Derrames de petróleo en Loreto y los ecosistemas en peligro
Dos recientes derrames de petróleo ocurridos en Loreto ponen en peligro la salud de sus pobladores y su entorno natural. Aunque ya se han iniciado acciones para revertir sus impactos en el medioambiente, los pobladores afectados consideran que los esfuerzos son insuficientes. ¿Qué es lo que deben hacer las autoridades para remediar este tipo de accidentes?
Texto:
Carlos FrancoFotografía:
Roberto Rojas
Los dos derrames de petróleo ocurridos recientemente en Loreto han puesto en peligro la salud de muchos pobladores de la quebrada y su ecosistema. Algunos líderes indígenas de la zona, incluso, han reportado la presencia de animales muertos, como peces y boas. Aunque ya se han iniciado algunas acciones para revertir el problema, los estragos producidos por este tipo de accidentes pueden quebrantar, de manera irreversible, el equilibrio de la vida animal y la fauna.
Según el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), el primer derrame de petróleo ocurrió el 26 de junio en la estación 1 del Oleoducto Norperuano, a la altura de la válvula 58 de bombeo; y el segundo, el 30 de ese mismo mes, a la altura del cruce del mencionado oleoducto con el río Cuninico, en la Cuenca del Marañón.
“Estos derrames de petróleo son más comunes de lo que uno piensa. En EE.UU., por ejemplo, según la EPA (United States Environmental Protection Agency), hay 14 mil derrames al año. No deberíamos sorprendernos si en Perú, donde la actividad extractiva de petróleo es común, ocurriera nuevamente este tipo de accidentes”, dice el ingeniero Ramzy Kahhat, docente del Departamento de Ingeniería.
Y añade: “En todos los países donde extraen petróleo existen estos problemas. Pero lo más grave es cuando este combustible llega a matar a animales, plantas, lo que puede provocar también que la vida de las personas corran riesgo. Los daños ambientales como consecuencia de los derrames de petróleo son un tema serio y que las autoridades deben tener en cuenta al momento de tomar medidas que busquen revertir los daños”.
La OEFA ha confirmado que Petroperú ya inició algunas acciones. Según dicha entidad, la empresa ha colocado dos tapones de contención para evitar que el hidrocarburo derramado fluya al río Cuninico, que es un afluente del Marañón. También ha entregado dotaciones de agua a la población, así como alimentos y ha desplegado a personal especializado para que brinde atención médica. “Las empresas de este tipo deben tener un plan de contingencia, tienen que saber qué va a pasar luego de un derrame. Los derrames van a existir y ese es el precio que la sociedad paga por consumir esos productos. Cuando contaminas el ecosistema, definitivamente ya se ha hecho un daño irreversible. Por eso, es importante que las entidades involucradas conozcan y entiendan el ecosistema que está en riesgo”, argumenta Kahhat.
El especialista afirma que los derrames tienen diversos orígenes: algunos pueden ocurrir por una tubería averiada, otros por fallas técnicas. Pero él asegura que esto puede evitarse con un correcto mantenimiento.
“No podemos decir que estas acciones son suficientes para solucionar el problema. El daño está hecho, ya se contaminó. Es importante que la empresa asuma su responsabilidad, que actúen con rapidez, que vean cuál es la mejor manera en que se puede limpiar el crudo derramado. Hay un caso muy sonado que ocurrió en el Golfo de México, un derrame que tuvo consecuencias nefastas no solo para el medioambiente, sino también para la economía del país. El derrame acabó con la industria turística. La gente, recuerdo, dejaba de ir a las playas por el accidente”, finaliza Kahhat.
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