Qhapaq Ñan, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por Unesco
El 21 de junio se oficializó la inclusión del Qhapaq Ñan como Patrimonio Mundial de la Unesco. Conocido también como “El camino del señor” o “El Gran Camino Inca”, este sistema vial andino atravesaba centenares de sitios arqueológicos y conectaba al Cuzco con las diferentes regiones del Tahuantinsuyo.
Texto:
Luis YáñezFotografía:
Amelia SantanaFotografía:
Archivo Histórico PUCP
“Reconocer como patrimonio al Qhapaq Ñan es hablar de historia, arqueología, antropología, lenguas, culturas vivas, paisajes geográficos, naturaleza. Es uno de los grandes monumentos de la humanidad y es, en conjunto, asombroso”, afirma emocionado el historiador Marco Curatola, profesor del Departamento de Humanidades y director (en licencia por año de investigación) del Programa de Estudios Andinos de la Escuela de Posgrado de la PUCP.
Curatola explica que, desde una visión restringida, el Qhapaq Ñan sería el gran camino de la sierra, el eje central que cruzaba desde el Cuzco hasta los confines de Ecuador y Colombia. “Este camino era importante porque pasaba por grandes centros como Vilcashuamán, Hatun Xauxa, Huanuco Pampa, Cajamarca, Tumipampa, Ingapirca, Quito, etc.”, remarca.
Pero desde una visión integral, el Qhapaq Ñan fue el gran sistema vial inca, que contaba con dos grandes ejes: uno a lo largo de la costa, y otro a través de la sierra y del altiplano boliviano. Llegaba desde Pasto (límite de Ecuador y Colombia) hasta el centro de Chile. “Eran dos grandes arterias conectadas entre sí por decenas de otros caminos y una serie de ramificaciones hacia la selva”, menciona el historiador. Se calcula que esta red pudo alcanzar entre 40 mil y 60 mil kilómetros.
Camino preinca, inca y andino
Si bien hay tramos que fueron construidos por civilizaciones preincas (como los moches, los chimús, los waris y los tiahuanacos), fueron los incas quienes perfeccionaron un sistema mucho más elaborado y organizado, que fue empleado para la comunicación, el negocio y la defensa del Tahuantinsuyo.
A decir de Curatola, el Qhapaq Ñan fue una vía sostenible: “Cada 15 o 25 km había un tambo con agua, comida, alimento para animales, abrigo y hasta sandalias. Fue aprovechado por funcionarios imperiales, ejércitos, artesanos, mensajeros y caravanas de llamas, que transportaban mercadería y bienes al Cuzco”.
Para el docente, los ingenieros incas encargados de su construcción fueron extraordinarios. Desde escaleras amplias a lo largo de montañas hasta puentes colgantes y flotantes: la extrema geografía peruana no fue impedimento para trazar este recorrido y unir los Andes, la costa, los desiertos y la selva.
“No hay que olvidar que es un legado de todos los pueblos andinos, no solo de los incas. Fueron mantenidos por las etnias locales a través del tiempo en la época colonial y republicana. A lo largo de este camino todavía viven poblaciones que conservan su cultura tradicional y que viven en una relación muy especial con el ambiente”, anota el especialista.
Trabajo conjunto regional
Esta declaración es el resultado de un trabajo iniciado hace trece años, cuando el gobierno peruano inició el Proyecto Qhapaq Ñan, con la finalidad de identificar, registrar, conservar y poner en valor la red de caminos y sitios relacionados con este complejo sistema vial.
En mayo del 2001, el Perú incluyó al Qhapaq Ñan dentro de su “lista tentativa”, una suerte de inventario del patrimonio cultural y natural del World Heritage Centre (WHC). Posteriormente, los representantes permanentes ante la Unesco de Argentina, Colombia, Chile, Bolivia y Ecuador se adhirieron a la iniciativa peruana, y solicitaron al WHC asesoría para una nominación en conjunto.
Tras una serie de reuniones técnicas y temáticas descentralizadas, los equipos multidisciplinarios de cada país miembro unificaron criterios y determinaron la metodología de registro de los bienes materiales e inmateriales relacionados con el Camino Inca. En febrero del 2013, se presentó el expediente de nominación del Sistema Vial Andino. Era la primera vez, en los 40 años de historia de la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, que seis Estados parte se unían para postular un sitio cultural.
El 21 de junio del presente año, en la 38° reunión del WHC celebrada de Doha (Catar), se anunció de manera oficial la inclusión del Qhapaq Ñan en la Lista del Patrimonio Mundial (LPM) de la Unesco.
Curatola resalta el trabajo multinacional llevado a cabo para esta designación: “Que científicos, arqueólogos, geógrafos e historiadores de seis países se hayan abocado de manera conjunta al estudio y puesta en valor de este legado histórico es estupendo. Esto es un símbolo para una futura y mayor integración a todos los niveles”.
El camino prehispánico al interior de la PUCP es un monumento arqueológico intangible. Mide 467 metros y data del año 1000 a.C.
Los caminos de la PUCP
La PUCP y el Qhapaq Ñan tienen varios puntos de contacto.
Por un lado, el Dr. Curatola resalta la figura del Ing. Alberto Regal, quien trabajó como docente del Departamento de Ingeniería y es considerado el gran precursor de los estudios sobre el Qhapaq Ñan por su libro “Los caminos del Inca en el Antiguo Perú” (1936). Esta obra, junto con The Inka Road System de John Hyslop (EE.UU., 1984), echaron las bases para todos los estudios posteriores sobre el camino.
Por otro lado, muchos de los involucrados en el Proyecto Qhapaq Ñan son miembros de la comunidad PUCP: el Dr. Luis Jaime Castillo, viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, y el Dr. Giancarlo Marcone, coordinador general del proyecto, son docentes del Departamento de Humanidades y arqueolólogos por la PUCP. “Además, varios funcionarios del Ministerio de Cultura que han trabajado en el proyecto han sido alumnos de Arqueología y del Programa de Estudios Andinos de nuestra Universidad”, resalta Curatola.
Pero quizá el vínculo más notorio entre la PUCP y el Qhapaq Ñan son los 467 metros de camino prehispánico que aún se conservan al interior del campus y que lo atraviesan desde la Av. Universitaria hasta la Av. Riva-Agüero. Construido originalmente durante el intermedio tardío (900-1460 d.C) por el señorío Ichma, fue posteriormente ocupado por los incas luego de su anexión al Tahuantinsuyo.
Guardianes de la historia
Por el momento, un total de 250 kilómetros de caminos, 81 sitios arqueológicos y 156 comunidades asociadas al Qhapaq Ñan fueron seleccionados por el Perú para ser incorporados como Patrimonio Mundial, debido a su importancia histórica y cultural. Más adelante, podrán ser incorporados nuevos tramos.
Para Curatola, tras la declaración del Qhapaq Ñan como Patrimonio Mundial de la Unesco se inicia una nueva etapa que requerirá un esfuerzo aún mayor: “Una vez que te dan el reconocimiento, te comprometes a ser el guardián de ese patrimonio”. El historiador agrega que esta responsabilidad es compartida: el Estado, las empresas, las universidades y la sociedad civil en general deben sentirse comprometidos con la conservación y valoración del Qhapaq Ñan. Espera que su inclusión en la LPM ayude a captar recursos internacionales a su favor.
Este es el decimosegundo sitio peruano declarado como Patrimonio Mundial de la Unesco. Comparten este estatus: el Santuario Histórico de Machu Picchu, la ciudad del Cuzco, el Sitio Arqueológico Chavín, la Zona Arqueológica Chan Chan, las líneas geográficas de Nasca y Pampas de Jumana, los Centros Históricos de Lima y Arequipa, los Parques Nacionales del Manu, del Huascarán y del Río Abiseo, y la Ciudad Sagrada de Caral-Supe.
Deja un comentario