintores que en vez de realizar intervenciones básicas de restauración han hecho repintados que han alterado la pintura. Un pintor no está capacitado para hacer una restauración”, recalca el profesor Costa.
La carrera de conservación y restauración requiere de un equipamiento muy costoso y complejo, por lo que en nuestro país solo se dicta en dos centros educativos (el Instituto Yachaywasi y la Facultad de Letras y CC.HH. de la UNMSM). Si bien hubo intentos frustrados por formar una escuela de restauración que se mantenga en el tiempo, en la actualidad contamos con profesionales preparados que realizan intervenciones exitosas. No obstante, aún no se cuenta con suficiente documentación e investigación en la materia, tarea pendiente para los nuevos egresados.
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