El sábado se cumplieron 521 años desde que Cristóbal Colón pisó por primera vez nuestro continente. Como es harto sabido, la expedición fue financiada por la reina Isabel La Católica. Antes, el navegante ofreció sus servicios a la corona portuguesa sin éxito. Llegar a las Indias (continente asiático) por occidente parecía una idea jalada de los pelos. Sin embargo, la difícil época que vivía Europa precisaba de acciones temerarias.

¿Por qué una nueva ruta?

Por la caída de Constantinopla. Tras la ocupación musulmana, las exportaciones de India y China a Europa se redujeron drásticamente. Las principales rutas comerciales de la seda y las especies fueron cerradas. El océano Atlántico se erigió como una alternativa probable. El reino de Portugal envió al conde Vasco da Gama, quien descubrió la famosa Ruta del Cabo y reabrió el comercio; el reino de Castilla, por su parte, envió a Colón, que nunca llegó a Asia, a pesar de que murió pensando que sí.

¿Descubrimiento?

“La palabra ‘descubrimiento’ es, definitivamente, eurocéntrica. Porque se descubre a partir de la mirada europea. Si bien en mi clase digo que fue un descubrimiento dado que es una convención difícil de cambiar, lo que se dio fue más un encuentro cultural”, señala el Dr. José de la Puente, director del Instituto Riva-Agüero. En la misma línea, el Dr. Francisco Hernández, docente del Departamento de Humanidades, considera que “descubrir es encontrar algo que no existe o que nadie conoce. Acá había gente viviendo 20 mil años o más. Por último, los descubridores serían los que llegaron por el estrecho de Bering hace varios miles de años”. Lo que sí es cierto es que Cristóbal Colón era un visionario. Su propuesta de llegar a las Indias por el oeste revelaba una intuición o certeza adelantada a su tiempo: que la Tierra no era plana. “Aunque ya en el año 500 a.C., Aristóteles afirma que la Tierra es redonda y Eratóstenes, un matemático griego, mide la circunferencia terrestre con un margen de error del 5%. Al caer el Imperio romano, y con él la cultura clásica por pagana, se pierden esos conocimientos”, apunta Hernández. En total fueron cuatro los viajes que realizó el genovés. Su equivocación conllevó a que los habitantes del Nuevo Mundo sean llamados “indios”.

¿Por qué “América”?

Sí, por Américo Vespucio. ¿Pero quién fue este cartógrafo nacido en Florencia a quien el inconsciente colectivo le adjudica el diseño del primer mapa del Nuevo Mundo? Algunos cuestionan su autoría de varias cartas de navegación y textos de distinta naturaleza que dan cuenta de la existencia de un nuevo continente, distinto de África, Asia y Europa, y que se le atribuyen a él. Entre ellos, el famoso libro Mundus Novus. No obstante, fue el alemán Martin Waldseemüller el verdadero primer cartógrafo del Nuevo Mundo, que, en su histórico planisferio Universalis Cosmographia, llama al continente “América” en honor al florentino. “Los dos grandes méritos de Waldseemüller fueron, primero, identificar a América como una gran masa continua de tierra sin mar o estrecho marítimo que la una con Europa, y, segundo, intuir que existía un océano tan grande como el Atlántico entre los dos continentes”, indica De la Puente. Gracias al accidente de Colón, el mundo fue conocido, en los dos lados del charco, en toda su real dimensión.