La trata de esclavos de africanos se dio durante el siglo XVI, XVII, XVIII y XIX. Fueron utilizados para el trabajo en las haciendas o en las casas. Según la documentación de la época, estos esclavos eran sometidos a castigos corporales y trabajos forzados, lo cual conllevaba a que hubiera un gran número de fugas o el crecimiento de rebeliones.

Cuando incurrían en estas faltas, las sanciones incluían ser enviados a prisión y recibir castigos físicos, pero un dato curioso es que gran parte se enviaba a trabajar a las panaderías, que se usaban como centros de corrección y que carecían de mano de obra. Este mecanismo generaba un esclavo más violento que volvía a rebelarse y que se concentraba en la destrucción de estas panaderías coloniales.