Conga: ¿Existe solución para el conflicto?
Nuevos enfrentamientos entre pobladores y la policía despiertan nuevamente la discusión sobre el proyecto minero Conga en Cajamarca. El profesor y antropólogo, Alejandro Diez, comenta sobre un problema cuya solución todavía parece estar lejana.
Texto:
Susana Navarro
Existen diversos grupos que se oponen a las actividades de la minería Yanacocha en la zona, el profesor explica que para los antimineros, el desarrollo que implica la extracción y aprovechamiento de recursos no favorece suficientemente a la población cercana, que daña el medio ambiente y no lo ven como la mejor alternativa de desarrollo, pero sí desean modelos de desarrollo más amigables con la naturaleza, centrados en la intensificación de la producción y sostenibilidad en el tiempo. Para los grupos ambientalistas, existe una preocupación por la conservación de los recursos y la minería no solo afecta los recursos hídricos sino que alteran el medio ambiente y la reproducción de la biomasa. Ambos grupos no tienen exactamente las mismas posiciones pero sí mantienen una idea en común, el que las industrias extractivas son indeseables.
En la actualidad, la situación parece más polarizada que nunca. El profesor Diez, que conoce de cerca la situación de Conga, comenta que entre las diferentes posiciones hay mucha dificultad en encontrar espacios de mediación y recuerda que en ningún momento del conflicto, los que están en contra de Conga, aceptaron negociar su posición y por el lado de la minera tampoco se puso en discusión la posibilidad de que el proyecto no se diera.
El agua
Una de las últimas protestas fue la liderada por el dirigente de El Tambo, Manuel Ramos y tenía por objetivo el detener los trabajos del reservorio El Perol, cuya construcción forma parte de la estrategia de Yanacocha para viabilizar el proyecto sin afectar las fuentes de agua en la zona. «Se pretende mostrar que si bien el proyecto afectará las lagunas de Conga, la disponibilidad de agua puede no ser solo conservada sino aumentada por los reservorios”, explica el antropólogo y agrega que la población no está convencida de esta solución ya que para los ambientalistas, un reservorio no puede sustituir una laguna ya que necesita constante mantenimiento y debe estar a cargo de una empresa. Para el especialista, esta es una clara demostración de que la empresa tiene toda la intención de seguir con el proyecto.
¿Solución?
A pesar de la presión que hay por parte de la población, el profesor Diez menciona que existen reportes de que la minera mantiene su presencia en la zona de conflicto. “Para los sectores de oposición la mina no tiene ninguna credibilidad ni legitimidad”, menciona el antropólogo y explica que el proyecto Conga suponía una serie de acciones y proyectos de desarrollo pero que solo involucraban a una pequeña parte de la población. Además, el hecho que nunca se hayan detenido por completo, podría ser visto por sus detractores como una provocación y una muestra de mala voluntad.
¿Es posible que haya alguna manera de resolver este problema? El especialista menciona que hace años se viene reclamando una consulta que en realidad vendría a ser un ‘referéndum’ parecido al de Tambogrande, Majaz o Islay, todos en los que había una fuerte oposición a la minería. Sin embargo, el Gobierno es el llamado a resolver una lista de asuntos pendientes para que el conflicto no se salga de control. “En primer lugar, poner las reglas de juego claras y legítimas desde la población, controles ambientales eficientes, participación de la población en los beneficios que se generarían, definición más clara del ‘interés nacional’ que muchas veces avala los proyectos mineros, participación y derechos de consulta, entre otros”, explica el profesor Diez.
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