Conoce al ensamble PUCP que reinterpreta las partituras más antiguas del Perú
15 estudiantes y egresados de nuestra Especialidad de Música reinterpretan el Códice Martínez Compañón, uno de los documentos musicales más antiguos de nuestro país. Este ensamble ha participado en eventos de gran relevancia cultural a nivel nacional.
Texto:
Gabriela PérezFotografía:
Archivo personal
Andrea Mendoza, estudiante de la Especialidad de Música PUCP y creadora del ensamble, no imaginaba que un proyecto dentro de un curso de la carrera se convertiría en tan poco tiempo en una plataforma para la difusión cultural e histórica de la música peruana. Esta iniciativa tiene como inspiración el Códice Martínez Compañón, una obra gráfica y musical que data del siglo XVIII, editada por el obispo Baltasar Jaime Martínez Compañón. Se trata de un conjunto de 1,411 acuarelas y 20 partituras distribuidas en nueve tomos.
Orígenes
Andrea recuerda que conoció este importante documento en el 2016, cuando llevó el curso Lenguaje musical. “La docente presentó el repertorio de este códice para practicar en clase. Ahí lo conocí y luego, un año después al llevar el curso Historia de la música peruana, lo pude estudiar con mayor profundidad”, agregó.
En cuanto a la formación de este proyecto de ensamble, la joven se remonta al verano del 2018, cuando, para el desarrollo de uno de los últimos cursos de la carrera, necesitaba conformar un ensamble musical. Para ello, conversó con el docente Kike Pinto, maestro investigador de la música peruana, para que fuera el asesor.
“Para que me autoricen abrir el curso, necesitaba como mínimo seis matriculados. Fue una travesía conseguir a la gente, porque necesitaba tener sus firmas manuscritas y no todos se encontraban en Lima. Incluso el último día de inscripción, tuve que darle el encuentro a un amigo, que regresaba desde Tacna, en la Escuela de Música para conseguir dicha rúbrica”, rememora, ahora con algo de humor, Andrea Mendoza.
Si bien la propuesta inicial fue difundir la primera música registrada por escrito en territorio peruano, en el proceso, fue evolucionando hasta proponer arreglos contemporáneos, vocales e instrumentales en estilos musicales peruanos de gran acogida y géneros latinoamericanos hermanos, como el tango o la cumbia”.
Lo interesante de este proyecto es que, si bien durante las primeras semanas de clase el grupo solo estaba conformado por los estudiantes matriculados, con el pasar del tiempo, empezaron a sumarse más integrantes interesados en la iniciativa. “Llegamos a ser 19, pues se empezó a correr la voz e incluso se sumaron participantes como alumnos libres del curso”, señaló Mendoza. A finales de ese ciclo, el ensamble tenía arreglos musicales preparados. Dos del docente Kike Pinto y dos de los estudiantes de la Concentración de Composición, Jorge Inofuentes y Álvaro Félix.
La gran oportunidad
El proyecto siguió adelante durante la segunda mitad del 2018, conservando a la mayoría de miembros del ensamble original. Sumaron dos arreglos más a su repertorio y se acercaban cada vez a la meta de adaptar las 20 piezas del códice.
En el 2019, Andrea tuvo la oportunidad de asistir al encuentro de de actores de la música «Corriente», perteneciente al festival Selvámonos, donde, durante una rueda de negocios, pudo conocer a Camilo Riveros, egresado de la Especialidad de Antropología e hijo de la compositora peruana Chalena Vásquez.
“Camilo apreciaba nuestro trabajo, porque sabía sobre el manuscrito y su importancia. Además, su mamá también trabajó con el códice original. Él me propuso, como una posibilidad, tocar con el ensamble en los Juegos Panamericanos, ya que le sorprendió la innovación que estábamos haciendo con el documento. Fue algo sorprendente”, recuerda gratamente Andrea.
Unas semanas después de esa conversación, la ansiada confirmación llegó y, con ella, semanas intensas de ensayo y trabajo para estar al nivel de dicha presentación, pues era la primera vez que lo harían en vivo en un evento ajeno al entorno académico. Acuarelas del códice y bailarines profesionales acompañaron al ensamble en su debut en el anfiteatro del Parque de la Exposición.
A raíz de la exitosa y laureada presentación, los jóvenes músicos tuvieron la oportunidad de participar en el programa Una y Mil Voces, emitido en TV Perú, donde pudieron conocer a celebridades de la música criolla de la talla de Bartola, así como presentar el repertorio desarrollado hasta ese momento.
Actualmente, el ensamble se encuentra perfeccionándose y participando en distintos concursos organizados por entidades públicas, como el Ministerio de Cultura. Hace poco, la Municipalidad de Lima presentó un documental corto sobre esta agrupación, donde dio a conocer su historia y la importancia de la difusión del Códice Martínez Compañón.
Los miembros que conforman el Ensamble Códice, hasta la fecha, son Andrea Mendoza, Lucero Malpartida, Álvaro Sánchez, Joe Bazalar, Juan Pinedo, Jorge Inofuentes, Nery Quiroz, Ulmer Valladares, Kazuo Uechi, José Inofuentes, Diego Ramos, Cecilia Mendizábal, David Cutipa, Luz de la Cruz y Ruby Rubio.
Testimonios
Personalmente, la experiencia ha sido bastante provechosa y entretenida. Creo que el motor que nos tiene trabajando constantemente es la idea de versionar los temas del códice y hacer que más gente aprecie sus raíces de una manera más amigable”.
Me pareció muy interesante la propuesta, y un miembro de la época de la primera formación de la orquesta me comentó que buscaban baterista y me pareció una genial oportunidad. Conforme el ensamble se profesionalizaba, fui asumiendo mayores responsabilidades, luego hice mi cambio al área de producción musical y con esto también cambió mi visión de hacer las cosas”.
Creo mucho en el potencial del ensamble, ya que ofrece una amplia variedad de colores al público. Hoy soy parte del equipo de coordinadores y eso me ha podido mostrar el empuje del grupo, lo que nos ha llevado a avanzar de manera exponencial y con un panorama muy amplio aún por abordar”.
Actualmente, he hecho 2 arreglos para el ensamble y estoy trabajando en el tercero. Toco el segundo violín, la antara y la flauta, y ayudo en la organización interna. Me metí de lleno desde el año pasado porque creo que el proyecto tiene un encanto único y podemos llevarlo a que sea un fenómeno global”.
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