David Fixler y el legado del movimiento moderno en la arquitectura
¿Cuál es el papel del patrimonio moderno en el mundo actual? ¿Qué desafíos y amenazas tiene? ¿Y por qué es importante conservarlo? Sobre estos temas conversamos con David Fixler, arquitecto y cofundador de la Fundación DOCOMOMO – US / New England, quien nos visitó en el marco del evento «El futuro de lo moderno».
Texto:
Oscar GarcíaFotografía:
Víctor Idrogo
En el siglo XX, el movimiento moderno en arquitectura era visto como un símbolo de innovación y experimentación. Sin embargo, con el correr de los años sus edificaciones se han convertido en patrimonio vulnerable. Para hablar sobre el valor histórico que tiene, el Grupo de investigación Patrimonio Arquitectónico PUCP -con el apoyo de la Dirección Académica de Relaciones Institucionales (PUCP), el Centro de Investigación de la Arquitectura y la Ciudad (CIAC), el Archivo de Arquitectura, el Departamento de Arquitectura de la PUCP y UNESCO-Perú- organizaron el evento El Futuro de lo Moderno. Entre sus invitados se encontró el arquitecto David Fixler, docente de la Universidad de Harvard y cofundador y presidente de DOCOMOMO – US / New England, fundación que documenta la arquitectura del movimiento moderno, a fin de que su legado sea visto como parte de la cultura del siglo XX.
Proteger y conservar
“Los edificios modernos no envejecen bien”, señala el arquitecto Fixler. Al ver su desgaste y deterioro -entre otros motivos, por falta de mantenimiento- las personas deciden dejar de vivir y trabajar en esas edificaciones, proclamando que quieren algo nuevo y eficiente. Sin embargo, el legado modernista no se puede eludir, pues representa la herencia y el patrimonio del siglo XX: “Si conmemoramos las memorias de cada periodo histórico, las del modernismo se refieren a promover el progreso social y económico. Es decir, una vida mejor para la gente”, comenta Fixler.
Por supuesto, esos intentos no siempre tuvieron éxito. Incluso, algunos de ellos hicieron mucho daño. “Aun así, es importante entender en qué se equivocaron”, enfatiza Fixler. En ese sentido, en vez de abandonar o destruir los edificios modernos, se les debe conservar y celebrar, porque a través de ellos entendemos una parte trascendental de nuestra historia como civilización.
Amenazas modernas
Para el arquitecto Fixler, el primer paso para la conservación es educar a las personas acerca de la historia que tiene el periodo moderno. Al comienzo, a la gente le gusta un edificio porque es nuevo y emocionante. Luego viene un periodo de envejecimiento, que dura entre 30 a 50 años, en el cual los arquitectos y la gente están hastiados de él. Después de esos aciagos años, se vuelve a apreciar esa construcción. “La primera época del modernismo ya es considerada histórica, pero las épocas más recientes se encuentran entre los dos periodos”, anota el arquitecto Fixler.
Una de las amenazas que afrontan los edificios modernos es la sostenibilidad. Sucede que muchos de estos son ineficientes y necesitan de mucha energía. Por eso, en los últimos 15 años aquellos que abogaban por la arquitectura sostenible promovían derrumbar estas edificaciones. Afortunadamente, el arquitecto Fixler comenta que hay movimientos muy recientes que sí han tomado en cuenta la importancia de conservar la arquitectura moderna.
Conservación mundial
La preservación de las edificaciones de esta etapa varía de acuerdo a las zonas del mundo. Mientras que en Europa hay una mayor cultura de protección, Fixler comenta que en Estados Unidos los grupos que apoyan la conservación son muy reducidos. En ciertas zonas de África y Sudamérica se interpreta que los edificios modernos son un remanente de lo colonial. “Y para la gente, esto tiene malas connotaciones”, señala Fixler. Lo cierto es que conservar y proteger el legado moderno es una tarea importante que nos involucra a todos, pues es la base de nuestro mundo actual.
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