Uno de los problemas más básicos en las zonas rurales de nuestro país es que muchos no cuentan con suficiente agua tanto para consumo humano como para regar cultivos por los largos periodos de sequía y la actividad agrícola está limitada a la época de lluvias. Entonces, según las necesidades, Grupo-PUCP desarrolló máquinas para bombear agua y hacerla disponible en las zonas más altas, independientemente de la distancia y altura.

Algunos mecanismos funcionan de forma más lúdica que otras (como hacer ejercicios o jugar). Para hacer funcionar estos equipos, solo se necesitan fuentes de energía naturales como el sol, agua y viento. El propósito es generar consumo económico de energía y aprovechar los recursos disponibles en el medio.

Consumo de agua en zona rural

El coordinador del Grupo-PUCP aclara que el aprovechamiento del agua es diferente según la región. En la costa, usualmente, está disponible en acuíferos y el mejor aprovechamiento de este recurso es usando pozos o máquinas para bombear. “Los ríos y canales pueden ser aprovechados por molinos y norias para trasladar el agua. Muchos de estos mecanismos son muy utilizados ampliamente en otros países, mientras que aquí no son conocidos”, explica el Ing. Hadzich.

Por otro lado, en la sierra, se aprovecha la fuerza de la caída del agua para bombearla hasta las zonas más altas. Se utilizan otras máquinas, como la bomba de ariete, que no necesitan electricidad ni combustible para su perfecto funcionamiento. Lamentablemente, en esta región no se puede aprovechar la energía eólica para bombear agua, ya que no es tan fuerte y no sale a cuenta puesto que apenas sirve para generar energía con máquinas pequeñas. Al mismo tiempo, la energía solar está siempre disponible, sin embargo, los paneles para aprovecharla son costosos.

Hadzich asegura que con estos sistemas de bombeo de agua se necesita poco tiempo para disponer de este recurso todo el día, pues se pueden extraer desde cinco litros por minuto. En uso doméstico, una persona necesita 30 litros por día. Asimismo, una familia dispone usualmente de 3 hectáreas y para regar cada hectárea de suelo normal, se necesitan 60 litros por minuto.

El ingeniero ilustra que también se debe tener en cuenta ciertas dificultades como qué productos se cultivan y el tipo de suelo. Los suelos de la costa son más arenosos y el agua se pierde, pero las plantaciones crecen perfectamente en esas condiciones, entonces debe pensarse en modalidades más eficientes como riego por goteo o aspersión. Mientras tanto, en los suelos de la sierra que son arcillosos, son muy buenos porque permiten distribuir mejor el agua a mayor distancia, pero las plantas no crecen con facilidad.

Las comunidades aprenden con la experiencia

Grupo-PUCP soluciona los problemas de diversos sectores país de diferente manera. Muchas veces los pobladores contactan al equipo para que les brinde el dispositivo apropiado de acuerdo con las dificultades de la zona. También viajan a las comunidades para hacer sus recomendaciones, observan las necesidades y las condiciones de agua, viento y sol.

Actualmente, Grupo-PUCP encuentra muy conveniente trabajar en conjunto con la población y prefiere que la mitad del equipo de trabajo esté conformado por ellos. Hadzich asegura que, de esta manera, la transferencia de conocimientos será más eficiente, de lo contrario, no aprenderán a utilizar los mecanismos y se volverán dependientes.

El ingeniero comenta que, en muchas ocasiones, los equipos son grupos mixtos y los interesados dominan el quechua pero no saben español o incluso son analfabetos. “Debido a esto no podemos enseñar con fórmulas, teorías o diapositivas. Entonces solo queda enseñarles a través de la experiencia: mostrarles las máquinas, construirlas y desarmarlas con ellos. Luego, cuando regresan a sus comunidades, comparten todo lo aprendido”, cuenta Hadzich.